Capítulo 12

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Lena Luthor
                         
—Lena— escuché cómo Kara me llamaba. Su cabeza se encontraba sobre mi regazo mientras jugaba el último juego que había descargado en su teléfono.

                         
—Mmnh— le respondí.

                         
Se levantó de donde estaba, ocasionando que pusiera mi atención en ella. —ahora que recuerdo... Tu me habías dicho que tenías una hermana y unos padres viviendo aquí en Miami, pero después me hablaste muy diferente de tu padre.—me dijo con total interés.

                         
—Había esperado que no lo notaras, pero eventualmente lo ibas a saber.— dije mientras dejaba el ordenador sobre la mesa.

                         
—Cuando mi padre comenzó a meterse de lleno con su trabajo, yo decidí hacer mi vida a parte, por muy temprano que fuese. Mi madre tenía una hermana, muy dulce por cierto, a la que yo adoraba. Siempre me llenaba de cariño, sin saber que lo necesitaba. —caminé por la estancia mientras recordaba. —comenzaba a frecuentar mucho su casa, primero de visitas cortas pero luego ella me tomó y me educó lo mejor que pudo. Viví unos años con ella, hasta que pude irme para terminar siendo lo que hoy soy. Tuve una familia que me dió cariño, por eso me referí a ella como mi madre, su esposo fue más que un padre, y Sean siempre fue el niño mas lindo a mis ojos, mi hermanito. El, aunque se apellida distinto a mí, es conocido por Sean Rough. Simplemente por asociarlo a mí.

                         
El rostro de Kara era un mar de lágrimas, se acercó y me abrazó. —me alegro de que así haya sido. —dejó un beso en mi mejilla.

                         
—¿Cuando los conoceré?—Preguntó entusiasmada. 

                         
—Veré que puedo hacer— dije mirándola con un poco de ternura, admito. No sé cómo ella podía ser tan sensible y transmitir tanto a la vez.

                         
—Supongo que serán personas increíbles—dijo sonriendo. Tomó su teléfono y se puso a atender correos. Debía adelantar trabajo.

                         
Yo me puse a hacer lo mismo.

                         
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—¿Y por qué carajos no, Andrea?— escuché que Kara decía por el teléfono. —no, yo quiero tacos, quiero toda mi puta boda a la media noche repleto de tacos. — decía caminando de un lado a otro enfundada en tacones y un condenado pantalón que no quería que usara para que otros la vieran.

                         
Me acerqué a ella con ánimos de quitarle el teléfono cuando iba a replicar. Me miró mal para que no se lo quitara, puso su mano en mi pecho y me alejó, o trató de hacerlo. Fui acercándome más, tomando la mano que había puesto sobre mí y la bajé haciendo que me fuera rodeando con el brazo, sin soltar su mano. Incliné mi cabeza un poco en dirección a su cuello, aprovechando la proximidad. Dejé un beso en su mentón, bajando cada vez más hacia su cuello, sabiendo que ya tenía su atención. Dejé un beso húmedo ahí, escuchando su respiración fuerte y cómo trataba de seguir una conversación coherente con la wedding planner. Cuando había logrado que me rodeara y se apoyara en mi, me volví hacia su rostro y dejé un beso en sus labios antes de arrebatarle el teléfono.

Sus ojos me miraron asombrados, pero le respondí con una sonrisa, causando lo mismo en ella. Nunca fallaba. Me reí.

—Tacos es lo que va a haber a esa hora, Andrea.— dije seria. —puedes poner cuantas comidas y platos fuertes que quieras, pero debes complacerla y poner los jodidos tacos. ¿entendido?- escuché como resoplaba a través del teléfono. Me iba a replicar nuevamente.

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