Capítulo 24

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Narra Emma...

Después de la gran bienvenida y bautizo por así decirlo, todos regresamos a la normalidad. Mi hermana como siempre salió en el primer vuelo junto con su esposo, mi hermano que ahora tenía un postizo como ceja también volvió sin antes hacer media guerra con mi hermana.

Por mi parte, por mi maravillosa parte... Llego ese día en que toda mujer mira las cosas de diferente forma. Sí, esa misma que molesta por todo y si se decidía podía terminar con la paz mundial.

−Emma voy al trabajo, nos vemos en la noche. – anunció Chris, como siempre tan guapo.

−Cuídate.

Al momento que escuche la puerta cerrase me levante. No quería que Chris, me viera de este modo; el modo de rabieta que me daba, el modo de encierro total. La única que ha podido soportarme es Jhoana.

La puerta suena. Perfecto... ¿quién será la primera víctima de mi grandioso humor? ¿A quién debía colgar esta vez?

− ¡¿Quién es?! – gruñí y abrí la puerta.

−¡Oh! Rayos, mira ese rostro. Es así como recibes a tu mejor amiga.

−¿Qué haces aquí? – pregunte con las pocas ganas que tenía.

−Quería darte una sorpresa – anunció con una sonrisa de oreja a oreja –. Además, cuando pensabas en desdecirme. – me muestra el anuncio del compromiso, por poco y me lo planchaba en el rostro.

−Yo no lo sabía, tengo que retirarlo. – añadí apartándome de ella.

−¿Qué sucede?

−Tú que crees. – respondí malhumorada –. Voy a mutar. Voy a evolucionar.

−Estas en tus hermosos días.

−¿Hermosos? Dime que parte es hermosa.

−¿Dónde está? − evitó mi pregunta y comenzó a buscar con su mirada en cada rincón del apartamento.

−¿Quién?

−El portero – respondió con un tono asido –. Emma, hablo de este guapetón, de esta belleza que está impreso en las páginas del New York Times.

−Se fue a trabajar. – resoplé.

−Es mejor ir al parque. No me importa que estés así ponte un tampón y salimos, tienes que contarme todo – ordenó mientras dejaba sus cosas.

Así es como Jhoana, me obligo a salir. Así es el poder de ella sobre mí. Como dije; ella es la única que puede tolerarme.

Le cuento todo lo que ha pasado con cada detalle, punto y coma. También se ha encargado de hablar cuando nos acercamos a comprar cualquier cosa.

−Conque es un ángel pervertido – elevo su comisura izquierda lo más que pudo. Era una media sonrisa picarona.

−Si lo miras de esa forma entonces sí. – respondí a secas.

−Volviste amar, después de tanto tiempo. Te lo mereces.

−¿Tú crees?

−Claro, y si alguien quiere separarlos me encargare de mandarlos al infierno – agregó con la confianza de toda una amiga.

−Contare con eso entonces. – anuncié en un tono que sonara algo dulce.

−Si yo fuera Chris me gustaría saber lo que te atormenta – comentó con la vista en el cielo –. Como ya lo han hecho todo es correcto que se lo cuentes.

Matrimonio PredestinadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora