Sacrificio.

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Desde que tengo memoria papá siempre se veía distraído, parecía como si estuviera recordando algo, yo en ese momento tenia cuatro años pero no fue difícil de descifrar como todo cambiaba cuando veía a Zoro-nii, sonreía y su actitud cambiaba, papá amaba a Zoro-nii pero no le decía nada ¿Por qué? Siempre veía aquello y siempre me esforcé por unirlos, aproveche hasta la ultima oportunidad, siempre desee que estuvieran juntos, mi mamá parecía no ver nada, parecía vivir en su propio mundo, no veía las expresiones de papá, no parecía importarle.

Cuando quede herido y Torao-nii me salvo supe que también fue gracias a Zoro-nii pero papá me prohibió hablar y tener contacto alguno con él, me sentía solo y frustrado porque no podía ver a mi héroe y porque papá se veía triste.

Al volver a verlo sentía que esta era una buena oportunidad, abandone cualquier miedo que me planto mi madre y decidí por primera vez salir de debajo de sus alas y proteger a mi héroe, pero aunque parecía ir bien todo se desmoronaba en unos minutos, Zoro era…idiota, no parecía notar lo que estaba enfrente suyo, era como si estuvieras esquivándolo o tal vez realmente no notaba nada porque como decía papá, era un Marimo.

Tosí varias veces en cama y tome una bocanada de aire, desde hace un rato no me he estado sintiendo bien, hacia mucho calor y me temblaban las manos pero Zoro-nii se había esforzado mucho en llevarnos al festival que no pude decir nada, no quería arruinarlo, oí unos gritos y me detuve a mitad del pasillo, eran ellos nuevamente y estaban peleando, apreté mis labios al oírlos, Zoro-nii hería a papá sin notarlo ¿Por qué era así? ¿Por qué era tan duro? Los adultos eran tan duros.

Me alejé y llore, ambos eran unos tercos estúpidos.

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Quería que lo suelte y a la vez no, estaba batallando contra su cabeza y su cuerpo por si dejarlo o no ir, se dijo que ya no lucharía más, no seria honesto, aunque por lo menos podría vivir por su familia.

-Zoro…me alegro haberte visto de nuevo- de un movimiento brusco logro que lo soltara para luego ponerse de pie -adiós-

Su mano quiso alcanzarlo pero se detuvo, miro su palma temblorosa, era como esa vez, Sanji se le estaba yendo de las manos de nuevo pero esto no era por romanticismo era por…era por… ¿Por qué estaba sintiéndose así?

Apoyo la mano en su pecho sintiendo el golpeteo fuertemente, eran pesados y angustiosos -¿Por qué?- la calidez del blondo ya no estaba contra su cuerpo, no sentía su figura y ni su respirar, era realmente una ausencia dolorosa ¿era así cuando se perdía a un Nakama tan importante? Un crack resonó en su cabeza, un recuerdo, un recuerdo estaba tratando de abrirse camino en su cabeza ¿era de su yo actual o del mejor espadachín del mundo?

“No te vayas”

Ya estaba de pie siguiendo las huellas del rubio y no se sorprendió de verlo con el pequeño -¿Qué pasa?- sus movimientos delataban lo alterado que estaba.

-Tiene fiebre- salió a buscar unos paños y Zoro se quedo viendo al niño el cual reflejaba en su rostro el sufrimiento, lo toco y mierda que estaba caliente -un medico- murmuro

-Mierda ¿Por qué tan de repente?- mojaba la frente de Hideki tratando de apaciguar su dolor, incluso trajo una bebida fría -Hideki ¿me oyes?-

Abrió sus ojos centrándose en el rostro del rubio -papá…- frunció el entrecejo -duele- se hizo de costado y se acurruco, sudaba demasiado y le costaba respirar -duele-

Zoro ni siquiera espero a que siguiera expresando su dolor, con la manta alzo al pequeño -¡¿Qué haces?!- no era momento de hacerse el estúpido, su hijo estaba enfermo y lo ultimo que faltaba era que este marimo fuera brusco con el -¡dámelo!-

-¡No hay tiempo!- el pequeño cuerpo ardía en demasía, podía sentirlo -vamos-

Tomo un paño y siguió al moreno -¡¿A dónde?!-

-Law-

Se detuvo abruptamente, no esperaba que el espadachín dijera eso ya que sabia que aquel ojeroso no era una buena presencia ante el, retomo sus pasos pero no podía evitar pensar en el cruce que esto crearía, era notorio que Law lo odiaba y amaba excesivamente a ese Marimo, una molestia se instalo en su pecho, un mal presentimiento comenzaba a agobiarlo -Zoro- murmuro

Se acercaban al bosque, Law estaba del otro lado -¿Qué pasa? Llegaremos más rápido si nos llevas-

Apretó los labios y guardo silencio, llevarlo rápidamente era primordial para su hijo, ignoro toda molestia y sin pensarlo más sujeto al peliverde de la cintura y por los aires avanzaron, con su Haki pudo ubicarlo y sorpresivamente el moreno estaba sentado en las afueras.

-¡Law!-

-Zoro- estaba emocionado de verlo pero lo oculto al ver al rubio y noto al niño en brazos de su pareja -que inusual verlos por aquí-

Se acerco demasiado sorprendiendo al cirujano -¡Atiéndelo! ¡porfavor!- le estaba pidiendo sin duda alguna que atienda a ese niño, entrecerró los ojos y observo al menor, quiso reírse al verlo todo sudoroso pero no debía, Zoro realmente se enfadaría.

-Veamos- con su habilidad reviso el cuerpo chiquillo, menuda sorpresa la que se llevo -necesita una operación-

-¡¿Qué?! ¡¿Por qué?!- dejo de ocultarse y enfrento a ese hombre -¡¿Qué tiene?!-

Odiaba tener que mirarlo pero no tenia opción -no lo entenderías aunque lo explique, es grave, necesita una operación-

Zoro analizo cada palabra de ese hombre y algo no encajo -¿no le harás tu la operación?-

Sonrió de lado y se hizo de costado, la noche estaba fresca -no soy barato-

Al rubio por un segundo se le quedaron las palabras en la boca ahogándolo pero el enfado fue mucho más fuerte -¿Qué mierda dices?! ¡Atiéndelo!-

-No me ordenes, si no lo captas ya lo atendí y he dado un diagnostico, no puedo hacer una cirugía gratis-

Hideki tosió varias veces y soltó un quejido, se acurruco contra Zoro y se quedo quieto, podía sentir el pequeño corazoncito latir lentamente, muy dolorosamente respiraba, no estaba bien, nada bien -¿Cuánto quieres?-

Amaba demasiado esa estúpida amabilidad y no podía dejarlo pasar por alto, un punto clave en su relación, es por eso que no podía dejarlo ir -no quiero dinero- miro de arriba abajo a su pareja, al hombre que amaba, fue rápido y directo -quiero tu virginidad-

Todo se detuvo, pensó que tal vez escucho mal pero sabia, lo sabia, había oído demasiado bien, Zoro…ese maldito Marimo…toco su pecho sintiendo una horrible sensación, una angustia se apodero de su cuerpo y no pudo evitar preguntarse el ¿Por qué ahora? Miro al ojeroso, se veía seguro de sus palabras y eso le molesto, el espadachín no era una cosa con lo que podía hacer lo que quería, no, ese hombre era demasiado para alguien tan vacío como lo era él.

-No lo hará, nos vamos- tomo de la muñeca al peliverde con intenciones de arrastrarlo consigo pero este de resistió -¿no oíste?-

-¿A dónde vamos?-

-¿A dónde? A buscar otro doctor-

Zoro aprecio a Hideki y supo que haría lo que fuera por el -¿hay otro doctor?- apretó los dientes, había un solo doctor en la isla y no estaria aquí hasta dentro de tres horas, el peliverde sintió su temblor y lo supo -¿Por qué eres imprudente?-

-¡No lo soy! ¡Solo-Solo vámonos!- egoísta, estaba siendo egoísta -¡Hideki es fuerte, podrá aguantar unas horas!-

-Morirá- hablo Law empeorando la situación .

-¡Cierra la boca! ¡Zoro, es mi hijo y si te digo que todo estará bien es porque todo estará bien!- estaba agitado y comprendía la situación pero no podía aceptarla.

La arena del reloj se iba agotando lentamente, cada latido, cada respiración contaban, el tiempo en este momento valía oro y no podía desperdiciarlo de esta manera con una conversación sin sentido, apoyo la punta de su nariz contra la frente del niño, todo estaria bien, este sacrificio valdría la pena y no se arrepentiría de ello -opéralo, te prometo que te veré cuando lo hayas salvado- una promesa significaba mucho y era un hecho.

-¡¿Qué dices?! ¡Zoro! ¡¿Entiendes lo que estas haciendo?! -¡Tu! Tu…- no quería perder a ninguno de los dos, no quería perder ante Law, todo se volvió en su contra en cuestión de segundos, sintió el empujón de Zoro y supo que ya no podría hacer nada, se arrodillo viendo como el niño cambiaba de brazos y ambos intercambiaban palabras que ya no podía oír.

Se había rendido con Zoro, acepto que nunca seria suyo pero no podía aceptar que fuera de Law y más sabiendo ahora que su virginidad seguía intacta como en aquellos días de mocosos precoces, sintió el ardor en sus ojos y suspiro con la mirada derrotada ¿Por qué lo amaba tanto? ¿Qué era lo que tenia? Zoro era devoto a Hideki y lo detestaba, no podía soportar que el sacrificio de tal tamaño fuera por ese niño que ni siquiera era su hijo, si moría en la operación era seguro que el Marimo…jadeo al darse cuenta de la horrible persona en la que se estaba convirtiendo, apretó los dientes y golpeo el suelo, amaba a Zoro y a su hijo pero tenia que elegir y eso era doloroso, las lagrimas salieron sin control, nuevamente Zoro los estaba salvando sacrificándose y el estaba alli sin haber podido hacer nada.

Law con toda la satisfacción vio al cocinero retorcerse y maldecir, quería reírse, esta situación era demasiado buena, nunca en su vida pensó que tendría tal chance -Zoro, te prometo que este mocoso estará bien- asintió y se alejo, sabia perfectamente que el pequeño estaria bien con ese sujeto porque Trafalgar era un hombre de palabra.

Vio a Sanji en el suelo diciendo un hilo de palabras incoherentes y trato de que esa imagen no lo afectara, se convenció que todo estaria bien, ser virgen era algo de nombre, la virginidad era algo que uno le daba importancia de más, la primera vez puede ser tanto la primera como la segunda, de eso no había duda, se puso a su altura y palmo su espalda, era momento de regresar, Law se comunicaría con ellos luego.

Sin detener el torrentes de lagrimas siguió a Zoro, este lo sujetaba de su mano y lo guiaba, obviamente se perderían pero al rubio no le importaba eso, quería perderse con Zoro y estar con el de esta forma, olvidarse de lo que estaba pasando y seguir con sus vidas, pero no podía, era imposible, era un estúpido sueño.

-Eres un idiota- hablo, recibiendo un mnh de parte del contrario -te odio- la misma respuesta -pero me gustas- lo mismo -¿Por qué lo hiciste? Tu no nos amas- lloro, era una culpa que pesaba demasiado y jamás podría superarla.

Se detuvieron y el peliverde soltó un fuerte suspiro -en eso te equivocas- escucharlo nuevamente llorar era demasiado para su cuerpo, en esta vida creyó que podría vivir sin Sanji pero el futuro le estaba mostrando que se había desviado demasiado del camino que pensó, el cocinero resulto ser una parte esencial en su vida, le había dado un toque de vitalidad que no sintió durante el tiempo que estuvo con Law, Sanji era alegría, junto con Hideki sentía una felicidad que iba más allá de lo que pudo imaginar, nunca pensó que la vida se tornaría tan colorida y divertida, que las peleas tuvieran un gusto dulzón o los abrazos relajaran su cuerpo, definitivamente esto era nuevo y no era tan malo -los amo a ambos, más de lo que piensas-

No quería oír eso, porque simplemente lo llenaba nuevamente de ilusiones y lo hacia dudar de sus decisiones, Roronoa Zoro era muy injusto, se aferro a su cuerpo y lloro silenciosamente en su hombro que poco a poco iba empapándose y el peliverde acaricio su cabellera mientras lo miraba de reojo, pero sintió algo en su pecho y apretó su ojo sano, trato de calmarse, esto no le afectaba en lo más mínimo, todo estaria bien, este sacrificio no dolía, no dolía para nada, eso mismo se dijo mientras sentía que su cuerpo se llenaba de la calidez del rubio.

Hola Preciosos!!! Como han estado??? Perdon por la demora pero ando con algunos problemas de salud, nada malo, pero me tengo que cuidar más, como van respecto a la cuarentena? Aca es eterna pero ya va a pasar, Zoro me parecio tan chuuu aca y Sanji me dejo mucho que desear, ya veremos como va el siguiente capi, con respecto con Vidas Enlazadas para los que la estan leyendo voy a tardar un poco más, asi que tengan paciencia, me hace feliz que lean mi mini historia gracias al gran Oda, besos, los amo!

Mero

Mi vida sin tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora