{𝟎𝟒}

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Un chico de lo más sonriente esperó frente a la puerta de una gran casa hasta que su querido amigo de cabellera negra le abrió con cara de recién despertado.

—¿Qué tal, Jimin?

Hoseok esquivó a Jimin y se abrió paso hasta su salón, con dos grandes bolsas en las manos.

—¿Te acabas de despertar? —Rio, dejando las bolsas en la mesa del comedor. — Es casi mediodía, vago.

Jimin bostezó, cerrando la puerta, y siguió a su amigo con la espalda ligeramente encorvada. Casi no había conciliado el sueño y estaba más que tentado a echar a Hoseok para volver a la comodidad de su cama.

—Anoche me acosté tarde. —Se escusó, acercándose a la mesa. —¿Qué haces aquí, Hobi? —Se sentó en la silla más cercana, reposando todo su peso en esta.

—¿No puedo venir a visitar a mi mejor amigo para comer? —Hoseok sacó dos rollos envueltos en aluminio.

—Gracias. —Jimin aceptó uno de ellos con una pequeña sonrisa. Lo abrió y se encontró con un burrito de carne.

Hacía un tiempo que no comía algo grasiento y delicioso. Miró el burrito como si se tratara de un preciado tesoro y le dio un gran bocado, sintiendo su estómago revolverse en su interior por la necesidad de estar lleno.

—Por cierto. —Hoseok también sacó dos latas de refresco. —Aún no me has dicho a dónde fuiste el otro día. —Se acercó al menor y se sentó a su lado mientras le ofrecía una de las latas. —Tú y Taehyung desaparecisteis de la discoteca sin avisar.

Jimin se encogió de hombros, dando otro mordisco al burrito. No fue hasta tenerlo en sus manos que se dio cuenta de lo hambriento que se sentía.

—Me pidió que lo acercara a su casa.

—¿Y tú aceptaste así sin más? —Hoseok lo miró dudoso.

Conocía a Jimin tan bien, que le sorprendió esa acción altruista impropia de la conducta de su amigo.

—Parecía buen tipo. —Tomó un trago de refresco. —Me cayó bien, así que le hice un favor como amigos.

Recalcó la última palabra y ni él mismo entendió por qué. Aquello sonó como si se estuviera defendiendo a pesar de que Hoseok no le había acusado de nada.

—Pues qué bien. Taehyung y su facilidad para las amistades. —Hoseok ignoró el tono extraño del azabache y optó por seguir comiendo.

Jimin dejó su burrito en la mesa. De repente, había perdido todo el apetito. Se centró en mirar cómo Hoseok devoraba su comida mientras él pensaba si hablar de lo que realmente ocurrió esa noche o no.

Siempre tenía esos dilemas mentales en los cuales siempre llegaba a la misma conclusión: quedarse callado. Jimin quería creer que confiaba en Hoseok, pero ni él mismo podía llamarlo confianza cuando se veía incapaz de contarle todos los secretos que le ocultaba.

Y antes de que decidiera escoger la salida de siempre, uno de sus pequeños secretos -posiblemente el más importante para él- se interpuso entre sus pensamientos y sus preocupaciones.

—Hola —dijo Hoseok con el ceño fruncido.

Su saludo pareció más una pregunta, pues no esperó que alguien más estuviera en la casa de Jimin.

Dejó su burrito a un lado y observó con detenimiento a Taehyung, quien se encontraba perfectamente arreglado en la puerta del salón. Su polera tan lisa como siempre y los vaqueros negros ajustados a sus piernas, quizá demasiado.

#𝟎𝟏: 𝐓𝐞𝐚𝐜𝐡 𝐦𝐞 ➳ ᴠᴍɪɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora