He is my daddy!

33•Balance

"Just let me adore you, like its the only thing I'll ever do"

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    Cuando las clases comienzan nuevamente en agosto las cosas lucen diferentes, aún si el otoño se avecina todo luce cálido y colorido para mí, tan lleno de vida. Steph ha regresado de sus vacaciones renovada, ha disfrutado de las compras y de la playa, luciendo plena. Natalie por otro lado me ha contado un secreto que me ha dicho que lo guardara, en especial de la rubia, temiendo que pudiera llegar a enfadarse con ella por lo que ha hecho.

—No creo sea la gran cosa, Nat—intento minimizar pero ella niega.

—Lo es, sabes como se pone ella con éstos temas—se queja mientras se sienta en uno de los lavados y se recuesta contra la pared.

—Tenía doce cuando quería dar su primer beso—me quejo mientras observo mi apariencia en el espejo.

—Sí, y a toda costa con tal de ser la primera de las tres en darlo—replica mientras saca del bolsillo de su chaqueta una cajetilla de cigarrillos, yo enarco una ceja mientras veo que toma uno y lo pone entre sus labios—. ¿Quieres?

—No, paso—niego mientras ella se encoge de hombros y del otro bolsillo saca un encendedor, prendiendo el cigarro—, además, no porque hayas perdido tu virginidad significa que ella irá corriendo a lo de Chris para perderlo también—expongo mientras me alejo de ella cuando exhala algo del humo, no queriendo que el aroma se impregnara en mi uniforme o en mi cabello.

—No lo sabes, suele ser bastante competitiva—dice mientras le da otra calada profunda al cigarrillo.

—Pero es simplemente absurdo—intento hacerle ver.

—¡Ella es absurda!—Se burla y yo me cruzo de brazos—. Bien, se lo contaré pero... aún no.

—Bueno—acepto mientras me recuesto contra el lavado, curiosa—. ¿Y cómo fue?

—Super doloroso, aunque el cabrón apenas y me preparo—explica mosqueada—. El idiota se habrá corrido ni bien entró dentro de mí, fue mi error por meterme con un principiante—se lamenta y yo me preocupo.

—¿Sangraste?

—Ni te imaginas, fue como si me viniera el período—cuenta y me asusto—, aunque solo por una hora o menos...

—Mierda, ahora tengo miedo—admito mientras pienso en Harry penetrándome, ¿dolerá? Ni siquiera había visto su polla aún.

—Bueno, tranquila, la segunda vez fue mejor—apacigua y le observo sorprendida.

—¿Qué? ¿Cuántas veces lo hicieron?

—No lo sé, unas cinco veces quizás—dice mientras sonríe antes de exhalar algo del humo, yo frunzo mi nariz.

—¿Usaron condón, verdad?

—Por supuesto que sí, Luz, no estoy tan loca como para tener hijos a los dieciséis años—se mofa y suspiro algo aliviada.