Idiotas

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Apenas entro a la casa pudo escuchar a Hideki platicar con el rubio, no quiso ir hacia ese lado por lo que opto por encerrarse en la que sería su habitación pero la voz del cocinero se hizo escuchar -más te vale que vengas a comer Marimo de mierda- no tenía forma de escape por lo que cedió y apenas entro al comedor Hideki lo llamo con un movimiento de manos, al parecer quería tenerlo cerca -come, no tiren nada-

El pequeño llevo cada bocado y hacia ligeros ruiditos de encanto, en verdad que amaba la comida de su padre, la cena ya de por si era incomoda, no podía tragar bien y sentía la mirada del rubio a cada momento, bebió un poco de agua para abrir su garganta y así poder decir lo que sentía, pero no sabía cómo empezar, era bastante fría la mirada del cocinero, como diciendo "no me hables, eres basura" la cena termino rápido y sin palabra alguna, aunque estaba enfadado permitió que el espadachín lavara los platos y el los secaría.

Era el momento que esperaba -sabes...sobre lo que viste-

-No quiero oír tu asquerosa mierda, olvídalo- no podía dejarlo así, Sanji realmente estaba molesto y era entendible porque, dos hombres besándose en la parte trasera de su casa no era nada cómodo, además de que había un niño viviendo en ella -pásame ese plato de una vez-

-Eso no fue lo que creías que era-

-oooh ¿estaban haciendo respiración boca a boca o qué? No me trates de estúpido, si mi hijo llegaba a ver eso los hubiera matado a los dos-

-¡Oye! ¡Jamás haría eso delante de él!- había soltado el plato, el cual se partió en el fregadero, para sujetar la mano del rubio -¡no quiero incomodarlos y es jodidamente incomodo que pienses que lo hice para molestarte o a tu familia! ¡No soy un pervertido!-

Se rio -¿en verdad? Yo vi lo contrario, hubieras dejado que Law te jodiera-

Apretó su mano, no iba a permitir que le dijera eso, jamás, jamás iba a permitirlo, porque aunque en esta vida se diga que ambos eran esposos él no lo sentía de esa forma pero no sabía cómo transmitírselo -no me provoques-

Con la punta de su zapato pico varias veces el suelo y miro de la manera más fría a su rival, aquella patada había dado de lleno en su brazo, el cual se tornó rojo, si el cocinero quería pelear, pelea le daría.

-¡Papá, Zoro-nii!- Hideki quien se había ausentado ahora había regresado -¿a que juegan?- ambos se dieron la espalda ignorándose -¡miren!- miraron de reojo al niño y notaron las flores -Zoro-nii, papá- le dio una a cada uno y los tomo de la mano, atrayéndolo al otro -Zoro-nii, tu primero- al notar que el mayor lo miraba siguió hablando -dile- apretó suavemente con sus deditos la mano callosa.

Una gota de sudor resbalo y cerro su ojo e hizo una reverencia -lo siento por lo que hice, me comporte como un imbécil y...emmm- volvió a su postura -no quería incomodarte, ni insultar a Hideki, aprecio lo que están haciendo y me arrepiento de mis actos, perdón, no quiero que me odies Sanji- le estiro la flor entregada

Un leve sonrojo ataco al rubio, pero no importa que tan leve fuera se le notaba a leguas, tomo la flor y la observo,el peliverde se veia tan pequeño ante sus ojos,ademas lo llamo por su nombre...sintió su sinceridad y se lo oía preocupado, en verdad que no quiso comportarse de esa forma, joder, era demasiado injusto perdonarlo tan rápidamente pero mierda que se veía tan lindo, parecía un cachorro regañado, además de que Hideki era un niño tan puro que notaba todo y a leguas se veia que quería que no se peleen.

-Yo también lamento haberme enfadado y por incomodarte, no quise escucharte y fui un total imbecil, tam-tampoco me odies Marimo- le dio la flor y miro hacia un costado, se sentía peor que entregárselo a una hermosa dama, la vergüenza y los temblores florecían de su cuerpo, sentía la necesidad de morirse, sintió la calidez de su hijo cambiar, abrió la boca realmente sorprendido, había unido su mano con la del espadachín ¡¿a qué mierda venia eso?! -¡Hideki! ¡¿Qué-Que haces?!-

Mi vida sin tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora