Capitulo 16

899 101 3
                                    


Esa misma tarde Susan, Peter y Caspian se dirigieron hacia la casa de la profesora Jones. El día estaba soleado y las calles eran constantemente transitadas por decenas de niños aprovechando el maravilloso clima para salir a jugar. Sin embargo, ni Peter ni Caspian eran capaces de disfrutar del sol golpeando contra sus rostros por una simple razón; internamente nunca habían sentido tan frío.

Caspian se odiaba por haber lastimado a Peter, y lo peor era saber que habría podido evitarle todo ese sufrimiento. La idea de permitirle alejarse de él había estado rondando por su cabeza, pero no podía. Por más que lo intentará no podía ver cómo se alejaba cada vez que intentaba acercarse a él, le era imposible ignorar esa parte de su cuerpo que ya lo amaba con locura y sin remedio.

Y Peter no estaba mucho mejor, nunca había experimentado tanto un dolor como en los últimos días que había estado lejos de Caspian. Evitarlo era mucho más difícil de lo que jamás hubiera imaginado, y más teniéndolo tan cerca.

Para cuándo llegaron a la casa de la profesora Jones, Susan pudo notar la tensión entre ambos chicos, sin embargo, le resto importancia y decidió no preguntar sobre aquello. A medida que se acercaban a la puerta podían oír las risas de unos niños junto a sus pasos corriendo de un lugar a otro. Intercambiaron nerviosas miradas y Peter tocó la puerta. En cuanto esta se abrió una joven chica los miro con curiosidad.

—¿Puedo ayudarlos en algo? —preguntó sin moverse del umbral de la puerta, a lo lejos pudieron ver cómo dos niños pequeños se acercaban a indagar quien había interrumpido su diversión.

—Claro, yo soy Peter, un gusto. —la saludo el mayor de los Pevensie como habían ensayando en caso de que la profesora Jones no fuera quien abriera la puerta.

Lo bueno de que él fuera quien hablará es que su profesora nunca se enteraría quienes eran, considerando que solo conocía a Susan.

—Yo soy Lizy, un gusto. —le devolvió el saludo estrechando sus manos.

—¿Aquí vive la señora Jones? —preguntó por fin Peter.

Lizy asintió.

—Si, pero en este momento no se encuentra, salió con su esposo a hacer algunos mandados ¿Quieren que le dejé algún mensaje?

Susan pudo ver como uno de los niños detrás de Lizy se aferraba a su pierna, tenía exactamente los mismos rasgos que su profesora. La nariz respingada, los grandes ojos y la tez pálida.

—No, está bien —se adelanto a decir Susan—. Podemos buscarla otro día, gracias.

La joven asintió algo confundida y cerró la puerta, mientras las miradas de Peter y Caspian se fijaban en ella.

—La profesora Jones no es a quien estamos buscando. —dijo antes de que alguno hablara.

—¿Cómo lo sabes? —indagó Peter.

Los tres ya habían iniciado su camino de nuevo hacia la casa, algo decepcionados de no haber encontrado a la persona que buscaban. Jones era su única sospechosa, y si ella no fué quien vino de Narnia, entonces ¿Quién?

—El niño era idéntico a ella —se detuvo por un momento y los miró—. Estamos buscando a alguien que haya llegado hace poco aquí, que no conozca el lugar. No a una mujer con hijos y con una vida como cualquier otra persona en Inglaterra.

Ambos jóvenes asintieron, Susan tenía razón.

Al llegar a la casa, y luego de la cena, Caspian lo vió a Peter encerrarse en su habitación. Aún no le hablaba y el jóven príncipe ya sentía que estaba perdiendo la cabeza. Tenía miedo de ir a buscarlo y que lo eché porque dolía más de lo que alguna vez habría pensado, pero de todas formas se armó de valor y camino hasta la puerta de su habitación. No importaba lo que le dijera, hasta que Peter no lo perdonará no se iría de allí.

Cuando le abrió la puerta lucía cansado, tenía dos grandes bolsas debajo de sus ojos y el pijama que llevaba puesto se veía arrugado y desprolijo con los botones mal puestos, algo raro en Peter.

—¿Que quieres? —le preguntó con desdén.

Caspian lo miró por un momento sin saber que decir ni como actuar.

—Necesitamos hablar.

Peter intentó volver a cerrar la puerta de su habitación pero Caspian fue más rápido que él y lo detuvo. El príncipe aprovechó la sorpresa del mayor de los Pevensie y paso por su lado adentrándose a la habitación.

—Vete —le ordenó señalando la puerta—. Vete Caspian.

Negó

—No voy a irme de aquí hasta que me escuches.

—Pues no voy a escucharte así que buena suerte con eso.

Caspian volvió a negar.

—¡Vete Caspian! —insistió elevando el tono de voz.

El joven príncipe se acercó hasta él y puso su mano sobre la boca de Peter para intentar silenciarlo.

—¡Shh! ¿Estás loco? Podrían escucharnos y...

—¿Y eso te preocupa, verdad? —lo interrumpió.

—Peter...

—¿Te preocupa que venga Susan y te vea aquí, tan cerca mío?

Ambos estaban demasiado cerca del otro y Caspian pudo ver el enojo de Peter, quien fruncía el ceño como si se estuviera conteniendo para no echarlo de su habitación a la fuerza. Caspian, hartó de su berrinche, dió un paso atrás.

—Házlo —lo alentó—, vamos házlo.

Peter lo miró confundido por su repentino cambio.

—¡Grita, haz que Susan venga hasta aquí así de una vez por todas podré decirle la razón por la que nunca seré capaz de quererla como te quiero a tí!

Sin darse cuenta había ido elevando la voz de a poco, pero por suerte no lo suficientemente alto como para que el resto de los hermanos pudiera oírlo. Caspian pudo ver por algunos segundos la sorpresa en el rostro de Peter, pero está fue rápidamente sustituida por una de indiferencia.

—Esta bien, haz como quieras. Yo me iré a dormir.

Camino hasta su cama y apagó las luces a excepción de una pequeña lámpara en su mesita de luz.

—Por favor... —rogó viendolo acostarse.

—Mañana debo levantarme temprano, y tú también. Deberías escucharme e irte a dormir.

Peter se acurrucó dándole la espalda, pero Caspian no estaba dispuesto a salir de esa habitación, no hasta que él lo escuchara. Se lo había prometido a si mismo y el nunca rompía sus promesas, por lo que minutos más tarde al no ver ningun movimiento por parte del mayor de los Pevensie se sentó contra la pared dispuesto a esperar.

Peter y Caspian © (Las crónicas de Narnia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora