No te dejare ir

449 29 8
                                    

Siempre te tuve miedo, porque creí que esto se trataba de un sueño.

Al abrir los ojos se topo con la incredulidad de Usopp -¡Zoro!- al dar ese grito se tapo la boca -maldición despertaste- hablo al borde del llanto, había visto como el espadachín movía sus manos y se quedo tan cerca como pudo, pero no creyó que despertaría y por dios que estaba feliz -iré por Chopper, no te muevas-

¿Qué no se moviera? ¿Qué sucedió? Haciendo caso omiso se sentó ignorando el crujir de sus músculos, noto la intravenosa en su brazo, era molesto así que se lo arranco, estaba algo mareado, sentía que había dormido demasiado, su espalda lo estaba matando, intento ponerse de pie pero flojeo y de no ser por el rubio que vio su imprudencia, se habría dado contra el suelo.

-Cocinero- sabia que era el, su presencia era tan única -¿Qué me paso?-

-Eso es lo que todos quieren saber maldición- lo arrojo a la cama -quédate quieto, ya viene Chopper-

Soltó un quejido y Sanji pensó que lo habría arrojado con demasiada fuerza, no se controlaba a pesar de que estuvo en aquel grave estado -¿Qué te duele?- Se sujetaba la cabeza, parecía dolerle demasiado -oe Zoro- apenas lo toco el espadachín rápidamente lo abrazo -¡Maldito! ¡Suéltame!- lo sujeto con fuerza y pegando sus labios a su cuello, podía sentir su olor a la perfección.

-Déjame quedarme así unos minutos-

-¡¿Aaah?! ¡Quítate! ¡es asqueroso!- se sacudió, era incomodo por el solo hecho de que dijo eso.

-Por favor- la cabeza y los musculos lo estaban matando pero lo ignoraria, se esforzaria en ello.

Se detuvo incrédulo ¿Qué le pasaba? ¿Por qué se lo pedía? Suspiro y molesto dejo que su tibia piel se acomodara contra la suya, sentía su respiración acompasada y ahora los brazos del peliverde apretaban su cintura con suavidad, había decidido no dejarle acercarse más así que no se comprendía, supongo que son los rastros de la preocupación y el amor.

-¿Recuerdas lo que te paso?- sintió que negaba -nos peleamos y me fui, paso el día y no regresaste, a la mañana siguiente fueron a buscarte, pensaron que te habías perdido como de costumbre, pero…- ver a Chopper llegando con el peliverde ensangrentado era una imagen nada gratificante, sintió miedo y culpa -eres un imbécil-

-Siempre lo fui- murmuro

Que lo admitiera era una gran sorpresa, generalmente se ofendía rápidamente y atacaba -Marimo- inconscientemente toco su cabellera, ah mierda, admitía que le gustaba tocarlo y aunque terminaron no se iba a privar de ello.

Ronroneo al sentir su toque, extrañamente era lo que necesitaba, se restregó cual felino -hueles bien- sus labios acariciaban la tersa piel y sus dedos comenzaron a masajearlo, más, solo un poco más -Cocinero- hablo cosquilleándolo -Pervertido- el rubio se achicaba al sentirlo de esa manera era…erótico -Ero-cook- volvía a pronunciar lentamente -Sanji- pronuncio como si rogara.

Las orejas del rubio se calentaron, nunca lo oyó en ese tono, su corazón se disparo por completo y no sabia que carajos hacer, no quería soltarlo pero lo odiaba y debía recordar que le grito eso tan horrible, por dios, lo hizo llorar, no lo iba a perdonar, no ahora, el daño ya estaba hecho, negó y lo alejo como pudo, se sintió tan frio tras la distancia -¿Qué haces?-

Su mirada brillo al notar que el peliverde estaba demasiado rojo, sudaba y tenia la boca abierta, no era justo, quería besarlo por siempre, quería estar con el hasta que el tiempo decidiera ¿Por qué fue tan difícil?  -Cocinero- estiro su mano tomando de la barbilla al rubio, con su pulgar acaricio su labio y lo forzó a abrirla un poco -besa—

-¡Zoro!-

-¡¡¡Uoo!!!- grito mientras estampaba la cara del espadachín contra la almohada -¡Cho-Chopper, que bien que llegaste! ¡Se-Se quería mover!-

El reno furioso comenzó a regañar al peliverde mientras el blondo abanicando su mano hacia su rostro salía rápidamente -¿Sanji-kun?- Nami y Robin lo vieron pasar como un rayo ignorándolas -¿Sera él la causa?- pregunto molesta a la arqueóloga

-Puede ser- dijo algo entristecida, podía saber un poco lo que sucedió, ellos habían roto.

Encendió un cigarro y se rasco la cabeza con desesperación ¡¿Qué mierda pasaba con él?! Era peligroso, por un segundo creyó que Zoro le diría que lo bese, pero eso era prácticamente imposible porque le dijo que era un hombre, así de simple.

-Sanji- el carpintero se paro a su lado -estas rojo-

-¡¿Y que?! ¡Ha-Hace calor!-

Miro hacia el frente y sonrió -tienes razón-

Pasaron unas horas y a pesar de que lo cuestionaron Zoro no podía recordar lo que le había sucedido, pero de una cosa estaba seguro, necesitaba que el rubio estuviera cerca suyo, estaba en cama pero mierda que la espalda no lo perdonaba, decidió salirse y se escabullo a la torre de vigía, tuvo suerte, no se topo con nadie y podría ejercitarse -¿Qué haces?-

Soltó una pesa y dio en su pie, maldijo a lo bajo mientras se fregaba, su dedo lloraba el castigo recibido -¿Qué quieres?-

Subió de un salto y bajo la bandeja -no has cenado, come y duerme-

-Dormí demasiado, gracias por la comida-

Trataba de no mirarlo demasiado porque sino seria demasiado obvio, su corazón estaba dolido pero eso no quería decir que lo haya dejado de amar.

Aunque dijo que no recordaba queria preguntarle, queria saber, pero ya no quería iniciarle dialogo.

Con tiempo y calma esto pasaría, sin duda alguna -Sanji- ¿Qué le pasaba? ¿Por qué lo llamaba por su nombre? -gracias…por preocuparte-

Tenia una sonrisa, tenia una maravillosa sonrisa ligera, sus orejas lo traicionaron y decidió bajar rápido, ser tan atractivo era un total delito -¿Yo me preocupe?-

-----

Pasaron dos días.

Luffy correteaba por delante mientras el resto lo seguía, hoy era el ultimo día en esta isla, aunque ya todos estaban hartos de ella no querían dejar a Zoro dar su tan anhelado paseo solo, por eso todo se organizaron por no perderlo y darle su merecida caminata.

La ciudad se mostro tan alegre como de costumbre pero unos estallidos dieron a entender que hoy era distinto -¿Qué estará pasando?- Nami no dejaba de ver el cielo

-Oí que hay un festival celebrando la prosperidad del puerto- hablo la arqueologa.

Zoro se detuvo al sentir una punzada en la cabeza, esas palabras fueron como un grito y no supo entender su propia reacción ni su dolor -Zoro ¿estas bien?- Chopper tocaba su pierna y apenas dijo eso todos tenían sus miradas en él.

-Estoy bien-

Avanzaba, firme pero con dudas ¿Qué estaba pasando?

Y apenas pisaron la cercanía con las personas todo se convirtió en un correrio, repentinamente el grupo se vio envuelto en una ronda y los únicos que escaparon fueron Chopper y Franky, el resto se vio arrastrado, aplausos y giros, Ussop pedía auxilio mientras Nami y Robin se carcajeaban ya que eran sostenidas por niños.

Luffy sujetaba a Zoro y Sanji quienes estaban asombrados de este remolino de gente, tanto mujeres como hombres se sujetaban encantados del otro.

-¡¿Qué es esto?!- grito el rubio al sentir el pecho de una jovencita pegarse a su brazo

Zoro miro hacia el cocinero y sintió otra punzada y un pitido que duraron un par de segundos, su cuerpo giro y se encontró sujeto a un hombre mayor, saltaban y el desconocido se veía divertido al tener en brazos a tal joven.

Sanji no podía dejar de ver a aquella chica, era de una caballera oscura y lucia unos preciosos ojos turquesas, demasiado hermosa, deseaba apretarla y hacerla feliz por la eternidad, pero ella repentinamente lo empujo y giro, ahora estaba en brazos de su Capitán quien no dejaba de carcajearse.

Zoro era sujetado por una señorita de cabellos cortos y entre tanto jaleo creyó ver un rostro familiar, una anciana, su cuerpo dio otro giro y su rostro choco contra el de una persona, maldijo fuertemente pero al abrir los ojos se encontró con aquellos particulares ojos azules, Sanji, ay la puta madre, el pervertido estaba entre sus brazos.

Ni siquiera lo pensó -¡Vamos cocinero!-

El blondo sorprendido no tuvo más que sujetarse y empezar un recorrido tortuoso junto al espadachín, su corazón se agitaba no solo por este desconocido baile sino porque tenia al hombre que amaba entre sus brazos y que anhelaba no soltar nunca más, se centro en su rostro y se dispuso a recordar cada parte así en un futuro recordarlo con nitidez.

-¡Mierda!- chocaron de espalda con otra persona y eso provoco un desequilibrio haciéndolos caer junto a otros, muchos se rieron y Zoro no fue la excepción, Sanji estaba abrumado, este peliverde estaba mostrando facetas que un nunca creyó ver y su corazón lo traicionaba más que nunca -¿estas bien?- no necesito aquella tosca mano para ponerse de pie.

Zoro suspiro y sintió una incomodidad en su nariz -¡Marimo!- Sanji estaba demasiado cerca presionando su nariz con su pañuelo de bolsillo, se mostraba preocupado -Vamos-

Por su garganta pudo sentirlo, sangre, estaba sangrando.

Mierda Marimo, eres un desastre.

Esas palabras las oyo en algun momento -déjame- le da la espalda y trata de contener el mismo el sangrado y alli la ve, aquella anciana con su bastón y caminando entre varias personas -¡Espera!-

-¡Zoro! ¡¿A dónde vas?!- ni siquiera llego a dudar, perseguir al Marimo era una prioridad porque no podría cargar con ello nuevamente, no podría soportar verlo herido.

Su agitada respiración continuo a la par de sus pasos, necesitaba alcanzarla, necesitaba saber quien era y porque su corazón estaba desesperado.

-¡Anciana!- la tomo del hombro pero no era la misma, esta mujer tenia los rasgos completamente distintos, no se disculpo y se alejo, estaba en un cruce total, no sabia el porque de sus acciones, estaba confundido y pudo reconocer el tan ridículo miedo ¿de que estaba asustado?

-¡Mierda Marimo de porquería! ¡¿Por qué corriste?! ¡Ya perdimos al resto! ¡¿Qué pasa contigo?!-

El peliverde ni respondió, solo se quedo alli de pie viendo a la nada, había cambiado demasiado al estar en cama por días, fue como un largo sueño, uno que no recordaba, Sanji molesto obstruyo su imagen -¡¿Me escuchaste?!-

Inconscientemente o tal vez por el cosquilleo en su cuerpo elevo su brazo hasta poder tocar la mejilla del blondo, Sanji enojado se veía extrañamente llamativo, era gracioso e incluso le parecía lindo -no te escuche-

-Estas extraño ¿lo sabias?-

-Si-

-¿Qué pasa?-

-No lo se- cerro sus ojos agotado, su cabeza era una bola negra, todo era nebuloso y no sentía más energía, ya corrió lo suficiente, quería descansar haciendo ejercicios y bebiendo Sake junto al cocinero -¿regresamos?-

Asintió extrañado, pero aunque dijo aquello no dejaba de acariciarle el rostro causándole una agradable sensación -¿puedes quitar tu mano?-

-¿Te molesta?-

Miro hacia el costado, todo lo contrario pero ya no iba a repetir lo mismo, aunque su corazón gritara que no desaprovechara esta oportunidad no tropezaría con el mismo musgo dos veces.

-Por supuesto que me ¡¿eh?!- estaba demasiado sorprendido, sus mejillas se sonrojaron demasiado -¡¿Qué-Que-Que te pasa?!- el peliverde no dejaba de mirarlo con sus llamativos ojos grises adornados por un camino de lagrimas -¿Por qué lloras?-

-No lo se, solo…déjame tocarte-

Este no era el Marimo de siempre, no era el espadachín que conocía, este Zoro estaba como asustado y extrañado de todo, apenas podía reconocerlo, era atento y…parecía intentar ser cariñoso con él, su corazón se estrujo ¿Qué lo agobiaba?

-¿Quieres…abrazarme?-

Ni siquiera le dio una señal, solo lo estrujo entre sus brazos, tenia la necesidad de sentirlo y no dejarlo ir, quería tocarlo, besarlo y ser el único que pudiera ver su delgado pene y sus fascinantes expresiones.

-Cocinero- Sanji estaba atento a lo que oiría -¿Qué sentías al tocar mi pene?-

Sus mejillas se enfurecieron -¡¿Qué preguntas?!- se removió

-Solo responde-

Lo apretaba tan fuerte que le impedía cualquier movimiento -¿Por qué quieres saber eso?- estaba molesto y avergonzado, jamás había preguntado algo así, no mientras estuvieron juntos ¿Por qué ahora cuando ya terminaron? -si respondo ¿me soltaras?- el movimiento indico que asentía -eras caliente, me gusta tu olor, el como se ponía duro entre mis manos, goteabas demasiado y tenias un lindo color, es todo-

-Entiendo, dime ¿como te sentias?-

-¡Ya respondi!-

-Por favor, solo quiero saber como te sientes-

Comprendió lo que quería decir, su corazón, sus emociones, era injusto pero este ya no era su compañero “sexual” nada cambiaria con decírselo -mi corazón latía muy rápido, al besarte no me cansaba, mis manos necesitaban tocar más de tu piel, me sentía genial, quería más y más hasta el punto de…- trago una ola de saliva -quería metértelo, siempre me mojaba demasiado, terminaba tan excitado que me era casi imposible…-

Sonrió de lado y aflojo -entiendo, es bueno saberlo- se miraron a los ojos y el único que dio el paso fue el impredecible espadachín, rápido y directo.

-Creo que me gustas-

De un golpe cayo al suelo -¡¿que mierda dices?! ¡¿que juego es este?!- no podia creerlo, no podia soportarlo, era demasiado para su corazón, estaba llorando sangre justo ahora.

El espadachín desde el suelo veía el colorete y la furia en su rostro, podía oír todo lo que decía, pero no dolía, nada dolía, con una rodilla plantada al suelo sujeto fuertemente la mano que lo señalaba y sin pronunciarle más beso el reverso.

Sentía un enorme cosquilleo y una emoción lo recorría, sin duda esto era el tan odioso gustar pero por más odioso que lo piense, se sentia realmente genial.

-¡Basta! ¡¿Por qué sigues?!- todo le ardia y no daba credito a las acciones del moreno, avanzo rápido al darle la espalda pero sus orejas lo delataban, estaba completamente abochornado, estaba maldiciendose al sentirse dichoso por este esas palabras, por sus acciones.

Suspiro y lo siguió tan rápido como pudo, no iba a escapársele, no lo permitiria.

Con esto daria el punto final, por ahi no es lo que se esperaba pero es todo lo que puedo dar 😥 como andan??? Ando muy triste porque me despidieron de mi trabajo y estoy con sintomas de Coronavirus, mi salud ya de por si es muy fragil por lo que espero no empeorar, espero sacar el proximo pronto y para la siguiente historia ya casi tengo el capi, espero que lo hayan disfrutado, los amo!

Mero ❤❤❤

Mi vida sin tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora