Capítulo 7

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Kara Danvers

—Buenos Días—saludé al personal que iba saludándome a mí mientras me dirigía al ascensor privado para ir a mi piso con un asentimiento.

Suspiré. Sobre mi escritorio habían un montón de papeles que tenía que atender y comenzaba a sospechar que iba a ser muy tedioso.

Maggie trajo para mi un cappuccino, asegurándose de que iba a rendir para terminar rápido. Ella me conocía muy bien. Le agradecí por eso con una sonrisa.

Al parecer los inversionistas griegos venían a finiquitar los asuntos mas importantes para comenzar con la construcción de un hotel Resort 5 estrellas en Mykonos, Grecia.

Kiryacos había enviado un correo donde me notificaba de lo planeado, estarían aquí el día siguiente, así que tendría que organizarme para reunirme con su equipo.

Y tendría que decirle a Lena.

Dado que ella era mi socia, necesitaba estar presente también en las reuniones.

Llené papeles, firmé acuerdos y trabajé lo mas rápido que pude. Entre tiempos, Maggie actuó fenomenal intermediando por mi al traerme algún snack para comer.

Y a todo esto yo disfrutaba de cada minuto. Esto era para lo que yo tanto había estudiado y trabajado. Agradecía enormemente el haber conocido a Lena y que ella haya confiado en mí. Luego de pagarle hasta el último centavo de lo que debía ya podía decir que me sentía mucho mejor. Aún conservo un poco de aquella opinión de que tal vez se me dió mas rápido de lo que esperaba y que curiosamente yo dormía con Lena.

Ella me calma diciéndome que trabajaba duro para avanzar cada día y que lo de nosotras era natural, simplemente se dió en el mismo momento. Yo siempre terminaba por hacer a un lado el asunto y seguir mi vida. Siempre he sido partidaria De que la vida está escrita y que pues entonces así tenían que suceder las cosas.

El iPhone vibró.

Tengo 15 minutos esperando por ti, Kara.
Baja.

¿Por qué ellaes así? Reí.

Voy, Bestia.

Tomé mi cartera y le indiqué a Maggie que podía ir a comer, mientras caminaba al ascensor. Iba enfundada en un vestido color rojo de tiras simples y con un escote profundo, acompañada de tacones también de tira simple del mismo color y el cabello suelto en ondas.

—Un día de éstos deberías pasarte, así interactúan con su otra jefa—dije mientras me montaba en el Roll Royce.

—Un día de estos voy a subir a buscarte yo misma.—dijo mirándome. —te tardaste.

—No vi la hora. —le respondí mirándola de vuelta. Sonreí al ver su expresión. Era tan ella.

Sus ojos se fueron a mis labios, ladeé mi cabeza mientras ella se acercaba y dejaba un beso sobre ellos. Profundo, lento y luego, voraz.
Mordió mi labio al separarse. —Te queda muy bien el rojo—me elogió.

—¿Ah si? —pregunté. —Gracias, Bestia. —Sonreí.

Se adentró en las calles, yendo a un lugar discreto y acogedor que habíamos descubierto hace unos días cuando íbamos a almorzar. Ofrecían comidas latinas y que particularmente me encantaban, así que decidimos venir nuevamente.

Cuando entramos nos recibieron con una sonrisa y nos ubicaron en un ventanal lo suficientemente alejado para seguir con la discreción que nos daban todos al parecer.

—¿Lo hacen adrede o qué? —le pregunté a Lena en especie de broma.

Nos sentamos una frente a la otra mientras dejaban el menú para elegir.

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