Capítulo 6 - Ibb

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No podía creer que faltaran dos días para la graduación...
Había conseguido todas las metas que me había propuesto para estos años y, ahora, comenzaría la etapa que más ansiaba, el momento de salir de esta ciudad. No es que no me guste, solo es que cada año que pasa siento que me ahogo aquí y no puedo hacer nada para evitarlo, hasta ahora. Los estudios son la excusa perfecta para ver mundo, para desplegar las alas.
Mi sueño es ir al norte, allí está una de las escuelas más prestigiosas de los 5 reinos sobre el poder y su canalización, podría mezclar las dos cosas que mejor se me dan y, a demás, conocer mejor quien soy. El otro día cuando Percival me preguntó por mis habilidades me asusté un poco, creía que había visto algo de lo que soy capaz, a ver, no le mentí, tengo muy desarrollado el olfato y fuerza, pero mejor omitir, porque las plantas de mi habitación pueden crecer tan rápido. Es decir no es que sea mi mayor secreto, pero tampoco lo conozco de nada, aunque vivamos en un mundo de magia no me siento cómoda hablando de ello. Ahora mismo solo quiero preocuparme por las solicitudes de admisión y relajarme, llega el verano y ya es hora de darme un descanso después de este año, ha sido el más duro con diferencia, necesito despejar la mente.
Justo fue pensar eso y escuché que tocaban a la puerta, instantáneamente me picó la curiosidad y me asomé sutilmente por la ventana, eran Percival y dos hombres muy extraños.
-Ibb, baja, ha venido un compañero tuyo- me llamó mi padre al abrir la puerta.
Bajé las escaleras y tanto Percival como los 2 extraños sujetos ya habían entrado.
-Eh... Hola, siento molestar pero es importante- aclaró Percival- podemos hablar en algún sitio...
Fuimos al jardín trasero y nos sentamos al rededor de la mesa. Allí me contaron una historia rarísima sobre almas de dragones capaces de poseer a personas y dotarlas de poder, el supuesto plan del rey de matar a estas personas, ah si, y que yo era una de ellas.
-Y no estaríamos aquí si no fuera realmente importante- continuó Percival- Iba a esperar a después de la graduación para contártelo todo pero ha pasado algo- miró al chico que estaba a su derecha, un tal Wade.
-Sí- comenzó a hablar él- anoche mismo nos llegó información, hay tropas muy cerca de la zona, peligrosamente cerca, si seguimos aquí parados llegarán y nos descubrirán a los cuatro, estamos en peligro, tenemos que irnos mañana...
-Me estáis diciendo que queréis que me vaya con vosotros a quien sabe donde, dejarlo todo aquí y encima a dos días de la graduación, ¿tu les crees Percival? 
-Eso creo-me contestó- quiero decir, a mi también me sigue sonando rarísimo, pero he leído cosas, datos que pueden contrastarse y una parte de mí, por alguna razón, quiere creerlos, pero yo tampoco se que hacer.
-Esto es demasiado, la idea de irme de aquí, de escapar... me atrae, pero es una locura, después del verano ya no estaré aquí igualmente, así que, porque arriesgarme.
-Si el ejercito real te encuentra- se dirigió a mí el tercer chico-ni siquiera existirá verano en tu vida, no os estáis dando cuenta de la gravedad de la situación, esto no es una broma, hay gente a la que le están quitando la vida, y esa gente muere sola sin tener la posibilidad de saber que es. Pero podemos cambiar eso, poco a poco, con paciencia, podemos salvar vidas- sonó tan serio que los pelos de los brazos se me erizaron.
Miré a Percival en busca de cierta aprobación, pero en sus ojos solo encontré confusión, estábamos en la misma situación, ¿fiarnos de unos desconocidos o esperar a ver si lo que decían era verdad y tal vez... morir?
-Creo que se me está yendo la cabeza ahora mismo- corté la tensión del ambiente- pero creo que os creo- mire a Percival otra vez, la sorpresa se apoderaba de su expresión.
-¿Que quieres decir?- me dijo, tal vez no esperaba esa reacción.
-El otro día no te lo conté todo, sobre mis habilidades- confesé- es decir no te conozco tanto, ya sabes. Siento una conexión especial con la naturaleza, supuestamente es por que soy, bueno, una fauna, pero las veces que he ido a algún especialista , por alguna competición, los datos no han sido concluyentes. Todas las mañanas, antes de clases, salgo a correr por el bosque , me lo conozco como la palma de mi mano, pero además siento una conexión, como si me hablara. Se por donde ir sin pensarlo, ida y vuelta, es como andar a oscuras pero con la certeza de que no te vas a estrellar contra nada. Además si quiero puedo acelerar el proceso de crecimiento de las plantas- Se les veía seriamente sorprendidos a los tres, así que para rematar decidí hacer una pequeña demostración. Alcé el brazo hasta la flor del centro de la mesa y puse la mano sobre esta, me concentré un poco y la planta floreció, aumentó unos centímetros su altura y algunos nuevos capullos brotaron.
-Guau-dijo Percival- fíjate que el mundo está lleno de magia pero nunca había visto nada así tan cerca, bueno, sin contar el rayo con el que Aland casi me fríe.
-No se si esto significa algo, pero si estáis diciendo la verdad, quiero saber que soy.
-El viaje ...- comenzó el chico del trueno, pero hizo una pequeña pausa- no asegura respuestas a nuestras preguntas,nosotros llevamos años en busca de ellas, es difícil, pero juntos abarcaremos más, quien sabe.
-La idea sigue sin entusiasmarme- contestó Percival- como se lo voy a decir a mi tía.
-Y yo a mis padres... ¿y qué vamos a hacer con la graduación?
El silencio se hizo dueño de la conversación.
-No tengo ni idea, todo esto es abrumador- respondió Percival.
-Trazaremos un plan de huida desesperada para usar en caso de que lleguen antes de dos días. Vosotros habéis confiado en nosotros, esperaremos a vuestra graduación y os defenderemos si llegan- nos calmó el chico trueno, seguía sin acordarme de su nombre- Has dicho que te conoces el bosque como la palma de tu mano ¿no?
Sabía que esa pregunta iba a ser el comienzo de una locura... y yo que quería despejarme y pasar un verano tranquilo...

Last DanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora