El callejón

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-No. No vamos a unirnos a la rebelión
-Si de todas formas no se acabarán matando.- respondió Aylin.
-Matemosles antes.- concluyó Robb, para el asombro de su padre. Le miró horrorizado.
-¡Por dios! ¿Acaso no aprecias tu vida?

Robb no respondió, se giró hacia su prima y le dijo:

- Primero cásate y que dejen de vigilarnos. Luego veremos qué hacemos.

Aylin asintió.

Jean comenzó a pasear por la sala, histérico. Veía la tragedia asomádnose de nuevo por su puerta.

- Nos llevaréis a la desgracia.

- ¡ Ya estamos en desgracia! No podemos ni salir a comprar sin que nos sigan.- gritó Aylin, harta. En su cabeza emepzaba a mascarse la venganza.

- ¡ Por culpa de tu padre y tu madre y ahora tuya!- se quejó Jean.

- ¡ Yo no he hecho nada !

- Para ellos eres sospechosa.

- Por eso me voy a casar y haré todo lo que quieran para que nos dejen en paz un tiempo y se confíen.

Jean suspiró. Al menos había conseguido que se casara. Ahora debía conseguir alejarla de Godfrey y sus hombres.

- Está bien.- dijo, decidido a no discutir más. - Esta misma noche aceptarás la propuesta.

Aylin asintió y cogió una papel.

- Voy a escribirle inmediatamente.

- Aylin. - le advirtió su tío.

- Sí?- dijo ella mientras mojaba la pluma en tinta.- Es un hombre peligroso. Aléjate de los escoceses. - Lo sé.



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Aylin

Aún no sabía cómo iba a vengarme, pero sin duda iba a hacerlo. Seguía enfadada con Alaster, primero por mentirme y segundo por olvidarme tan rápido.

Aquella tarde quedé con Sohnia y le conté la verdad. Se quedó pálida y en silencio, pero no pareció sorprenderse del todo. Intentó defender a Alaster, pero yo me negué en rotundo y le dije que la decisión estaba tomada. Mi amiga suspiró y me dio su apoyo.





Por la noche vino Kent, vestía de terciopelo rojo y venía altivo y triumfal, pues ya sabía lo que yo iba a decirle.

Cenamos con mi tío y Robb y fue en la cena donde decidí anunciar mi respuesta. Kent sonrió y alzó su copa para brindar, sientíendose el hombre más dichoso del mundo.

Salimos a pasear po rel jardín, yo permanecía en silencio, pensativa. Kent sólo quería protegerme y posiblemente asegurarse de que no me juntaba con los rebeldes, sus intenciones eran buenas, porque yo sabía que estaba enamorado de mí. Hubo un tiempo en el que él pudo gustarme, pero ahora todos los ingleses me resultaban repugnantes, sin embargo, a él debía quererle y mostrarle cariño si deseaba seguir con mi plan. Así pues, le cogí la mano y caminamos en silencio un rato más.

- Me habéis hecho el hombre más dichoso de toda Inglaterra.

Sonreí.

- Y vos a mí la mujer más afortunada.

- ¿Dónde deseáis casaros? ¡Os compraré lo que deseís! Mañana mismo anunciaré nuestro compromiso.

Su emoción se me contagió, era hermoso escuchar palabras tan dulces y entonces recordé lo que hacía meses comencé a sentir con él. Tal vez podríamos ser felices, incluso podría convencerle de.... No. Jamás podría convencerle. Amaba a Alaster con toda mi alma, pero aquella historia no era posible, al menos por ahora. Debía cumplir con mi deber respecto a mi familia.

Highlands ( #PGP2020)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora