(08: estrellas)

79 11 21
                                    

Cuando Oliver Morales salió del hospital, guardo los resultados de sus análisis en la bolsa interna de su chaqueta, se colocó su cubre bocas, se subió a su auto y tomo su camino hacia su departamento

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Cuando Oliver Morales salió del hospital, guardo los resultados de sus análisis en la bolsa interna de su chaqueta, se colocó su cubre bocas, se subió a su auto y tomo su camino hacia su departamento. Estaba cansado y lo único que quería era dormir un poco. O en su defecto, recostarse en el sofá sin hacer nada. Y así lo hizo; apenas puso un pie en su departamento, se puso ropa cómoda y fue a tirarse a lo largo y ancho de su sofá. Mirando el techo y esperando a que las horas pasaran.

A muchas personas podría parecerles aburrido el hecho de simplemente echarte en el sillón a contemplar el techo en silencio. Y a Oliver también le parecería aburrido de no tener una mente que corre a toda velocidad. Siempre tenía algo en la cabeza que provocaba que se desconectara de la realidad y, en consecuencia, no se preocupara por si estaba haciendo algo entretenido o no. Su cabeza era lo suficientemente entretenida.

Sin embargo, últimamente la compañía era bien recibida.

En medio del silencio, su teléfono comenzó a sonar. Era Dante.

—¡Oliver! ¿Cómo te trata la vida?

Y escuchar la voz de Dante le hizo sonreír.

—Ya sabes, igual que siempre —se limitó a decir, riendo un poco al final. —¿Y a ti?

Lo mismosuspiró Dante. Y por eso me preguntaba, ¿te gustaría salir a algún lado? Podríamos ir de nuevo a esa pizzería de antes.

Los recuerdos vinieron a la mente de Oliver como una suave brisa y le hicieron sentir algo cálido en el pecho. Esa tarde en la pizzería había marcado algo en su conexión con Dante; no estaba seguro de que, con exactitud, pero podía percibirlo como algo notorio en cómo se desenvolvieron las cosas después, dejándolos de pie donde estaban hasta ese momento. Y la idea de vivir otro momento como ese le emocionaba, pero su cuerpo, mas laxo y adormilado que de costumbre, le decía que ese no era un buen día para salir.

—Suena increíble, pero... —carraspeo, sintiéndose mal por tener de declinar — tendré que decirte que no. No sé por qué, pero el día de hoy me siento muy cansado como para salir.

La línea se quedó en silencio unos cuantos segundos y Oliver casi se despega el celular de la oreja para verificar que la llamada no se hubiera cortado, sin embargo, la voz de Dante detuvo su acción.

Bueno, entonces salimos luego, tú descansa.

Pero, como siempre, Oliver tenia impulsos cuando se trataba de ese chico de estrellas.

—Aunque... podrías venir y, n-no se... ver una película o algo.

Al principio, Oliver dudó un poco. No tanto por si estaba demasiado cansado o no, más bien por el hecho de imaginar a Dante moviéndose por su departamento. Y no, no es que fuera un obsesionado que no deja que entren a su hogar ni mucho menos. Era una sensación diferente. Visualizo al chico, tan sonriente como siempre, apoyado en la barra de la cocina, picoteando un platón de fruta picada y quejándose por la falta de picante. Era una buena imagen.

Dirty Laundry 『original 』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora