Amar

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--¿Más calmado?-

Zoro desde el marco del cuarto observaba al rubio, se había acostado tras el malestar que le hizo la decisión del peliverde -un poco- tomo el pañuelo y limpio su nariz, el llanto más el frio no le eran una buena combinación -siempre tan imprudente pero supongo que debo aceptarlo- en realidad su corazón ya estaba demasiado herido como para seguir haciendo un escandalo, llorar y rogarle que no lo hiciera, ya no importaba lo que dijera, el espadachín hizo una dolorosa promesa.

-Sabes que si hubieras sido tu o Hideki lo habría hecho así que no te mortifiques ¿de acuerdo?-

Asintió y cerro los ojos, dormiría aunque era realmente imposible pero lo intentaría, hace ocho años se arrepintió por exigirle a Zoro por más intimidad, creyó que ese fue el punto de quiebre aunque el Marimo le aclaro que no quería tocarlo por ser hombre pero entonces ¿a que vino tanta mierda desde que llego? Su estomago era un retorcijón de miedos y angustia, rezaba por lograr conciliar el sueño.

-Se durmió- cerro la puerta y se dirigió al sillón derrotado, no estaba arrepentido pero su pecho pesaba y deseaba que Hideki estuviera bien, que todo valga la pena, quería verlo sonreír y reír, volver a sentir sus abrazos y sus molestias, era un niño pequeño especial que lo volvía loco pero lo hacia feliz, era como su hijo, ese mocoso era el hijo del cocinero y eso se sentía bien.

Admiraba a ese rubio, su pasión y gracia por la comida lo hacían ver especial y cuando peleaban era el doble, estaba agradecido con el destino por haberle puesto tremendo compañero, al fin tenia a su igual, alguien capaz de enfrentarlo sin temor, era como Luffy, pero con el tiempo se torno extraño, lo buscaba con los ojos y su cuerpo lo traicionaba, estaba molesto así que decidió enfrentar el problema.

“¿Por qué no fuiste sincero?”

Sanji bajo la escalera, no se había dormido por culpa de las vueltas que dio su cabeza y se resigno a levantarse, una luz estaba prendida y noto el cuerpo del espadachín sobre el sillón, estaba dormido, se veía tan relajado, tan él, se acuclillo y aprecio su rostro, empezaba a babearse y la burbuja de su nariz era un chiste eterno, sonrió cálidamente y remarco con su dedo la cicatriz de su ojo, fue de una manera tan sutil que un placer lo recorrió y suspiro, pero se arrepintió de su actuar, estaba retrocediendo varios casilleros, era muy blando, demasiado cuando se trataba de Zoro.

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Abrió los ojos viendo apenas como aquel moreno preparaba los materiales quirúrgicos -Torao…Nii- susurro apenas, se sentía mareado, cansado y adolorido, lo ultimo que recordaba era estar en cama y sentirse pésimo, pero no quiso decirle a su papá ni a Zoro-nii, creyó que iba a sentirse bien por la mañana.

-Estate tranquilo, pronto empezare-

Suspiro con fuerza empañando el respirador -¿papá?-

-Te trajo aquí con Zoro, a decir verdad no iba a operarte pero llegamos a un acuerdo-

Miro hacia un costado y no tenia que pensarlo mucho, era pequeño pero no estúpido -¿Qué…dieron?-

Tomo un bisturí admirando su filo -cuando esto termine no veras a tu Zoro-nii-

Las lagrimas no tardaron en acumularse, esto era su culpa, si no hubiera sido tan débil, si no fuera tan pequeño -Torao-nii- el moreno se acerco lo suficiente mirándolo con una media sonrisa plantada, ese mocoso tenia toda su atención -tío Luffy-

Frunció el ceño ¿Por qué lo mencionaba ahora? Todo rastro de burla se desvaneció de su rostro, esto no era una broma si quería podía matarlo y decir que murió a causa de la cirugía -hablas demasiado, duérmete de una vez- pero no iba a hacerlo, en parte respetaba a este niño, pero más que nada porque era demasiado inteligente y llego a apoyarlo en los momentos en que creyó volverse un idiota iracundo, el pequeño detenía toda corriente y te abrazaba con esa sonrisa de que todo estaria bien, por eso lo odiaba, podía leer a las personas.

Lo siguió observando hasta que todo dio efecto, suspiro y puso manos a la obra, luego de que los análisis dieron de forma correcta estaba listo para comenzar, sus asistentes quienes estaban de pie a su lado oyeron aquello pero con la fidelidad que los caracterizaba no hablarían de nada, ellos eran hombres de pocas palabras cuando se trataba de su jefe.

-Esto será divertido-

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La burbuja se reventó al despertarse y se fregó el rostro, se había dormido bastante rápido, el cuerpo reclamo su estirón y la orden fue acatada, camino hasta afuera al sentir el ruido de unas botellas y menuda sorpresa de ver a Sanji con varias botellas de Sake -¿quieres?-

Sanji no era de beber de esta manera así que bueno, era extraño -¿no tienes frio?- solo tenia puesta una ligera camisa y dios, tuvo que desviar la mirada al notar los pezones erectos de su rival -ten- le lanzo su abrigo dejando su cuerpo expuesto.

-¿Qué clase de idiota se preocupa por otro mientas se descuida a si mismo?- apretó los dientes molesto, tenia razón pero no quería ver esos botones ponerse más duros además de que el aire frio la calmaría un poco, con las mejillas acaloradas tomo la prenda y la llevo a su nariz dejando pasmado al espadachín, el aroma de Zoro penetraba su nariz y lo llenaba del placer prohibido, ya se había rendido con él, pero aun podía disfrutar de estos momentos; bebió un largo trago y sonrió, le hacia bien aligerar peso con el alcohol, Zoro en cambio bebía con consideración apreciando los movimientos inusuales del blondo.

-¿Desde que horas llevas bebiendo?-

-Solo unos minutos-

¿Minutos? Ya habían dos botellas vacías en el suelo y por el olor sabia que no eran nada suaves -entiendo- estar sentado al lado de Sanji quien estaba ebrio, chistoso y erótico, era un peligro total ¿quieres agua? Iré por un poco-

-¿Estas tratando de huir?-

Se quedo quieto ¿huir? No, solo quería aligerar sus estúpidos síntomas por culpa del alcohol, quería que estuviera bien -ya has bebido demasiado- intento quitarle la botella pero el rubio de un salto se alejo y la movió en modo de burla.

-¿Estas molesto?- pregunto sonriente -sabes Zoro- miro la etiqueta de la botella, era un buen sake -a veces eres fácil de leer y esta vez…- rozo los labios con el pico de la botella -te veo desnudo-

Apretó los dientes ¿y toda esa mierda? En dos zancadas se acerco y le quito de un tirón la botella -es suficiente ¿no te avergüenza ver lo que haces?-

¿Vergüenza? Vergüenza era lo que reflejaba su rostro, no era estúpido, por lo menos en este momento Zoro evitaba verlo, lo esquivaba, fingía que lo miraba pero estaba enfocado en otras cosas, aunque podía picarlo mucho más decidió no hacerlo porque ya se había rendido con el, enfrasco esos sentimientos y ahora el compañerismo era lo primero entre ellos.

-Te odio- se acerco y lo sujeto de los hombros, el peliverde enarco una ceja -aun así eres mi Nakama Marimo estúpido-

La noche era fría y perfecta, los ojos de Sanji resaltaban más, ese cielo era maravilloso, trago duro ¿esto era provocación? Es que no creía que alguien tan brillante como el cocinero lo hiciera sin intenciones.

-Lo se- desvió la mirada, Ssnji con su abrigo se veía llamativo -eres importante para mi-

-Me amas ¿verdad?- se mordió la lengua pero ya era tarde.

El espadachín tuvo en seco repentino en su garganta, es verdad, el había dicho eso, dijo que los amaba y las palabras eran algo que nunca se podrían borrar -si- un escalofrió lo recorrió y su palpitar se disparo, extrañado se centro en su cuerpo, las manos le temblaban, se sentía más pesado y su corazón seguía corriendo haciendo que se calentara más de lo de costumbre.

Abrió la boca pero acallo las palabras, hubiera querido escuchar eso de otra forma pero estábamos hablando de Zoro, sonrió de lado y lo soltó, es verdad, Zoro lo amaba como el Nakama que era, es que era su familia al fin en cuenta.

-Sabes, amar es algo complicado estúpido-

Amaba a Sanji como amaba a Hideki aunque se sentía distinto, no podía mirar a ambos con los mismos ojos -no lo mires tanto, podrías querer besarlo-

Ambos siguieron la voz y menuda sorpresa de ver a Trafalgar, se lo veía molesto -¡¿Dónde esta mi hijo?!- aparto al peliverde de un empujón y fue contra el ojeroso tomándolo de sus ropas -¡¿Cómo esta?! ¡Entrégamelo!-

A Law se le resbalo una gota de sudor, parecía una madre histérica -eres ruidoso, ese mocoso esta bien-

-¡¿entonces-?!- lo obligo a soltarlo, mierda que odiaba tener contacto con el cocinero pero debía de soportarlo

-Fue un éxito pero esta delicado ¿quieres que lo traiga igual?-

Los humos se le bajaron y se calmo, no, no quería arriesgar a su pequeño por el simple hecho de que este hombre lo incomodaba, era su rival de amor pero no era momento para esto, respiro profundamente y se inclino ligeramente, no era momento de mostrarse orgulloso -gracias-

Zoro luego de aquella brusquedad hizo lo mismo poniendo incomodo a su pareja -me sorprende los modales que tienes- miraba al rubio, era placentero verlo de esa manera -si quieres elogiarme no me molestare-

-¡Te voy a matar!- el peliverde lo sujeto hastiado -¡suéltame Marimo! ¡lo matare y luego a ti!- ¿Por qué a él? Hasta hace un momento estaban…

Se dio la vuelta ignorándolos -espera ¿no iré contigo?- se sorprendió de oír aquello, sin duda alguna se lo llevaría pero aun no era el momento.

-Digamos que ya cumplí mi promesa pero como profesional…- admiro a este par y en verdad detestaba lo gracioso que se veían juntos -no puedo dejar a mi paciente hasta que se haya recuperado por lo que tendrás que esperarme pacientemente ¿de acuerdo?-

Era realmente complicado aquel moreno, pero estaba bien, esperaría hasta que el lo decidiera, asintió sin problema -¡Espera! ¡Quiero verlo!-

De arriba abajo le clavo la vista -primero que nada, quítate ese abrigo- la prenda se lucia sobre su cuerpo haciendo que el ojeroso tuviera un tic -ahora- nadie le ordenaba y menos ese estúpido hombre, pero en cuanto sintió que esta se deslizaba se sorprendió, Zoro se la estaba quitando sin palabra alguna -¿marimo?-

-No empiecen una pelea sin sentido- el ojo sano del espadachín pedía que obedeciera y odiaba admitir que tenia razón y que amaba ese ojo así que asintió molesto -bien ¿podemos verlo?-

Negó -solo uno-

-Ve- empujo al rubio sorprendiéndolo -es tu hijo-

-Pero también es…tuyo- se sonrojo al decirlo, Hideki era el hijo de ambos, sonaba tan raro como satisfactorio -así que…te lo debo-

Aaah mierda, acaricio su mejilla con una clara media sonrisa -¿seguro?- maldición que estaba seguro, era lo mínimo que le debía, asintió correspondiendo el toque, Law ni siquiera espero y con su habilidad mando a volar al peliverde.

-No te entusiasmes mucho, Zoro es mi esposo-

-Como si me importara-

Quería molestarlo -me lo llevare apenas ese mocoso mejore, cuando apenas lleguemos a nuestro camarote- se rio de lo bien que se sentiría -puedes lloriquear si quieres, ese hombre ya es mío-

Se cruzo de brazos conteniéndose, no iba a empezar una pelea, Zoro le dijo que no empezara una pelea sin sentido, quería por lo menos poder acatar eso -Zoro nunca te pertenecerá, no importa lo que hagas, el es…-

-¿Tuyo?-

-Libre- Law apretó su espada, no esperaba oír eso -aunque lo haya amado antes, aunque este casado contigo, el siempre será libre, los Mugiwaras somos así-

-¿Antes?- murmuro, siempre, siempre era así, este rubio era detestable por su comportamiento, no era sincero, todas las veces que lo vio siempre mentía, sonreía falsamente aunque se delataba así mismo con sus miradas de devoción a aquel hombre que portaba el anillo, jamás le gusto perder y no iba a permitirlo pero Zoro…Zoro , ese imbécil no importa lo que se haya esforzado en estos años el nunca recibió aquel trato que deseo -¿Por qué lo niegas? ¿Por qué sigues con eso? Sabes que te odio ¿verdad?-

-Con solo mirarme lo se y déjame decirte que le confesé a Zoro que me gusta-

-¿Gustar? ¿es una broma? ¿Le dijiste que te gustaba?- Sanji se acallo pero asintió -¿en verdad te gusta?- estaban hablando de Zoro, de Roronoa Zoro un hombre que de un paso se perdía -no puede ser ¿estas diciendo a Zoro que te gusta, le has dicho eso siendo que lo amas?-

-El ya sabe que lo amo, amar y gustar ya es lo mismo ahora-

-Amar y gustar son dos cosas completamente distintas- la espada temblaba en su mano, quería matarlo por lo que hizo, había confundido a su pareja y debería de estar feliz por que no corría riesgos de ruptura pero esto no era cómodo, no quería ganar de esta forma tan baja -escúchame Kuroashi-ya, Zoro es un idiota, es tan idiota que no entiende las cosas si no se las dices claramente, tu le has dicho que te gusta, un gustar suena muy superficial, muy blando, no suena a como decir te amo ¿al menos tu puedes entender eso?-

-Lo entiendo, escucha, Zoro es un cabeza hueca pero nunca pensé que fuera un imbécil no creo que él haya olvidado las veces que le dije que lo amaba…- de repente recibía golpe tras golpe mental, lentamente las escenas caían sobre su cabeza, cuando le dijo a Zoro que le gustaba este le miraba tiernamente como si hubiera tomado sus palabras en forma de ¿cariño? No, fue como si Zoro no comprendiera del todo sus palabras.

-¿Te diste cuenta? Si esperas una respuesta de Zoro debes ser claro imbécil-

-¡Y-Yo fui claro, pero el me rechazo! Me ve como su Nakama-

Ayudar a su rival no estaba en el plan pero si quería cerrar un circulo debía dejar que siga el rumbo hasta el fin -te rechazo porque sonaste vació, se directo y dile que lo amas, por lo menos alli tendrás una respuesta clara-

-Ya me rendí con el, deje mis sentimientos de lado-

-¿Rendirte?- le dio la espalda, ya no oiría más nada que le diga -¿Por qué te mientes? Tu jamás te rendiste y menos por esto, además jamás dejes tus sentimientos de lado- su habilidad apareció y el peliverde piso el césped.

-¡Law, estaba con Hideki!- reclamo al aire, bufo, odiaba ese comportamiento -Cocinero, Hideki esta bien, esta con un respirador pero ya no tiene fiebre y…- suspiro aliviado, verlo logro desanudar un gran nudo -el esta bien- feliz, estaba tan feliz que apoyo su frente con la del rubio.

-Gracias, me alegro mucho-

Bajo la mirada viendo los labios ajenos y las palabras de Law lo invadieron “dile que lo amas” no entendía el porque de esas palabras, parecía como si lo ayudara, como si los apoyara -Zoro-

-¿Qué?-

-Zoro- cerro sus ojos y el frasco que envolvía su corazón empezó a quebrajarse ante las dudas que comenzaron a chocarlo, su determinación se estaba cayendo al piso y nuevamente se ilusionaba, las palabras de Law lo golpearon fuertemente -¿me amas?-

Asintió correspondiendo a su mínimo contacto -tanto como a Hideki-

-Zoro…me gustas- el peliverde lo miro a los ojos, ese gustar estaba bien pero no podía aceptarlo -Zoro…- se alejo un poco, su mirada temblaba ante la penetrante mirada del moreno -te…te…-

-¿Te?- se veía gracioso con el rostro rojo aunque en verdad estaba haciendo más frio.

-Tengo sueño- bajo los hombros rendido, se sentía decepcionado de si mismo ¿acaso obtendría una respuesta distinta de este hombre si se lo decía con otras palabras? Maldecía a Law por confundirlo -¿entramos?-

-Si-

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-¿Amar?- miro al niño en la camilla, su pulso era normal y no había porque preocuparse de su recuperación, en un día estaria perfecto -eres un gran problema mocoso- tomo el pequeño metal en su mano y lo observo -aunque tienes agallas ¿Qué excusa le meteré a Zoro?- frunció el ceño enfadado consigo mismo, se había metido en un lio el solito.

-Torao-nii-

-Me pregunto de quien serás hijo que tienes esa fuerte voluntad- movió sus deditos tratando de darle a entender las palabras que no podía expresar -lo se- apretó la mano, estaba tibio y era tan pequeño que pareciera que fuera a quebrarse -lo se así que descansa de una vez-

Nunca lo diría, pero cuando Zoro le presento a este pequeño su mundo dio un giro de ciento ochenta grados y sabia que ya no se sentiría como antes.

Hola!!!!!!! Perdon, me atrase mucho y nada,no hay excusa, tambien estoy atrasada en mi otra historia pero no tardo, iba a hacer que Zoro sufra en este capitulo pero seria muy tajeante y me molesto eso, por eso lo voy a extender unos dos capis mas de los que dije ya que quiero darle un buen cierre, espero que tengan paciencia,gracias por leer! Los amo!

Mero.

Mi vida sin tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora