#𝟎𝟏: 𝐓𝐞𝐚𝐜𝐡 𝐦𝐞 ➳ ᴠᴍɪɴ

{𝟏𝟑}

—¡Voy a enmarcar esto! —gritó Taehyung entrando en su departamento detrás de Jimin mientras agitaba la entrada del concierto—. ¿Sabes cuánto tiempo hemos querido entrar en este lugar? Es como un sueño hecho realidad.

—Sí...

Ignorando la reacción de Jimin, el castaño encendió las luces del salón y fue a la cocina dejando a Jimin sentado en el sofá.

Para él, toda la emoción del concierto se desintegró por completo. Ni siquiera se preocupó por ver el día y la hora, algo que, sin duda, debió hacer en vez de pensar en cosas de las cuales no tenía derecho a hablar por un simple motivo: no tenía ningún derecho sobre Taehyung.

—¿Quieres fideos instantáneos? —le gritó el castaño desde la cocina.

—No —respondió, y al segundo su estómago rugió—. Pensándolo mejor... No estaría mal comer algo.

Riendo por lo bajo, Taehyung metió al microondas los fideos y los llevó al salón para cenar mientras veía la televisión. Hubo tanta comodidad en sus movimientos que cenar acompañado de Jimin y ver algún programa estúpido de noche resultaba natural y, hasta cierto punto, íntimo.

Aunque, por supuesto, él se iría tarde o temprano. Volvería a casa con su novia y dormiría con ella en su cama.

Ahora los fideos eran una pasta seca en su boca. Nunca escogía un buen momento para dejar a flote sus pensamientos negativos.
Taehyung dejó los palillos y se volteó a mirar a Jimin, preguntándose por qué apenas había abierto la boca desde que se despidieron de los chicos en el café. Siendo Jimin, que hablaba hasta por los codos, su silencio resultaba preocupante.

—¿Te pasa algo? —preguntó enarcando una ceja—. Si no querías fideos, podrías haberme pedido otra cosa. No los has tocado.

Y no podía ser más literal. Jimin ni siquiera se había inclinado para tomar el bol de la mesa, justo donde Taehyung lo había dejado antes de sentarse.

—¿Sabes qué? No me encuentro muy bien. Debe ser el café que me he tomado antes —dijo Jimin recordando el sacrificio que tuvo que hacer contra el nudo de su garganta para terminarse su café—, y estoy un poco mareado. Lo mejor será que me vaya a descansar.

Cuando Jimin se levantó, Taehyung pestañeó rápidamente procesando sus palabras. Poco después, su consciencia gritó alerta y corrió a detener al chico antes de que saliera del departamento.

—¿Qué? —cuestionó Jimin con medio cuerpo en el pasillo exterior.

Sin soltarle la muñeca, Taehyung frunció el ceño y tiró de él para volver a introducirlo en su casa.

—No voy a dejar que te vayas estando mal. Vives muy lejos y si estás mareado como dices, sería peligroso que condujeras y más por la noche. —Taehyung negó enérgico con la cabeza, claramente decidido—. Nop, no vas a ir a ninguna parte.

—Pero yo sí pue-

—He dicho que no. —Taehyung cerró la puerta y regresó con Jimin, pero esta vez fue directo a la habitación—. Si quieres salir de aquí, va a tener que ser por la mañana. Y sólo cuando hayas descansado suficiente.

Jimin abrió la boca, pero Taehyung se colocó el índice sobre los labios para pedirle silencio, así que él la volvió a cerrar.

—Sin protestas —demandó Taehyung empujando a Jimin dentro del dormitorio—, o tendré que inyectarte un somnífero para que te quedes quieto.

—Me tomas el pelo, ¿verdad? —Jimin rio por lo bajo—. No eres del tipo que se mete cosas, ni siquiera para dormir.

—No me pongas a prueba —le sonrió y apartó las mantas de la cama haciéndose a un lado para deslizar a Jimin dentro—. Ahora, acuéstate y duerme.