Rough Luthor

Capítulo 14

Narrador POV

                   
11 de Septiembre del 2017
                   
El Central Park se encontraba cerrado al público,ese día tan importante para Lena y Kara, que tal vez pensaran que sería fácil, un acuerdo, un juego, un favor.  No se imaginaban que iba a ser el primero de tantos tan diferentes, llenos de subidas y bajadas tan inesperados que podrían sacarlos de esa comodidad que ellas anhelaban, o anhelarían tener.
                   
Grandes cantidades de orquídeas blancas decoraban el lugar. Habían ramos de las mismas puestas al principio de cada hilera de sillas donde se sentarían los invitados a la ceremonia. Caían de manera romántica y casi mágica sobre donde se ubicarían los novios y caían pétalos de rosas blancas por donde en menos de lo imaginaba, Kara estaría caminando.
                   
Las dos son amantes de romper con los protocolos, como ya saben, por lo que ¿Dormir separadas? jamás.
                   
Kara se había marchado con su mejor amiga y organizadora de bodas a primera hora de la mañana, justo después de despedirse de Lena.
                   
La habían consentido como nunca, peinando su nueva cabellera con raíces castañas y reflejos caramelo y castaño claro. Le realizaron masajes, depilaciones, manicura y pedicura, la maquillaron sin llegar a la ostentosidad y luego, la enfundaron en un vestido de diseñador que había costado una pequeña fortuna, que por mucho que le pesó, según palabras de el que sería su esposo en pocas horas, tenía que acostumbrarse a gastar a cada minuto, consecuencia de convertirse en una especie de princesa, aún más popular y más sofisticada que la tradicional, pero princesa al fin.
                   
sobre su pecho se destacaba un escote profundo, sin tirantes que llegaba hasta tu cintura alta, donde comenzaba a caer, tal cual una princesa, un satén opaco, de un color hueso de cola inmensa, que sería el primer traje, ese con que sería unida a Lena, y que para la recepción, le sería retirada la falda amplia para dejarla con finas telas que hacían un efecto vaporoso cada vez que daba un paso, y que era sobre todo, algo espectacular.
                   
Formaba un recogido romántico, con una trenza desordenada y delicada, que luego, para la hora de la fiesta, sería desecha para dejar caer en ondas sueltas su cabello, lo más natural posible, por petición de ella.
                   
—Es hora, Kara— entró su amiga a la habitación para avisarle que un Rolls Royce la estaba esperando para llevarla al parque donde sería celebrada la ceremonia. Le respondió con una sonrisa y se dirigió ahí, pensando en lo descabellado que estaba haciendo, y en lo mal que terminaría su corazón si no aprendía a dejar arriba su guardia.
                   
Por su parte, Lena despertó cuando Kara pasó su mano suave en su cabello y le avisó que se marchaba para comenzar con lo que sea que tuviera que hacer para casarse con ella.

Su mejor amiga había ido a su ayuda, para relajarla un poco y adelantarle quienes ya se encontraban en el hotel casi listos para partir cuando ya se acercaba la hora. Aún continuó preparando lo que había planeado para ese día para Kara, después de todo, ella casi le estaba prestando su vida a cambio de nada más que su propia comodidad. Y Lena quería devolvérselo con creces.

Ella se enfundó en un traje hecho a la medida, también de diseñador, con unos tacones altos Christian Louboutin y trató de peinar y organizar un poco su cabello que estaba ya un poco largo, pero que no cortaba únicamente por la  sensación tan necesitada, inconscientemente, de sentir los dedos de Kara hundirse en su cabello cuando hablaban, o cada vez que la hacía suya.

También se subió a un Rolls Royce que la llevó al Central Park, se colocó junto al sacerdote y a su mejor amiga para esperar paciente a su futura esposa.

Vió a su padre en algún momento tratando de comportarse como nunca lo hizo, y como siempre, Lena se las arregló para siquiera acordarse que se encontraba ahí, injustamente, presenciando el que se supone es el día más importante en su vida hasta ahora, y que ella pensaba que no se merecía.