VIII

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Omnisciente

— Así que aquí querías llegar... — Bakugo susurró mirando a todos lados.

Era un pueblo pequeño, lo que quedaba de este, solo había ruinas, parecía que el pequeño pueblo había sido destruido.

Izuku guardó silencio, empezó a caminar por el lugar que parecía ser conocido para él, ni siquiera parecía sorprendido ante tanta ruina — ¿A dónde vas? — el otro ignoró sus palabras y siguió caminando, Katsuki solo lo siguió entonces.

Llegaron hasta una pequeña casa, lo que quedaba de esta.

Caminó hasta una cama que parecía ser de un niño, era una cama pequeña, se miraba sucia y muy descuidada, apenas sosteniéndose por algunas maderas, por poco destruida — ¿Quién duerme ahí? — preguntó al ver como el omega empezaba a limpiarla e intentar ordenarla con el cuidado de no dañarla más.

— Yo... — siguió con lo suyo sin mirar al alfa.

— ¿Tú? — Katsuki se acercó a ayudarle pero recibió un golpe en la mano que hizo que se apartara, Izuku no quería que este tocase esa pequeña cama que parecía ser tan importante para él.

— Hace un tiempo vivía aquí... — Katsuki entendió las cosas.
Esa cama era de Izuku, de cuando él era un niño.

— ¿Que pasó? — Izuku levantó la vista mirando a todos lados con ojos casi curiosos.

— Llegaron a "colonizar", pero solo destruyeron todo... — ese pueblo era independiente, armónico y felíz.

Desgraciadamente con la llegada de guerreros y demás con intenciones de controlarlos, solo se desató el caos — Mataron a mis papás... — su voz no sonaba triste, parecía resignado

Jamás olvidaría la noche en que sucedió todo.
Había fuego por todos lados, cuerpos de la gente que vivía ahí por la tierra, gritos de dolor y demás.

[Pequeño flashback UwU]

Terror y tristeza, el pequeño cuerpo del niño peliverde solo podía sentir eso.

Corría por dónde pudiese escapar de tanta maldad, de su mente no podía sacar a los gritos que habían por todo el lugar.
Veía a las personas que conocía siendo horriblemente masacrados, capturados y algunos ya sin vida.

Incluso aquellos infantes que eran amigos de Izuku.

No podía parar de temblar y llorar, su cuerpo estaba herido y dolía bastante, sin embargo no se detenía, quería escapar de todo eso.

Una figura conocida le trajo un poco de esperanza, su madre.
Apenas la vió se lanzó corriendo hacía ella buscando protección.

— ¡Mami! — la joven mujer volteó al reconocer la voz de su pequeño entre tanto desastre y al igual que Izuku, ella sintió alivio al saber que su pequeño estaba bien dentro lo que cabe.

Abrazó a su hijo con mucha fuerza mientras sollozaba — ¡Papi! — gritó el niño con horror.

El cuerpo de su padre yacía tendido sin vida sobre la tierra, la mayor lo abrazó con mucha más fuerza intentando evitar que su hijo viese tal tragedia.

El corazón de Inko se detuvo al sentir la mirada llena de maldad de uno de esos guardias.

Besó la cabeza de su pequeño, sabe que esa era la última vez que podría tenerlo entre sus brazos.

El Aventurero (Katsudeku) (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora