Capitulo 16: Es un secreto.

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¿Su secreto?

Bajó del auto, antes de que pudiera yo abrir la puerta, el lo hizo extendiendo una mano hacia mi y con una sonrisa en su rostro, la agarré saliendo del auto. Activó la alarma y se guardó las llaves en los bolsillos delanteros del jeans.

Emily: —¿Qué secreto? — buscó mi mano y la agarró dándole un leve apretón.

Christopher: — Ya lo verás — guiñó un ojo. Sonreí.

Nunca cambia.

Juntos salimos del garage, la brisa era fresca y el sol proporcionaba el calor justo. Llegamos a la puerta principal y esta automáticamente fue abierta por un hombre, alto de cabello oscuro con una pequeñas canas y un traje bien planchado.

Christopher: — Buenas tardes Mark — el señor mostró una sonrisa.

Mark: — Buenas tardes Chris, que maravilla tenerlo de vuelta —. ¿Hola? Sigo aquí.

Christopher: — Pues ya vez, casi no puedo venir por el trabajo — Mark asintió y su mirada se dirigió a mi.

Christopher: — Mark te presento a la señorita_____ es...es una amiga — apretó suavemente mi mano.

Mark: — Mucho gusto señorita, mi nombre es Mark, el encargado principal de la casa — extendió una mano hacia mi.

Emily: — Un gusto — estreche su mano con la mía.

Mark: — Pero bienvenidos, pasen — se hizo a un lado de la puerta.

Emily: — Gracias — sonrió.

Valla, sus empleados si que son educados. El interior de la casa era sumamente grande, unas escaleras en forma de caracol, un candelabro grande y de un dorado tornasol, las paredes blancas y unos pequeños sillones de cuero. Muy moderno.

Christopher: — Bien — volteó a verme, tenía una sonrisa en el rostro algo nerviosa. — ¿Vamos? — asenti tomando su mano subiendo los grandes escalones de mármol.

Toda la casa erá sumamente bonita, cuartos y más cuartos pasamos, hasta que nos detuvimos en frente de una gran puerta, pero esta, a diferencia de las otras, erá de color vino con una perilla de un dorado sumamente brillante. Despacio, giró la perilla de la enorme puerta, hizo una seña con su mano indicándome que entrará primero.

El cuarto estaba totalmente oscuro, olía a vainilla y menta, la única luz que daba al cuarto era la del pasillo, y muy mínima pues Chris cerró la puerta atrás de el.

Mi pulso se aceleró, podría escuchar nuestras respiraciones y una melodiosa voz en el fondo, muy, muy en el fondo.

Un clic se oyó y la luz apareció muy tenue.

Ante mis ojos aparecieron muchas pantallas grandes, chicas, de todos los tamaños. Todo lo que podía ver eran aparatos electrónicos. Frunci el ceño.

Emily: —¿Qué es esto?— recorrí cada rincón de la habitación con la mirada, máquinas grandes, varías fotocopiadoras, pantallas por todos lados y una enorme en medio de la sala. Visualice en el fondo una puerta blanca, perfectamente pintada y con un diseño muy sofisticado.

Christopher: — Mi secreto — susurró cerca de mi, muy cerca. Trague saliva.

Una de sus manos se posición por encima de mi hombro y la otra en mi cintura atrallendome a su cuerpo.

¿Qué clase de secreto es esto? Oh no ¿será que aquí verá porno?

Christopher: — Como podrás ver — susurró abrazándome por la espalda. — Son varios aparatos — asentí.

Inevitable (un deseo oculto)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora