19. Temor por el reencuentro

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Habíamos terminado de comer en un restaurante que estaba ubicado dentro del aeropuerto, cómo llegamos cerca de la hora en la estábamos acostumbrados a almorzar pues decidimos pedir el menú del día y comer para luego tomar el tren y llegar a nuestro destino.

A eso de las 2 de la tarde tomamos un taxi para que nos lleve a la estación, no teníamos ningún problema con los horarios de las salidas de los trenes ya que andaban a cada rato y tampoco teníamos apuro en llegar, lo único que nos molestaba era el peso de las maletas pero eso era lo de menos, la mamá de Marco se había sentado en uno de los asientos de espera y comenzó a tejer. Por nuestro lado Marco estaba sentando y yo estaba con la cabeza recostada en sus piernas mientras él me grababa para sus historias de instagram, cosa que ha hecho desde el día 1, llevaba blogueando casi todo el viaje y en la gran mayoría de ello aparecía yo.

Aun a la espera de nuestro tren me puse a observar el entorno, los ingleses eran demasiados altos o sea, imagínense yo que consideraba alto a Marco con 1,75 de altura, pero estos tipos eran gigantes, me sentía realmente un petizo, hablando de altura creo que Marco salió igual a su madre ya que son casi del mismo porte, tenían casi los mismos rasgos, ni hablar de su padre, como lo recuerdo él era muy alto pero Marco no se parecía nada a él.

Mientras aún permanecía en las piernas de Marco me cuestionaba el porqué me ponía a pensar en tantas cosas, aveces como que la voz en mi cabeza hablaba por sí sola y el resto de mi cuerpo atendía.

—Jaime?, tierra llamando a Jaime, amor estás ahí? -Preguntó Marco mientras hacía señales con sus manos encima de mi vista.

—Estoy aquí, perdón, estaba en otra, lo siento.

—Jaime, ¿estás bien?

—Sí bebé, solo estaba pensando en la altura de las personas de acá, eso me distrajo y me llevó a pensar en muchas cosas, pero todo bien, tú sabes que soy así. -reí.

No pasaron ni cinco minutos de nuestra platica y el tren ya estaba llegando, acomodamos nuestras maletas, buscamos los asientos que nos correspondían, estos eran muy cómodos y tenían una mesa, eso nos iba perfecto ya que queríamos dejar nuestros cafés del almuerzo que aún no bebíamos.

El tren comenzó a avanzar muy de apoco, el viaje duraría más o menos una hora y media así que Marco sacó una mini almohada que compartió conmigo para recostarse y me preguntó:

—¿Quieres escuchar música?

—Claro que sí. -dije.

Marco me pasó un auricular mientras el hacía un esfuerzo para poder conectarlo ya que tenía muchas cosas en la mano.

—Espera, déjame ayudarte. -dije mientras tomaba su vaso de café para que pueda conectar los auriculares.

—Gracias amor. -Contestó, dándome un beso.

Como buen viajero, había traído mi cámara para sacar fotos y grabar, Marco se había quedado dormido, lo noté un poco tristón ya que quedaba menos para ver a su padre y antes de subir al tren me había dicho que tenía miedo de verlo, además la música que puso era un tanto triste, yo solo tenía que apoyarlo así que le hice cariños en el pelo mientras él seguía durmiendo.

Con respecto a mi entorno me puse a analizarlo y me fijé que no mucha gente estaba a bordo del tren, era algo confortante ya que me iba a dar un ataque de ansiedad si esto iba lleno, mis ojos no soportarían ver a gente apretada y que no deje pasar al resto, eso no lo podía permitir, luego de eso deducí que la gente se enfocaba más en Londres y no al pueblo al que íbamos, bueno ni tan pueblo más bien una ciudad pero ni al caso.

De repente el tren se detuvo, Marco se levantó muy rápido y me tomó la mano, su madre mientras terminaba el tejido dijo:

—Bueno mis niños, hemos llegado a Cheltenham, saquemos las maletas y apurémonos, no queremos que estos ingleses nos armen broncas por no ser lo suficientemente rápidos.

—Claro no se preocupe. -Respondí.

Marco y yo sacamos la gran mayoría de maletas y las subimos al auto que había venido por nosotros, no sabía quién era el tipo que nos vino a buscar, dudaba mucho que sea el papá de Marco ya que no lo recordaba así,  yo solo atendí y subí las maletas.

Si había algo que me estaba perdiendo era el hecho de que tengan chofer y yo no lo sabia, pero ni al caso yo solamente ayudaba y animaba el ambiente, al llegar a la zona en donde vivía el papá de Marco pude darme cuenta el porqué tenían chofer.

Unas casas enormes, con una gran distancia una de la otra, creo que me había perdido de mucho pero era entendible, mi novio no quería hablar sobre él y yo lo respeto.

—Hemos llegado. -Dijo mi suegra.

—Desgraciadamente. -Replicó Marco sarcásticamente.

Hijo por favor, hay que calmarnos esto solo será un tiempo.

Estábamos a la entrada de la puerta, a un paso ya de tocar y no sabía quién de los tres sería el más incómodo, si mi suegra que tiene que ver a su ex quien la engañó por más de 10 años con otra mujer con la que además tiene dos hijos, o Marco quien odia a su padre porque no lo acepta por ser quien es además de ser golpeado por él en el pasado y luego estaba yo la pareja de su hijo la cual trató de separar desde que se enteró de nuestro noviazgo con un resultado exitoso por cierto ya que nos separó y por bastante tiempo, pero bueno.

El engaño que le hizo a mi suegra Marco me lo contó no hace mucho, sentía pena por ella ya que por muchos años vivió engañada y se enteró recién de la doble vida de su "esposo"el año pasado, la admiro mucho y que supo sobrellevar la situación y salió adelante ahora es una mujer independiente, guerrera y luchadora.

Allí estábamos nosotros esperando en una especie de sala mientras llegaba el papá de Marco, las nanas nos ofrecieron té el cual estaba muy rico por cierto, era un tanto divertido ya que nos hablaron en inglés y el acento de las señoras era muy lindo.

No sé si se podía decir que la casa era una mansión pero tenía pinta de eso, cómo les contaba yo de mi suegro no sabía mucho, pero ya veo que es alguien importante, ya que había algunos premios y cuadros con fotos de él.

Al parecer Marco leyó mi mente y respondió a lo que yo me estaba preguntando.

—Mi papá es el director ejecutivo de la BBC, o uno de los tantos qué hay, él empezó siendo un publicista pero con los años lo fueron ascendiendo y así hasta llegar a donde está, su trabajo es increíble de eso no tengo duda y estoy feliz por sus logros.

—Wow, con razón tantos premios y certificaciones. -agregué.

—Lo siento por no haberte contando nada de él en el pasado, ya que tampoco quería presumir a alguien que no ha estado presente en mi vida ni mucho menos a alguien que se haya preocupado.

—Está bien amor, tú no te preocupes. -dije mientras lo besaba.

Luego de eso un señor alto, con el pelo canoso, de ojos claros y un tanto pálido se acercaba a la sala diciendo con una voz ronca lo siguiente:

—Que bueno que han llegado, me alegra mucho tenerlos aquí. -dijo mientras se acercaba a su ex esposa y a su hijo.

Llegaba el turno de saludarme a mi, sentía que me iba a cagar, mi suegro si que daba miedo ya me imagino viendo a su sombra asomarse por por las noches.

—Tú debes ser Jaime ¿no?, no te recordaba así.

—Así es señor, soy yo, mucho gusto. -contesté estrechándole la mano muy seguro de mí mismo.

Holaaa, muchas gracias por leer y por llegar hasta aquí, espero les haya gustado el capítulo, en el próximo sabremos con más detalles qué pasa luego de este tan temoroso reencuentro😱, #StayHome y cuídense mucho.








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