#𝟎𝟏: 𝐓𝐞𝐚𝐜𝐡 𝐦𝐞 ➳ ᴠᴍɪɴ

{𝟏𝟏}

Después de hablar y pasar la mañana con Jungkook y Seokjin, Taehyung decidió llamar a Hoseok para entregarle las fotos editadas tal y como se las había pedido.

—¿Para qué son? —preguntó Jungkook jugando con su móvil.

Se encontraban esperando en la terraza de una bar, ya que Seokjin había sugerido almorzar fuera. El lugar tenía sus años y era de los sitios más populares en la ciudad y el que más les gustaba. Ellos eran prácticamente como sus clientes vip.

Eran muy conocidos en el bar, casi todos los empleados sabían quiénes eran y les daban un trato especial.

—No lo sé. Creo que Hoseok mencionó un grupo de música —Taehyung se encogió de hombros—. Yo he hecho mi parte y me dijo que me iban a pagar.

—Ay... cómo te gusta el dinero —canturreó Jungkook sacudiendo el móvil.

—Pues como a todos —se defendió Taehyung.

—¡Noooo!

Taehyung estuvo a punto de caerse de la silla. Miró a su primo, quien reía como un loco mientras Jungkook parecía sufrir observando la pantalla de su móvil.

—¡Seokjin, estoy en racha, no puedes romperme la estadística! —se quejó Jungkook a voces.

Seokjin estalló en otra carcajada y giró el móvil hacia un lado como si tuviera un volante en las manos.

—¡Última vuelta, Jungkook! ¡Mira el precioso trasero de mi coche cuando cruce la línea de meta!

Taehyung suspiró sonriendo.

—Estáis obsesionados con ese juego de carreras.

—Es el torneo mundial on-line, ¿sabes lo que me ha costado llegar hasta aquí? —dijo Jungkook con los ojos desorbitados—. ¡Y tu primo me lo va a fastidiar!

Seokjin no dejó de carcajearse incluso cuando llegó un camarero para atenderles.

—¡Minjae! —saludó Taehyung cuando el chico le sonrió— ¿Cómo has estado, amigo?

—Ocupado, desgraciadamente —dijo dramático—. ¿Lo de siempre, chicos?

—¡Síííííí!

—¡Nooooo!

Taehyung y Minjae desviaron la vista hacia Seokjin. El castaño estaba de pie, alzando los brazos y meneándose sin vergüenza alrededor de Jungkook para burlarse de él mientras el menor se lamentaba agitando el móvil con desgana.

—Veo que están tan animados como siempre. —Minjae soltó una risilla.

—A veces siento que me junto con niños —se lamentó Taehyung con la mano en la frente.

Minjae le dio unos golpecitos en la cabeza y descendió para sobarle el cuello.

—Como si tú no fueras así —le recriminó burlón.

—Oye, se supone que tienes que estar de mi parte.

Los dos comenzaron a reír. Aunque el resto de clientes los miraban extraño y murmuraban, ellos estaban en su mundo. Era totalmente normal montar una escena con los empleados.

—Por cierto... —Minjae se inclinó para susurrar a Taehyung—, Seungmin sigue insistiendo en que hables con él.

Taehyung suspiró rodando los ojos.

—Solo no le hagas caso. Terminará rindiéndose.

—Bueno, Seungmin puede ser muy molesto si se lo propone. Y yo no pienso cubrirte eternamente.