Hola hermoso, ¿cómo estás?, sabes, últimamente siento que no sabemos mucho de nosotros, quiero decir, no sé quién es tu familia, mi madre me abandono y mi padre murió, de mi parte no te puedo presentar a alguien. No lo tomes forzado, ahora que me dejaste cortejarte es primordial ¿no crees?, en fin, te amo mucho mi jazmín.
Dejo el móvil sobre la cama mientras soltaba un suspiro, debido a su gran amor hacía namjoon no vió importante lo demás, pero siendo consciente de su actual problema ya nada era seguro, todo esto porque quería el bien de aquel hermoso omega.
Y siendo honesto, no temía que pasaría con él, sino, lo que taehyung le haría a su jazmín sólo por ser de su propiedad, esos tipos de alfas simplemente los odiaba, creían que el mundo y los omegas son suyos. pobres idiotas.
Jeongguk miró a su hyung quien ahora le daba la espalda, sabía que sus momentos reflexivos eran mejor si nadie molestaba, dejo la consola para ir a su lado, el alfa lo miró y sonrió levemente.
—La idea de Sook es buena.
—No gracias, casi mato a Jimin la última vez que seguimos un plan de ella— ríe, mira al castañito quien también dió una pequeña risa. — ggukie realmente amo a Namjoon, créeme que haría lo que fuera por verlo bien, pero no quiero exponerlos ni a él.
—¿Le mandó mensaje?
—Sí, temo que evite el tema, ya no sé qué hacer si no me decide contar más de él.
El menor lo abrazo por los hombros, dándole ánimos a Hoseok quien sonrió y agradeció, el hecho de tener a su mejor amigo ahí le era de gran ayuda, pero la situación lo agobiaba, sentía que era un mal alfa, aunque, sólo buscaba cuidar y amar a su omega como lo prometió aquella tarde.
Se levantó de su cama junto Jeon para poder comer, sus semanas se volvían más lentas, las horas más pesadas, todo cambió, el avellana es un alfa que cede ante sus instintos. su celular vibró, sus ojos se iluminaron al ver que Namjoon le respondió.
Jazmín 💜
¡Hola lindo alfa!, mmm bien, aunque he tenido algo de tareas, por eso no pude mandar mensaje. oh, sí sobre eso...verá hyung, no es que no le tenga confianza o algo por el estilo, es sólo que mi situación es complicada, ¿podemos hablarlo?, mi cumpleaños es la próxima semana. Ahí le diré todo, lo prometo. Cuidese mucho mi bonito novio. 💕
—¡Jeongguk me dijo bonito!— gritó con emoción asustando al castañito quien casi cae del banco, le sonrió nervioso a Jung quien de disculpó. — me dijo que me contaría todo la próxima semana que es su cumple años.
—Tenemos que planear un buen regalo entonces hyung.
Hoseok asintió, besó la pantalla mientras abrazaba el celular, su corazón nunca latió tan rápido, miró la hora, sólo faltaba poco para iniciar la rodada, se cambió al mismo tiempo que Jeoongguk y lo guardó en su bolsillo. Era una gran noche, gracias a un simple mensaje de su omega.
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Otra bofetada que lo hizo escupir sangre, el sabor metálico inundó su boca, no es que le causará náuseas pero era un sabor simplemente desagradable, posó sus ojos gatunos en el hombre más alto y musculoso.
—Por última vez, ¿cómo se llama el alfa que huele a vainilla?
—¡Mierda no lo sé!, pierden su tiempo.
—Hermanito, será mejor que hables o sólo nos traeras problemas con Kim— dijo el Min mayor dándole una calada a su cigarrillo.
—Cállate, prefieres ver cómo muero antes de siquiera defenderme— escupió saliva con sangre, miró con odio al guardia de Taehyung.
Sus hermanos no sabían de su relación con Hoseok, y aunque muchas veces llegaba con olor a vainilla, ellos no le importaba que el beta llegará sangrando, simplemente lo utilizaban cuando se trataba de estar estresados o en celo.
Prefería morir antes que poner a alguien más en riesgo, nunca envidio la casi perfecta vida de el alfa, su rivalidad era pura amistad pesada, sonrió, otro golpe se impacto en su mejilla haciendo que cayera de la silla, el más grande estaba harto, no llegaba a nada.
—No lo mate, es algo útil para nosotros— murmuró el castaño, bajo las escaleras y se acercó al cuerpo golpeado de Yoongi, apagó el cigarro en su piel pálida, una mueca se instalo en su rostro. — vamos, dile a este caballero quién tiene aroma a vainilla.
—Mátame, vamos, no valgo nada— reto, siendo callado con rápidez por la mano del min mayor quien lo tomó de su ropas acercándolo a él.
—Mejor cállate zorra, habla.
Min negó, su hermano tensó la mandíbula, lo azotó contra el suelo, el impacto fue fuerte al punto de casi dejarlo inconsciente, parpadeo varias veces luchando por no dormirse.
—Me retiro, mi señor me llama, volveré el fin de semana y espero tener respuestas.
