Ships Gays y Raros con Tom Holland

Gemelos (Dylan y Cole x Tom)

Cuando Dylan le pidió asilo a su hermano por haberse peleado con su novia, no esperó jamás lo que pasó unas horas después, justo cuando Cole se había ido a un Supermercado minutos antes. 

El timbre sonó, y al no estar su hermano él fue a abrir la puerta. Atrás de esta estaba Tom Holland, famoso por interpretar a Spiderman y salir junto a los vengadores, lloró con la última película, Stark no debía acabar así. 

- ¿Está tu hermano? - preguntó Tom, sonriéndole emocionado, miraba a un costado del contrario buscando al otro.

- No, él salió hace un rato. 

Explicó antes de que fuera empujado hacia adentro por el chico que cerró la puerta a penas estuvo también adentro. No le dio ni tiempo a reclamar aquel acto tan inesperado, su nuca fue tomada por las fuertes manos de Holland, al igual que sus labios.

En aquel momento su mente quedó completamente en blanco, pero sus labios correspondían el semi salvaje beso del castaño, quien subió una de sus piernas por su cintura, dándole a entender que la agarrara, cosa que hizo. 

- Atrápame. - dijo en un susurro después de alejar un segundo sus labios para poder hablar. 

Cuando Dylan asintió, él pegó un pequeño salto y como pudo enredó sus piernas en la cintura del rubio. Sprouse posó ambas manos en la parte trasera de Tom por instinto, era algo que hacía con su novia. 

Pronto volvieron a besarse sin pensar en nada, estaban tan metidos en su abismo de besos salvajes que fueron bajando desde los labios pequeños de Tom, hasta su cuello, logrando que gimiera.

- ¡Ah! Así me gusta, Cole. - dijo en un tono muy sexy antes de volver a tomar los labios del contrario, quien se congeló en su lugar.

Dijo Cole, Tom dijo Cole, pensaba que era su hermano. Su expresión pasó de provocativa a pánico en segundos, soltó al chico que se alejó antes de caer. Pero sus manos seguían en los hombros del contrario.

- ¿Qué ocurre? 

Dylan tomó las manos del castaño para quitarlas de allí, ahora se sentía mal por su hermano. 

- Eso fue genial, en serio. Besas muy bien. - halagó junto a una sonrisa bastante coqueta, cosa que hizo sonreír al joven. - Pero...

Fue interrumpido por la puerta siendo abierta, con rapidez soltó las manos del menor al ver a su hermano asomar bolsas con comida chatarra, seguro para esta noche.

- ¡Oh, viniste antes! - Cole cerró la puerta y se acercó a Tom, le dio un beso en los labios después de apoyar las bolsas en una mesa cercana a él. - Veo que ya hablaste con Dylan, ¿Se llevan bien?

Preguntó mirando con amor al chico que abrió la boca sorprendido para voltear a ver al rubio, quien hizo una mueca y levantó los hombros. 

- Si, tu novio es realmente increíble. ¿Por qué no me lo presentaste antes? - preguntó mirando a los dos, pero guiñándole un ojo al más joven cuando dijo "increíble", quien se sonrojo un poco. 

- Bueno, salimos desde hace muy poco y quería ver hasta donde llegaríamos antes de hacerlo público.

Abrazó a su novio por la cintura, lo miró confundido ya que hoy estaba extrañamente callado, considerando lo parlanchín que era. Sobre todo cuando no se veían por más de tres días. 

- ¿Pasó algo cuando no estaba? - preguntó algo serio, ambos se comportaban raros entre ambos.

- ¡No! - dijeron los dos al mismo tiempo.

Cole frunció el ceño y soltó a su novio, sabía lo que significaba la doble negativa.

- Hablen ahora.

Dylan y Tom se miraron compungidos antes de regresar a mirarlo, Tom casi temblaba de los nervios, pues tenía miedo a perder a su pareja, considerando lo mucho que le cuesta mantenerlo por culpa de los viajes y la distancia, muy pocas veces al mes logran estar juntos.

- Besé a tu hermano pensando que eras tú. - dijo con un tono algo agudo el castaño, se sentía mal por ello. 

- Él  no tiene la culpa, yo no detuve el beso y me aproveché un poco de la situación. - se apresuró a decir el rubio después de que Tom confesara.

Cole abrió la boca sorprendido, su pecho subía y bajaba con rapidez, si antes se llevaba algo mal con su hermano, ahora lo odiaba. Los apuntó con el dedo antes de irse directamente a su habitación, ni siquiera podía dirigir la palabra a ninguno.  Se sentía traicionado, por ambos.

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