Capítulo 20

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Me senté nuevamente al lado de Liam luego de pensarlo bastante.

-Bien- suspiré- ahora tengo otra pregunta.

-Dime ¿Qué me preguntarás? ¿Si he besado a un hombre? –reímos.

-¿Desde cuando eres tan idiota?- soltó una carcajada.

-Más o menos desde los quince años ¿En serio querías saber eso?

-No, pero cada vez me sorprendes más- reí.

-Bueno, dime ¿Qué más querías saber?

-¡Se me olvido!

-Es porque te has perdido en mis ojos.

-Ah, perfecto, esto es el colmo. Parece que te afecta el sueño también- ambos reímos- ya lo recordé- él asintió y yo me puse un poco más seria- ¿Desde cuándo fumas? Te vi prender un cigarro el otro día, cuando te pusiste mal en la heladería.

-Ah, eso, bueno, comencé a los diecisiete, deje de intentar suicidarme, pero comencé a fumar. Cada vez que sentía deseos de cortarme, solo buscaba un cigarro y me relajaba –fruncí el ceño y el torció la boca.

-¿Lo haces seguido?

-No, solo cuando siento que estoy entrando en crisis. Estas semanas han sido complicadas, por lo que sí, he fumado bastante seguido. ¿Tú no tienes ningún vicio?

-¿Perdón? Yo soy más buena que el pan- reí- no, no tengo ningún vicio. La vez pasada probé cerveza, jamás había tomado antes.

-¿En serio?

-Sí, creo que es raro de mí. Todos se asombran por todo lo que sufrí y vivo sola, debería ser un desastre. Solamente no me va tan bien como quiere mi madre en el colegio, pero eso es todo.

-¿Esa es toda tu rebeldía? Por dios –dijo tomándose la cabeza con las manos.

-Es que no lo sé.

-¿Qué no sabes?

-No lo sé- reí- la única vez que tomé demasiado, fue la última vez que salí con Niall.

-Lo sé. Estabas borracha, me gritaste cosas horribles.

-Eso no fue de borracha, habías golpeado a mi novio.

-Hey, se estaba pasando contigo, y tú le pedias por favor que te deje. Deberías haberte visto, tú cara de desesperación.

Reí y lo mire con ganas de matarlo- Eres en serio un idiota ¿Dónde te recibiste?- me mordí el labio.

-Oh, llevo la bandera desde nacimiento amor. Ah por cierto.

-¿Qué? –lo miré alzando una ceja.

-No te muerdas el labio.

-¿Por qué? ¿Te molesta?- dije volviendo a morderme el labio.

-Me dan ganas de mordértelo- tomó aire- pero aún tienes novio.

-Liam yo…

-Debes dejarlo, o si quieres seguir con él yo solo debo entenderlo porque- suspiró- estuve desaparecido. Me alegra que no te enojaras conmigo.

-No podría haberme enojado, no con lo mucho que te extrañaba.

-Créeme que si te hubieras enojado, no hubiera dudado en matarme.

-Me hubieras matado a mí también- el agachó la mirada.

Terminamos de tomar nuestros Café y llevamos las tazas a la cocina. Él las lavó y yo lo observaba. Mientras él me contaba cosas de la heladería, se me escapó un bostezo.

-Creo que ya es hora de dormir- dijo sonriente.

-Eso creo, estoy muy cansada- mire mi celular, las 2 de la mañana- ¡Es tarde!

-Es tarde para el día que tuvimos.

-Liam, ya hace ocho horas que estoy contigo, y juro que mataría por estar siempre a tu lado.

-Ya casi termina nuestra guerra Emma y vamos a estar juntos.

-Lo sé- dije un poco rara.

-Cuando llegue la hora claro, podremos seguir como tú quieras, amigos, compañeros de trabajo, novios, amantes, marido y mujer- sonrió.

-Amaría tener un amante, pero no me gusta la idea de que Niall salga lastimado. Él me ha amado desde hace mucho, o mejor dicho, me ha deseado.

-Puedes hacer lo que quieras, cualquier cosa me parecerá correcta- noté el brillo en sus ojos- No importa lo que elijas, yo te amo con toda mi alma Emma.

-Yo también, y lo haré siempre.

Él tomo mis mejillas y se acercó a mis labios. No fue más que un roce de labios, pero fue. Sentí un escalofrío correr por mi cuerpo y crucé mis brazos a través de su cuello y él posó sus manos en mi cintura.

-Vamos a dormir o mañana no nos despertaremos.

-Tienes razón.

Caminamos hacia su habitación, entramos y él cerró la puerta detrás de nosotros.

-Bueno, te prestaré una camiseta, no puedes dormir así.

-Sí Liam, no tienes que preocuparte.

-Hey, eres mi invitada- busco en su armario y sacó una remera gris- ten- tomé la remera y la miré.

-Me quedará enorme.

-Te verás hermosa igual –yo rodé los ojos- iré a cambiarme al baño así tú te cambias tranquila.

-Gracias.

El salió del cuarto y yo me quedé mirando su remera. Me la llevé a la nariz y pude sentir su perfume. Mis ojos se aguaron y después de limpiarlos rápidamente, me puse la remera que me quedaba como un camisón. Me senté en la cama, me quite las zapatillas y me puse a esperar a Liam.

Él abrió la puerta y me sonrió. Tenía un jogging gris y una remera musculosa blanca- ¿Estás cómoda así?

-Sí, gracias- sonreí.

-Te ves bien. Ahora, necesito que te levantes, así saco el colchón que está bajo mi cama.

-Oh, creí que…

-¿Quieres dormir junto a mí? No tengo problema, es solo que como mencionaste que tenías problema con dormir con más personas creí que…

Me acerqué a él y lo abracé- El problema era que tú estabas lejos, no podía dormir con nadie porque me recordaba a ti y eso me alteraba- busqué su mirada- pero ahora estas aquí conmigo.

-Eso significa que dormiremos juntos linda- yo sonreí- ¿No crees que es incómodo dormir con jeans? – dijo mirando mis piernas, ya que no me los había quitado.

-Es que, no lo sé.

-Quítatelos, no pasará nada Emma. Yo generalmente duermo en boxers, pero no quiero pasar por eso la primera noche que dormiremos juntos después de mucho tiempo.

-Está bien, no te preocupes, prometo traer pijama la próxima vez- dije maldiciendo por dentro ya que no podría verlo en boxers.

Nos acostamos, él contra la pared y yo luego. Cruzó mi brazo por mi cintura y me deseo buenas noches mientras apagaba la luz.

Había esperado mucho tiempo por ese momento, y estaba sucediendo.

Cerré mis ojos y lo único que deseaba era que si fuera un sueño, seguir durmiendo y seguirlo soñando. Porque ahora conocía la cara de mi Liam, el Liam de ahora.

In the warDonde viven las historias. Descúbrelo ahora