capitulo 63

15.9K 1.2K 73
                                    

Ayleen POV

Respire hondo y trate de calmar mi corazon acelerado. 

- ¿ Que quieres saber? - dije con un hilo de voz. 

Senti la mano de Gabriel recorrer mi espalda tratando de tranquilizarme, mientras que con la otra me agarraba aun mas hacia el. 

- Los chicos me dijeron que paso algo hoy.  - dijo calmado. 

Malditos. Iba a matarlos cuando los pillara. Suspire frustrada, sabia que esto no acabaria bien, pero que nada bien. 

- Tuve un pequeño... altercado, en los vestuarios. Pero no fue nada grave - añadi al ver como sus ojos se oscurecian de la ira. 

- ¿QUIEN FUE? - dijo dejando escapar un gruñido. 

Senti toda mi piel erizarse, pero debia calmarlo, o mataria a alguien. 

- Una chica... - senti como su cuerpo se tensaba - pero ya lo arregle. 

Le di una sonrisa triunfal y sincera al recordar como la guarra de Lindsey y sus amigas se echaron a llorar. 

Sali del recuerdo al ver como sus ojos volvian a ser de ese azul hermoso. Sus cejas seguian fruncidas, pero al menos ya no estaba furioso, eso era algo. 

- ¿Que has echo? - dijo aun con la voz ronca. 

- Nada malo - dije con la mejor cara de niña buena que encontre. 

Gabriel sonrio de lado y viro los ojos. 

- Si, seguro... y yo soy Robert Pattinson. - dijo ironico. 

Me relaje al ver que ya no estaba enfadado, y que habia pasado la alrma de tempestad en ese despacho. 

- No se quien es ese.. pero tiene nombre de marica. - comente tambien sonriendo. 

Gabriel abrio los ojos sorprendido y echo la cabeza hacia atras mientras se reia como nunca. 

Yo no dije nada, solo me quede ahi, con una sonrisa boba en la cara, y grabando en mi mente el recuerdo de su risa, que me parecia la mas hermosa del planeta. 

Pero como todo en esta maldita historia, la felicidad o las cosas buenas no duran por mucho. 

El momento se vio interrumpido cuando la puerta del despacho se abrio de golpe. 

Gabriel y yo miramos hacia la puerta, donde estaba un Diamons con cara de perro rabioso y tenia sus ojos clavados en nosotros, mas concretamente en mi. 

- Diamos, ¿ crees que eso es forma de entrar aqui? - dijo Gabriel gruñendo. 

Genial. Con lo que me habia costado que estuviera de buen humor y van ya y me lo joden. 

- Necesito hablar con mi Luna. - dijo casi gruñendo. 

Yo lo mire sorprendida, ¿ para que me necesitaba a mi? Gabriel fruncio el cejo y me agarro posesivamente para gruñir a Diamons, quien seguia mirando de forma retadora a Gabriel. 

- Esta bien, Gabriel. No te preocupes, Hablare con el. - dije mientras acaricia su rostro. 

Mi gesto parecio tener el efecto deseado, por que senti que sus brazos se relajaban en mi cintura y me miraba dudoso. 

- ¿Seguro? Podria ser peligroso - dijo mirando a Diamons. 

Rei por su comentario mientras negaba con la cabeza. 

- Es Diamons, el no haria daño ni a una mosca... en todo caso la mosca le haria daño a el - dije en tono gracioso. 

Gabriel sonrio aguantandose la risa y yo me levante de sus piernas, para caminar hacia Diamons, quien ya no se veia tan furioso como antes, aunque si algo nervioso. 

Me despedi de Gabriel con un casto beso en los labios y sali de la habitacion seguida por Diamons. 

(...)

Segui a Diamons a traves de la cocina y salimos al patio trasero. Diamons camino un par de pasos y se detuvo en mitad de la explanada, quedando de espaldas a mi, y mirando hacia el bosque que se extendia ante nosotros. 

- Gracias - dijo sin mirarme.

- ¿Porque?  Que yo sepa no e echo nada. 

Diamons rio, y se giro ligeramente hacia mi. 

- Luna... has echo mucho mas de lo que te imaginas.. - dijo con tono melancolico. - antes de que tu llegaras, Gabriel me habia matado por haber entrado asi en su despacho... pero no te he traido aqui por eso. - se puso serio. 

- ¿Entonces? Soy todo oidos. - dije dandole una sonrisa de confianza.  

Diamons suspiro y se paso las manos por su cabello chocolate varias veces, antes de darme una mirada indecisa. 

- Vamos dilo, no muerdo Diamons. - dije cruzandome de brazos. 

El me dio una sonrisa ladeada y volvio a mirar hacia el bosque. 

- QuierotraeraMelanyealamanadaylehecontadonuestrosecreto .

Lo mire durante unos instantes mientras mi cabeza traducia la frase que habia dicho Diamons. 

"Quiero traer a Melanye a la manada y le he contado nuestro secreto " 

Oh. 

- Gabriel va a matarte. - dije en un susurro. 

Diamons se giro hacia mi y me sonrio de forma nerviosa. 

- Lo se, por eso queria hablar contigo primero. 

Suspire y agarre uno de mis mechones de pelo para empezar a jugar con el. 

- Dark a encontrado a su compañera. - dije sin saber porque. 

Diamons se giro hacia mi bruscvamente y me miro sorprendido.

- ¿ y quien es? la compadezco... - susurro Diamons. 

Golpee su hombro de broma e hice una mueca. 

- Es Coral- dije sin mirarle a los ojos - la chica de pelo azul que estaba con Melanye y yo.  

Diamons abrio los ojos sorprendido. 

- ¿y ella le acepto? 

- Si - dije reconrdando todo el jaleo que se habia armado por aquello. - Habla con Gabriel y dile que has encontrado a tu pareja en una amiga mia, pidele que te deje meterla en la manada. El entendera. Pero no le digas que le contastes neustro secreto o sabes que se enfadara. 

Diamons me miro indeciso , para luego darme una sonrisa sincera y abrazarme. 

- Se que lo e dicho antes, pero nunca me cansare de decirtelo ... Gracias Luna - susurro Diamons en mi oido. 

Y antes de que pudiera reaccionar, me solto y se adentro a la casa con pasos decididos. 

Mire a mi alrededor y deje que mis ojos vagaran por los arboles, o la madera apilada a un lado de la casa, cubierta de nieve. 

A veces, cuando nos ocurre algo, nos sorprendemos al no sentir en nosotros la reaccion que esperabamos. Pero solo es un engaño. Cuando estamos rodeados de gente, nuestro corazon se hace el fuerte, ignorando lo que nos a echo daño, pero cuando por fin nos quedamos solos, esos muros, se derrumban, dejando que todo caiga por su propio peso. Haciendonos conscientes de que eso nos dolio, de que somos humanos despues de todo, y salimos lastimados. 

Senti las lagrimas correr por mis mejillas, y las aparte con el dorso de la mano. No queria que alguien me viera llorar, empezarian con sus preguntas, y sentia que todo era demasiado estupido como para sentirse mal , pero no podia evitarlo. Me dolia que mis amigas hubieran encontrado a sus mates, mientras que yo vivia con el riesgo de que Gabriel encontrara a su Mate y me abandonara. 

Comence a caminar despacio entre los arboles del bosque, necesitaba calma y tranquilidad para pensar. 

Estaba tan ensimismada en mis pensamientos que no me di cuenta de que no estaba sola. 

WhiteheadsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora