Recluidas

XIV. El pánico me está llevando al hotel

- Nat, necesito que veas esto.- Avanzaba Alba por el pasillo hasta su habitación mientras no dejaba de reírse.

Natalia dejó lo poco que estaba haciendo que era un trabajo para clase que se habían repartido entre varios compañeros y estaba quedando como estaba quedando.

- Dime.- Sonrió al verla asomarse por la puerta de su habitación, con el móvil en la mano y limpiándose una lágrima de tanto reír.

- Mira.- Le tendió el teléfono.- Los famosos han hecho una cover de nuestro temazo de la cuarentena.- Tomó aire y se aguantó la risa.- Creo que puede que no duermas esta noche.

La morena puso el vídeo en marcha y realmente se horrorizó al ver a gente que muy lejos de ser cantantes, habían querido tener un detalle y habían acabado haciendo un mix de lo más estrambótico.

- ¿Esto te ha hecho tanta gracia? - Miró a Alba, que aún tenía la sonrisa en la cara de haber vuelto a ver el vídeo.

- Es que tú lo harías mucho mejor.- Se sonrojó.- Y eso que nunca te he escuchado sin paredes de por medio.- Dejó caer.

- Si esto es una táctica porque quieres escucharme cantar o tocar en riguroso directo, tienes una mente brillante Alba.- Rió.- Ahora estoy terminando esto pero te prometo que luego nos cantamos algo.- Sonrió.- Te he escuchado cantar mil veces desde septiembre y permíteme que te diga, no tienes nada que envidiarme.

- No me compares, Lacunza, no me compares.- Se ruborizó.- Te he cotilleado un poco el instagram y tan pronto apareces haciendo un odette como cantando por Britney spears, y aún así, no es nada parecido a lo que yo he escuchado salir de aquí.

- Si me dices esas cosas yo no me puedo volver a centrar en mis quehaceres ¿sabes? - Le devolvió el teléfono.- Ahora me estoy odiando porque me dejas aquí frustrada.- Bufó.

- ¿Qué? - Rió la rubia.

- Hoy estoy como encoñada perdida.- Suspiró.

- Bueno, yo me voy que no quiero molestarte.- Dejó un beso en su sien antes de irse.- Aprovecha el tiempo baby, yo mientras me voy a dedicar a hacer un bizcocho que he visto en los stories de una tía y seguramente me salga una bazofia pero tú te lo vas a comer con una sonrisa, ¿a que sí? - Carcajeó y le dió un leve golpe en la nuca.

- Muy cocinitas no eres, menos mal que estoy yo para remontar este desastre.- Se acarició la zona donde la otra le había propinado el golpe.- ¿Esa me la he llevado de gratis?

- ¿No decías que te querías rapar la nuca? Solo intentaba ayudarte.- Se encogió de hombros.

- Pues esta que te llevas por graciosita.- Susurró después de levantarse para darle un tortazo en el culo mientras la agarraba por detrás para llevarla hacia la puerta.- Ya me entretienes bastante sin estar aquí, como para tener que aguantarte, anda, tira.- La echó fuera y antes de cerrar la puerta dejó un beso mínimo en sus labios.

- Lo estás cogiendo por costumbre, yo no digo nada.- Picó Alba mientras la otra le cerraba la puerta en las narices.

La rubia salió de allí como quien va en un coche con sus amigas de camino a pasar unos días de vacaciones, en esas veces que cuando miras a tu alrededor solo ves sonrisas cómplices, intentos de cantar que se esconden gracias a que la música va a tope y esa sensación de cosquilleo en el estómago porque sabes que lo que está por venir, es bueno, muy bueno, aunque haya alguna que otra discusión o problemillas de esos que te pone el destino para ver si eres lo suficientemente válido, pero que aunque de primeras parezca que no, se superan y después se recuerdan con una sonrisa.

Se encerró en su habitación y empezó el proyecto final de una de sus asignaturas como era introducción a la pintura, donde tenían que entregar una obra libre usando los métodos que habían "aprendido" durante las clases y el material que habían recibido durante el encierro, aunque no sabía ni como ni cuando lo iba a poder entregar, tenía que documentarlo todo, a pesar de que Alba era una fiel defensora de eso que dicen de que a veces los dibujos mueren cuando los fotografías, pues la sensación de vivirlo no es ni mínimamente comparable.