Capítulo 5 - Percival

12 2 3
                                    

- Si- respondió tajante Wade- Plural, el motivo por el que vinimos fuiste tú, pero al llegar aquí detecté otra aura muy fuerte, pero no tan grande como la tuya. Y antes de que lo preguntes no, no sabemos quien es.
- Vale, digamos que os creo por un momento... ¿qué se supone que debería hacer? ¿embarcarme en una maravillosa y fascinante aventura recorriendo los 5 reinos en busca de personas prácticamente indetectables?
Se miraron entre ellos- Sí- respondieron al unísono.
-Es una locura- continué yo- no podría, quedan escasos días para terminar las clases, además y más importante, no podría dejar a mi tía aquí sola, y ni siquiera sé que puedo hacer, sería una carga.
-Justo por eso deberías venir con nosotros, para saber quien eres y de que eres capaz, con esa aura, hazme caso, que puedes hacer cosas muy grandes- respondió Aland.
-Esta claro que la vida quiere volverme loco, no puedo pensar en esto y menos ahora, según habéis dicho ya lleváis unos días aquí... darme por lo menos hasta que acabe el curso, además todavía no se ni si puedo creeros. Si no podéis esperar a continuar vuestro viaje también lo entenderé, mi vida será más fácil, definitivamente- intenté verle el lado de humor a aquella locura.
-Hemos venido desde muy lejos en busca de busca de más como nosotros, después de años de búsqueda e intentos fallidos, podremos esperar unos días más- Afirmó Aland.
-Hablando de intentos fallidos, después de tantos años ¿no hay más gente en vuestro equipo?
-No es tan fácil encontrar a las personas, ni convencerlas y mucho menos cuando algunos son capturados por el ejercito del rey. Aun así tenemos una pareja afiliada, son del reino del este, ellos siguen otra pista.
-Vaya- no sabía bien que responder, el hecho de que el rey estuviera capturando gente para extraer sus poderes sonaba tan crudo...- Entonces unos días más ¿no?- ya se había hecho de noche y no quería preocupar a mi tía.
-Sí- dijo Wade- nosotros seguiremos la búsqueda del dueño del otro aura, dos en una ciudad tan pequeña, eso si que es raro.
Nos despedimos y por fin pude llegar a casa, no tenía ni hambre después del día que había tenido... solo quería que acabara. Pasé al salón y mi tía me estaba esperando sentada en el sillón.
-A buenas horas y eso que solo ibas a devolver un libro ¿donde te habías metido?- ciertamente, estaba enfadada y su tono de voz lo reflejaba a la perfección.
-Quería despejarme así que fui al claro a ver el atardecer y se me fue la noción del tiempo, siento haberte preocupado, no era mi intención... - preferí omitir la parte en la que dos extraños me abordaban en la calle y me decían que podía ser un dragón.
-Ya se que no era tu intención , pero lo has hecho- dijo más relajada- anda ven aquí- abrió sus brazos invitándome a que le diera un abrazo. Me acerqué y la abracé, eso era lo más real que había sentido en todo el día. Mi tía es mi gran apoyo desde que perdí a mis padres, tener que vivir con ella no fue problema, la recuerdo cuidándome desde que era un bebé, siempre fui como su hijo en cierto modo.
-Hoy no tengo muchas ganas de cenar, me daré una ducha, me tomaré un té y me acostaré- dije mientras me separaba de ella.
-Bueno, al menos me alegra que hoy vayas a dormir más de lo que acostumbras- dijo ella mientras me repeinaba el flequillo. Y extrañamente tuvo razón, esa noche, a pesar del día que pasé, el sueño no me abandonó, fue tocar mi cara la almohada y dormirme, eso era nuevo.
Me desperté y los rayos del sol daban directamente en mi cama, entraba demasiada luz por la ventana para ser jueves... ¡me había quedado dormido! Iba a llegar tarde, empezamos bien el día.
Al final entré dos horas más tarde lo que debería, es la primera vez que me pasa en toda mi vida, definitivamente mi vida se estaba poniendo patas arriba. Por suerte no tenía nada de sueño ni cansancio así que las clases pasaron rápido, todo un alivio. Al salir de clase Ibb me paró para hablar conmigo.
- ¡Hey! Ha sido raro que llegaras tarde a clase- empezó la conversación.
- Si, me he quedado dormido estaba muy cansado.
-Vaya, espero que hayas podido descansar... lo que quería era darte las gracias, por tu ayuda con el trabajo de historia, si no hubiera sido por ti tendría mucha menos nota- dijo sonriente.
-No es nada, tu lo tenías todo prácticamente aclarado, yo solo aporté algunos detalles.
-Que modesto... aún así, gracias por todo- mientras hablábamos no me pude quitar de la cabeza aquello de que en mi ciudad había otra alma de dragón, y si la probabilidad de que hubiera dos era baja, que estuvieran en el mismo instituto tendría que ser, prácticamente imposible, pero no pude evitar preguntar.
-Ibb... esto te sonará un poco raro, pero, ¿tienes alguna habilidad o poder especial?
Me miró ojiplática por mi extraña pregunta.
-Pues... se me da bien la lucha libre y tengo el olfato muy desarrollado... ¿por?
- ¿Lucha libre?- pregunté intrigado.
-Si, mi padre me apuntó a defensa personal cuando era pequeña y una cosa llevó a la otra, he ganado algún premio que otro en esta modalidad... y ¿todo esto viene porque...?
No había pensado que responder en el caso de que me lo contara, supongo que era más probable que me ignorara y se fuera, ¿quien hace esas preguntas? que le digo ahora.
-Emm, pues por nada en especial, soy una persona muy curiosa- Guau, pensé.
-Si, eso es cierto- rió levemente- bueno, yo me voy yendo ya... ¡Hasta mañana Percival!
Yo también salí y para mi sorpresa, Aland y Wade estaban esperándome en la puerta, esta vez un poco más discretos que anoche, aunque eso no evitó que todo el instituto centrara su atención en ellos.
-La hemos encontrado- empezó Aland- es la chica con la que hablabas en la puerta.
-Se podría decir que lo sabía- dije sin para de andar, ellos venían justo detrás de mi.
-¿Ah si?- respondió Aland con falsa indignación.
-A ver, no exactamente, le he preguntado por sus habilidades y tiene un buen olfato y es campeona de lucha libre, lo que indica gran capacidad física.
-Y si a eso le sumas que he sentido su aura cuando ha salido del recinto- siguió Wade- pues si, la tenemos.
- ¿No os parece rarísimo?- pregunté- que dos almas hayan ido a parar a una misma ciudad y a personas que se conocen.
-La verdad es que sí- contestó Aland- pero si algo son las almas, es impredecibles, el día que menos nos lo esperemos encrontramos 3 en una ciudad o algo parecido.
-¿Que pensáis hacer ahora? ¿Esperarla en la puerta de su casa al anochecer?- bromeé.
-No, de hecho hemos pensado que sería mejor que hablaras tú con ella- dijo Aland.
-No me creerá y ya piensa que estoy un poco loco y si le voy a contar historias de dragones... además ella ahora mismo está muy centrada en el final de curso, es de las mejores de la clase, lo mejor será esperar, como habíamos hablado- lo dije con tanta seriedad y naturalidad que me lo estaba empezando a creer cada vez más.
-Un trato es un trato y bueno, tú la conoces mejor que nosotros, si dices que es mejor esperar así lo haremos. Ya no nos queda nada más que hacer en esta ciudad así que simplemente estaremos a alerta hasta el día, por si se acercan tropas de la corte- añadió Aland.
-Perfecto, ahora si me disculpáis me voy a casa a comer, estoy muerto de hambre- me despedí y seguí mi camino a casa.

Last DanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora