4: Se rumorea que él es mi novio

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En las otras escuelas, nunca me había salvado de las miradas y murmullos; menos aún cuando la información de que yo fuera adoptada era revelada por compañeros que no tenían una vida propia. Eso siempre me llevaba a preguntarme: ¿por qué alguien como yo terminaba atrayendo demasiada atención? Entendía que al ser una estudiante nueva podía despertar curiosidad en un inicio, pero no encontraba otro motivo para que el foco sobre mí se mantuviera encendido hasta por meses, que era cuando normalmente se cansaban, luego volvían a tenerme como blanco en ocasiones. Terminé por atribuirlo al hecho de que mi personalidad era intratable y apática con quienes no me parecían a primera impresión buenas personas, los que generalmente conformaban la cima de la pirámide social en la secundaria: los llamados deportistas y las porristas; en otras palabras, los populares que podían destruir tu vida social en solo un par de días. Por supuesto, sabía lidiar con ellos; sin embargo, era un martirio día tras día, al mismo tiempo en que intentaba no reprobar Matemáticas y Ciencias, hasta que me cambiaron a otra escuela y entonces regresaba al inicio del mismo ciclo sin fin.

Y aquí estaba nuevamente en este primer día, caminando por los largos pasillos de esta secundaria a la que tendría que asistir durante los próximos meses y preguntándome cuál podría ser el motivo por el que las miradas de algunos y murmullos indiscretos de otros me seguían a cada paso. No lo había notado hasta que finalizó mi primera clase y salí del salón para dirigirme hacia mi casillero. No parecía que fueran a detenerse hasta que finalizara el día.

Era increíble cómo, sin haber dicho una sola palabra, todos parecían haberme elegido como el tema de discusión de esta mañana. Aunque tenía una ligera sospecha de qué era lo que podrían estar diciendo sobre mí, fue en el almuerzo cuando una persona finalmente me lo confirmó: la hermana menor de Jordan, Janice Johnson.

Con su cabello castaño corto y tinte verde en las ondeadas puntas se acercó a mi mesa solitaria en las mesas exteriores de la cafetería. Era difícil no reconocerla después de que Zoey nos pintara el cabello a ambas en un experimento hace unos meses; en su caso, fue el verde para que combinara con sus ojos (a petición de ella misma) y en el mío, solo unos pares de mechitas de rosa y púrpura que terminaron por gustarme y se iban desvaneciendo.

—Y aquí está la chica del momento. —Fue su saludo, sentándose frente a mí con su bandeja de comida y obstruyendo las miradas de la mesa de adelante con su figura esbelta—. Aún no conocen ni tu apellido, pero oficialmente eres la más famosa en Brooksfield High por casi —remarcó con sus dedos pulgar e índice— golpear a Addison ¡y en su propia casa! Nunca se había visto que una estudiante nueva causara tanto revuelo en su primer día. —Me aplaudió sin temor a que los demás escucharan—. ¡Excelente manera de hacerte notar, Kassie!

Era parecida a Zoey en algunos aspectos, entre ellos: no me dejaba hablar hasta que terminara lo que tenía para decir o que algo más llamara su atención. En esta ocasión agradecí que simplemente soltara sin más la información que, de todas maneras, iba a pedirle.

Sin embargo, al escucharla, tuve que concluir que mi suerte era tan mala como creía.

—Entonces ¿ella se llama Addison?

Janice se rió ante mi pregunta.

—Eso es lo más gracioso de todo: ¡Tú ni siquiera conoces a Addison Fords, la reina de nuestra secundaria! —Meneó la cabeza, limpiándose las lágrimas—. Es por eso que no podía creer que eras tú hasta que me compartieron el video.

—¿Lo tienen en video?

—Uy, hay como más de cincuenta videos desde todos los ángulos, y ni te imaginas la cantidad de rumores que inventaron. —Esperé a que ella misma continuara: —El número uno es el que dice que Matt y tú están saliendo, y que incluso fuiste a provocar a Addison en su propia fiesta, intentando empujarla a la piscina.

Una historia de amor bajo la lluviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora