He is my daddy!

30•Mr. Blue

"You have me... until every last star in the galaxy dies, you have me."

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    Harry había hecho sopa instantánea, y si yo no estuviera tan enojada incluso le hubiera sonreído con cariño cuando me trajo mi plato hasta la sala de estar, dónde ambos estamos inversos en la película que puse al azar. Debería estar riéndome mientras miro el film, criticando a Regina o compadeciéndome de Cady pero me es imposible hacerlo.

—¿Qué ha pasado con Lily?—Me animo a preguntar luego de un tiempo, con Harry sentado prácticamente al otro extremo del sofá, luciendo sereno pero ausente, lejano.

—Se ha quedado en su casa, me dijo que la tormenta la había agarrado—responde de forma automática, sin emoción o sentimiento alguno, es como hablar con un robot.

—Ah...—tarareo mientras juego con mi sopa de letras, mirando a las mismas flotando.

    Aún si me he puesto unos jeans oscuros y una remera completamente negra tengo algo de frío, escuchando de forma medio sofocada el tempestuoso clima que azota la ciudad. La lluvia cae en grandes gotas pesadas de agua, las que colisionan con los cristales de las ventanas casi con furia. Me muerdo el labio inferior, sintiéndome sola nuevamente.

—Pensé que irías con Judith a Grecia, siendo honesto me sorprendió un poco verte—dice luego de un tiempo, sonando medio forzado, como si intentara entablar una conversación conmigo.

    Dejo de revolver la sopa con la cuchara, acercándome a la mesa de vidrio y dejando con cuidado el plato encima, desganada.

—Iré a dormir—murmuro mientras camino frente suyo y voy a las escaleras.

    Harry no responde y cuando comienzo a subir las escaleras me frustro, quedándome al comienzo, mirando el escalón de forma vacía. Tenso mi mandíbula mientras me giro y lo veo, Harry se estremece un poco y mira hacia la televisión, quizás fingiendo que no estaba mirándome. Me hace enojar.

—Harry, lamento no haberme ido a Grecia con Judith—me disculpo mientras le veo ponerse rígido.

—No es... no estaba intentando...

—Si quieres mandarme a un internado, no me molestaría—miento mientras veo como se mueve, quizás dejando el plato encima de la mesa, pero sigue sentado en el sofá y no se atreve a girarse y mirarme.

—¿Estuviste fisgoneando en mi estudio, Lucy?

—Sí—respondo sin una pizca de culpa, viéndolo estremecerse un poco pero aún así no se gira a verme.

—No te voy a enviar a un internado, esa fue idea de Judith—responde medio monótono y yo convierto mis manos en puños.

—Ah, ya veo—respondo de la misma forma, intentando no dejarme llevar por mis emociones, ¿Judith quiso enviarme lejos? ¿Qué demonios trama?

—Lucy, yo...

—Te engaña, Harry.

—¿Qué?—Cuestiona mientras se gira y finalmente me mira, yo siento que tiemblo.

—Me refiero a Judith—respondo mientras observo el suelo, abrumada.

—¿Cómo puedes estar tan segura?—Cuestiona y enfadada levanto mi mirada, hasta que me paralizo al observar el verde de sus ojos.