Capítulo 7

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Amy's P.O.V

Abrí los ojos al notar uno de los pequeños rayos de luz de la mañana que se había colado por mi ventana. 

Miré el despertador; las 6:30.

Apenas había dormido. No paraba de dar vueltas en la cama sin conciliar el sueño, porque, simplemente, no podía sacar a Zayn de mi cabeza. 

Anoche, en la fiesta, habíamos conectado en todos los sentidos. Era gracioso, listo, y tenía ese aura misteriosa que le hacía increíblemente sexy. Un escalofrío recorrió mi cuerpo al recordar lo cerca que estuvimos de besarnos. Ël estaba tan cerca, y su olor varonil me invadía dejándome completamente perdida en sus ojos. Y de lo que más me acordaba, y de lo que más extrañada estaba, era de lo bien que me sentía en sus brazos; a pesar de que fuera casi una cabeza más alto que yo.

Bueno, pues así me tiré toda la noche.

¿Por qué no le había dado mi número? Era lo que me estuve repitiendo toda la noche. Esque, ni si quiera sabía donde vivía, dónde trabajaba, o cualquier cosa que me permitiera volver a verle. Lo único que sabía, es que me volvía loca.

Y todo por Niall; bueno más bien por Louis; aunque en el fondo, por Megan.

 Ayer, nada más salir Niall y yo del club, nos encontramos a un Louis que no había visto nunca.

Tenía los ojos rojos, lo que decía que había llorado o bebido, o ambas. Estaba gritando como loco y dándo patadas a todo lo que tenía alrededor. su chaqueta estaba tirada y su móvil, estaba estampado contra el suelo.

Lo primero que hice fue ir corriendo a su lado y le abracé para intentar tranquilizarle. Al principio me gritaba que me fuera pero más tarde se relajó y me abrazó fuerte mientras sollozaba en mi pecho.

Niall y yo le dijimos que se viniera a dormir a nuestra casa, y allí nos contó lo que había pasado.

Resulta, que Megan le había llamado, al principio para decirle una escusa barata sobre por qué no podía ir, que más tarde pasó a ser una discusión; porque Louis había visto una foto que había subido con un tío en su casa. En fin, la cosa acabó en que Megan llevaba viéndose un par de semanas con este tío a la vez que con Louis, que cuando se enteró se puso como una fiera. Primero a insultarla, luego a pedirla otra oportunidad y al final estampando el móvil contra el suelo y con la escena que nos encontramos Niall y yo.

El pobre Louis, a diferencia de Megan, estaba muy pilllado; y ella solo había estado jugando con él. Me sentía fatal. ¿Cómo ha podido la guarra esa jugar con los sentimientos de alguien tan adorable como Louis? El no haría daño a una mosca.

En fin, decidí levantarme a darme una ducha para despejar un poco todo lo que había pasado la noche anterior. 

_ _ _ _ _ _

Eran alrededor de las 7:30, ya me había duchado y me encontraba mucho mejor. Iba vestida con un jersey azul, unos leggins y mis botas favoritas; unas Dr Martin rojas. Nada del otro mundo.

Obviamente, Niall y Louis seguían dormidos; porque, básicamente, ayer nos acostamos sobre las cuatro y eran las siete y pico de la mañana. Ni siquiera se como podía lograr tenerme en pie.

Decidí salir a la calle, a por un café y algo de dasayunar. Me puse mi gorro y salí a la calle sin hacer mucho ruido ya que un adorable y dormido Louis estaba en el sofá del salón.

Para ser septiembre hacía un frío abrumador, ahora necesitaba mi café mas que nunca. Apenas había nadie en la calle, solo una anciana con su nieto y un hombre sacando a su perro con una cara de zombie peor que la mía.

Entre todo esto, un olor a pan recién hecho y a café llego a mí. Me dirigí hacia allí y vi que venía de una panadería muy adorable en la esquina de la calle.

Entré y me invadió un calor y un holor a pan recién hecho. Miré el local, y la palabra "acogedor" no podría ser mejor para describirlo. Me senté en una pequeña mesita en la esquina del local, mientras pensaba en que pedir. Me levanté y me dirigí a la pequeña barra donde supuse que atendían a los clientes, ya que no había nadie.

Esperé un rato, pero como nadie venía dije un ¿hola? al que una voz que salía del interior contestó.

-¡Un momento! ¡Voy! -Dijo esa voz, masculina, grave y a la vez adorable. Se escuchó un golpe -¡Auch!- Intetenté reprimir una carcajada, sin mucho éxito, cuando un chico salió entre tropezones del interior.

Tendría más o menos mi edad, con el pelo lleno de rizos formando un adorable desastre, iba vestido con el que parecía su uniforme de trabajo y un delantal blanco lleno de masa de pan. Sujetaba con una mano un paño blanco y con la otra se masajeaba la cabeza, por el golpe que se debió dar antes.

Me aguanté la segunda carcajada y nuestras miradas se encontraron. Tenía unos preciosos ojos verdes que a diferencia de los míos, eran más azulados; ya que los míos son pardos. Me sonrió, y su sonrisa mostró unos hoyuelos que derretirían a cualquier chica, a mí incluida.

El chico era guapísimo no, lo siguiente.

-Emm... Uhm... Hola, soy Harry. ¿En que puedo ayudarte? -Dijo con una sorisa avergonzada, que hacía pronunciar aún más sus hoyuelos, y supongo que debida a las adorables torpeces que había hecho antes.

-Soy Amy.-Dije con una gran sonrisa. -Oye ¿estás bien? Antes te has dado un buen golpe.-Me reí, y sus mejillas se sonrojaron.

-Emm... Sí estoy bien, aunque hubiera preferido que una chica tan guapa no lo hubiera presenciado.-Su tono pasó de avergonzado a tono de flirteo; y no se por qué, pero no podía evitar reírme.

-¿Y qué estabas haciendo por ahí dentro?- Le pregunté.

-Pues estaba preparando, como verás por mi delantal, la masa de los panes, ya que a estas horas no suele pasar mucha gente por aquí. Y eso me hace preguntarte, ¿Qué te trae por aquí tan temprano? No son ni las 8.

-Bueno, digamos que no podía dormir, salí a dar un paseo y un olor a café me trajo hasta aquí.-Le respondí, y ninguno de los dos había dejado de sonreir.

-¡Oh sí! Que tonto soy, ¿qué quieres tomar? -Me ofreció.

-Creo que... Un capuccino y uno de esos bollos que acabas de hacer.

-Por supuesto.-Me dijó con un guiño mientras desaparecía en el interior.

Después de que me trajera mi café, y uno de los mejores bollos que he probado nunca, se sentó conmigo en una mesita ya que no había nadie más en la tienda.

Hablamos un poco de todo, nos reímos sobre todas las tonterías y sobre los horribles chistes de Harry. Incluso me invitó a pasar dentro, y me enseñó a hacer un par de panes. Fue un divertido horror. Los dos acabamos hasta arriba de harina.

Cuando me dí cuenta, eran las 11, y los clientes empezaban a entrar, lo que indicaba que el tenía trabajo. Nos despedimos con un cálido abrazo y nos intercambiamos los teléfonos.

Harry había conseguido distraerme toda la mañana de mis pensamientos sobre Zayn, aunque aún estaban en algún lugar de mi cabeza. Pero bueno, lo había pasado genial con él, era un chico muy divertido y atento, y no dudaría en llamarle.

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Harry !!!!!!! Si !! :D

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Greenlight (One Direction fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora