‹en donde jungkook tiene marcadas las fechas más especiales en un pequeño calendario, y quiere pasarlas todas con taehyung›
-;• historia original, no copias, no adaptaciones sin permiso.
contenido homosexual ; gay. ;
→long: aclaraciones +...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La primera mañana, del primer día del año llegó con rayos de sol golpeando contra la ventana. En el acogedor departamento, los ronquidos de un muchacho peliazul resonaban en las paredes.
TaeHyung dormía profundamente, dando vueltas sobre la cama con cansancio. Una sonrisa apareció en su rostro al sentir unas lamidas en su mentón y cerca de sus labios.
—KooKoo, basta, es muy temprano.
Las lamidas no se detuvieron, causando risas en el moreno. Un sonoro ladrido se escuchó a los pocos segundos. TaeHyung abrió sus ojos con lentitud, confundido. Cuando su vista pudo enfocarse se encontró la imagen de Yeontan, moviendo su pequeña cola con emoción.
—¿Tannie?
El cachorro ladró, confundiendo todavía más al peliazul.
TaeHyung tomó al perro entre sus brazos, dejándolo a un lado de la cama. El moreno miró a su lado, pero estaba solo en la cama. Su ceño se frunció ¿dónde estaba JungKook?
Yeontan bajó de un salto al suelo, agitando con rapidez su cola y dando ladridos cada cierto tiempo.
—Ya, Tannie. ¿JungKookie está afuera?
El cachorro sólo lo miró, sentándose en sus patas traseras. TaeHyung soltó un bostezo, estirándose al caminar hacia el baño. Tras hacer su aseo personal y regar la pequeña planta que tenían en la ventana de su habitación, cargó a Yeontan en brazos para salir y buscar al castaño.
—¿Googie? —llamó buscando por cada rincón del departamento, Yeontan soltó otro ladrido, mirando en dirección a la sala. TaeHyung avanzó hasta allá, en busca del más joven— ¿Kookie?
Al llegar allí, se encontró con una escena que lo hizo sonreír de ternura. JungKook estaba allí, sentado frente a la pequeña mesa sobre sus rodillas. Un montón de papeles, tijeras, foami, papel de colores, marcadores y pegatinas se encontraban allí. Además de mucha brillantina regada por todo el lugar.
Yeontan saltó de los brazos del peliazul, moviendo sus pequeñas patitas hasta llegar al castaño. Una vez allí, se sentó frente a él para mirar con curiosidad lo que el chico estaba haciendo.
JungKook sonrió al notar la presencia del cachorro, poniéndole como gorrito un barco hecho con papel. El perro agitó su cabeza, dejando caer el gorrito de papel para morderlo. Las adorables risas de JungKook llenaron el departamento.
