El Primer Amor

15. Junto a ti

Me desperté rápido y a la vez muy asustado lo primero que dije fué "Jo" quiero que se llame Jo.

Marco se despertó muy asustado y dijo:
—¿Que pasa? ¿estás bien amor?

—Sí, estoy bien, solo quiero que el oso peluche que me regalaste se llame Jo. -dije con una voz agitada.

—Está bien, como tú quieras. -dijo sonriendo.

—Estuve toda la noche soñando con el nombre de Jo, creo que debe ser una señal no? -dudé.

—Lo que a ti te preocupa es lo que va a pasar con Jo en la nueva temporada de Grey's Anatomy. -dijo Marco mientras me hacía mimos en mi cabeza para calmarme.

—Es verdad, luego de que anunciaran la salida de Álex Karev me preocupa ella y su salud.

Con Marco estábamos tan metidos en la serie que comentábamos siempre lo que nos esperábamos sobre cada capítulo, aunque es ficción yo siempre sentiré un apego emocional hacia los actores, es algo que no puedo evitar, Marco me dice que es totalmente normal que sienta eso, ya que significa que la serie impacta de cierta forma en mi.

—No pienses en eso, venga, vamos a tomar una ducha necesitamos despertar. -dijo Marco mientras me arrastraba del brazo.

Amaba tomar duchas con él, siempre lo hacíamos de una forma divertida y distinta, nuestras duchas se llamaban las "duchas comunitarias", le pusimos así porque se nos ocurrió de repente, así ahorrábamos agua y Greta estaría orgullosa de nosotros, lo amaba tanto, tan ingenioso que salió.

Salimos del baño en toalla, él se había adelantado y estaba mirando por el balcón, con el sol saliente Marco irradiaba una sombra en donde se podía observar su marcada silueta, fui por detrás y lo agarré por la cintura y lo besé.

—Te veo muy pensativo, ¿en que piensas bebé?

—Estaba pensando en lo que podríamos hacer más tarde cuando vuelvas de trabajar. -dijo marco mirándome a los ojos mientras me acariciaba la mejilla.

—¿Y que es lo que tienes en mente? -pregunté muy emocionado.

—Mmm... no lo sé, las sorpresas no se pueden decir si no ya no serían sorpresas, aunque ya dije que que sería una sorpresa... Venga vamos a comer algo, no quiero que llegues con hambre a tu trabajo. -dijo Marco mientras se ponía una polera e iba en dirección hacia la cocina.

Estábamos preparándonos algo para desayunar, la mamá de Marco había ido a trabajar temprano y nos dejó algunas cosas dulces que sobraron de ayer, Él estaba haciendo huevos revueltos mientras que yo estaba tostando pan, ambos estábamos en ropa interior, no pude evitar desviar la mirada hacia su increíble trasero tallado por los mismos ángeles, me acerqué por detrás y comencé a besar lentamente su cuello.

Marco soltó un breve gemido y dijo:

—¿Que h-haces? -tartamudeó.

—Te toca. -dije mordiéndome los labios.

Le saqué la polera y de paso apagamos el gas para que no se quemen los huevos ni nos quememos nosotros, seguimos besándonos y lo cargué como si fuera un bebé y lo apoyé en una encimera, yo de manera dominante empecé a entrar en él pero de manera lenta, lo miré a los ojos y afirmó con la cabeza.

Escucharlo gemir era una sensación única, lo amaba mucho, estábamos en el climax cuando de repente Marco dice:

—¿Que es ese olor?

—Mierda, las tostadas! -corrí a sacarlas.

Cuando saqué el pan, este de desintegró, a poco Thanos tuvo que ver.