El Aventurero (Katsudeku) (Omegaverse)

FINAL II

Omnisciente

Katsuki no fue a buscarlo ese mismo día, sabe que sería una muy mala idea ir con él cuando todo está tan reciente.
Pero apenas un día después ya estaba listo e iba a arreglar todo, al menos lo intentará.

Aún tiene muy clara la amenaza de este "alejate de mi o te mataré".

Conociendo al omega no sabía que esperar, tal vez ahora lo odie intensamente y de verdad intente matarlo.
Tomaría ese grande riesgo.

No quiso ni pudo aguantar más, iba por el bosque en ese camino que ya se sabía de memoria.
Conoció muy bien el lugar gracias a Izuku.

En el camino su mente iba llena de pensamientos que variaban, ninguno era bueno la verdad, sabe que Izuku no era mucho de bromear y posiblemente nunca le perdone.

Todavía no llegaba a la cabaña del omega cuando se encontró con este, justo como la primera vez que se conocieron.

El omega estaba intentando cazar, se detuvo de la nada al ver que el príncipe estaba ahí, conectó su miradas tan solo por unos segundos para después hacer como si nada y alejarse.

No dijo ni una sola palabra o hizo algún gesto.

— ¡Izuku! — le siguió corriendo detrás de él, al estar en cercanía del omega tuvo una reacción violenta como era de esperarse.

Dió la vuelta y un fuerte golpe directo en la cara hizo a Katsuki tambalear.

— ¡Vete! — gritó furioso aún con las manos hechas puño.

El alfa ignoró el dolor en su rostro, ni siquiera le importaba, hasta sentía que lo merecía.

— ¡Escúchame! — ambos se estaban gritando con tal de tener la última palabra.

— ¡No, vete! — gruñó — ¡Desde que llegaste arruinaste todo! Me metiste en problemas... ¡Confíe en ti y me traicionaste! — Izuku era quien más herido estaba.

Primera persona en la que confía y muestra sus sentimientos para que todo terminara mal.
Sentía que su vida estaría marcada por desilusiones.

— ¡Te amo! — no pudo aguantar mas.
Suspiró y dejó sus hombros caer — Te amo... — los labios de Izuku temblaron al escuchar eso — yo no quería causarte daño, de verdad lo siento, yo no ordené nada y mis intenciones nunca fueron malas... perdón — hablaba con sus sentimientos a flor de piel.

No tenía mucho de conocer al omega ni tenían una historia de amor.
Pero en ese corto tiempo, le es suficiente para tener claro lo que siente y lo que quiere.

Lo quiere a él.

— Vete — fue la única palabra que salieron de los labios de Izuku antes de empezar a alejarse del alfa.

Los ojos de Katsuki comenzaban a lagrimear.
Al igual que los de Izuku.
Pero ninguno presenció el quebranto del otro.

[...]

Apenas un día había transcurrido desde el último encuentro.

Ambos seguían muy heridos, dudaban mucho que se les pase de un día para otro, ni siquiera después de años podrían olvidarse, jamás lo harían.
Estaban muy enamorados a pesar del corto tiempo que pasaron juntos.

Tenían que tomar decisiones drásticas; Izuku al no tener opciones, continuaría con su vida normal intentando no recordar al alfa aún que le resulte imposible.

No había tenido contacto con nadie más en años, Katsuki fué ese alfa que le hizo sentir de nuevo.

En cuanto a Katsuki.
Tomó la decisión más definitiva y fuerte.
Dejó su vida atrás por completo.

Sería muy difícil para los dos, no están seguros de que les resulte, pero lo intentarán, tienen fé.

Era muy temprano por la mañana y el sol apenas salía en la zona del bosque que habitaba cierto omega preparándose para su rutina diaria que tristemente estaba basada en la soledad.

Apenas había encontrado la compañía que necesitaba en Katsuki y la perdió.
Y para su desgracia, se había acostumbrado al alfa.

El no tener su compañía, no escucharlo o conversar con él, incluso extrañaba esas tontas peleas que tenían cada día.

Estaba junto a su mascota que parecía estar muy entusiasmada por salir de la cabaña.

Claro que dormía adentro de esta, Izuku no dejaría que su fiel amigo pase frío, a veces hasta le tenía envidia al perro, quería estar feliz siempre y sin preocupaciones.

Más en ese momento.

— Ya voy... — escuchó ladrar al perro contra la puerta en señal de querer salir de la cabaña; terminó de poner sus botas y fue hasta la puerta.

Que al apenas ser abierta su perro salió corriendo a toda velocidad casi tirándole al suelo — ¡¿Qué te pasa perro inútil?! — levantó la vista y entonces supo el porque la emoción del canino.

Katsuki estaba a tan solo unos pasos de la cabaña acariciando al feliz animal, incluso el perro extrañaba al rubio — te dije que te fueras... — dijo con seriedad.

El alfa suspiró sin verlo.

— Lo siento — levantó los hombros — por no seguir tu orden — sonrió y ahora lo si lo miró — no me importa lo que digas... Necesito donde vivir — Izuku frunció el ceño.

El alfa no venía como siempre, no estaba usando prendas de ropa cara como suele hacerlo, no parecía un príncipe ahora.

— ¿De qué hablas? — Katsuki mantenía la media sonrisa.

— Ya no soy un príncipe, renuncie a la corona... — Si, el alfa había dejado todo atrás, todo sobre ser un príncipe.

Escapó del reino sin un adiós para no regresar jamás, solo su madre sabía esto y confía en ella.

— ¡¿Hiciste qué?! — gritó fuerte de sorpresa.

Katsuki asintió.

— Ser príncipe no es lo mío así que y pues me fuí... — sonrió — lo hice por ti así que ahora me tendrás que perdonar si o si — Izuku ni siquiera lo pensó para darle un golpe a Katsuki.

— ¡Maldito estúpido! — gritó y en cuanto se calló lo jaló de la ropa con fuerza como si Katsuki fuera un muñeco de trapo.

Lo siguiente dejó al alfa sorprendido, se esperaba la paliza de su vida y en caso de que fuera así, la aceptaría, pero no era una golpiza lo que estaba recibiendo sino un beso, el omega le estaba besando — no hagas que me arrepienta... — le empujó y rió despacio.

Lo estaba perdonando.

— ¿E-en serio? — el omega ya no tenía la cara de molestia.

— ¡Cállate! — ordenó y sonrió de nuevo — ¡Primero aprenderás a pescar y tenemos que hacer una cama más grande! 

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