Especial de Navidad

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 Él había corrido a buscarla, y realmente poco y nada le importaba en ese momento lo que podría pasar en el futuro si ella se bajaba de ese maldito avión. ¿Cómo pudo ser tan tonto como para creerle? Era obvio que cuando Sarah terminó con él había algo raro pero no lo sospechó en ese momento. Le pareció excesivamente egoísta su comportamiento. Ella se iba al exterior por tiempo indefinido sin decirle a nadie, y sin avisarle a él, sin importarle lo que podría ser de su vida cuando se enterase. Esperaba encontrarse con ella en algún momento, para recriminarle todo esto, y decirle lo mal que estuvo lo que hizo, para después besarla como si no hubiese un mañana. 

 ¿Pero realmente volvería a verla? Ella se había ido hacía exactamente un año y todavía no recibía noticias. Unas semanas después del viaje, Germán asumió que ella se había ido, pero albergó la esperanza de que quizá, pasado un tiempo, ella se comunique con él, pero no paso nada. Pasaron dos semanas más, dos meses, seis, y se llegó al año y ahí estaba, todavía esperando las noticias. 

 Germán bebió el último y gran sorbo y dejó la copa en la mesa, cerrando los ojos involuntariamente por el ardor que le producía ese licor, para luego guardar la botella y lavar el vaso. Se apoyó con los codos en la mesa y siguió reflexionando. Hacía bastante tiempo que era una de las únicas cosas que hacía, reflexionar. Ella ya no estaba. Pensó en tomarse el vuelo más inmediato a Inglaterra para estar con ella, pero si se fue sin decirle, era porque ella no quería que supiera nada, porque probablemente no tenía ni el menor deseo de que esté él allí. Intentó llamarla una infinidad de veces, pero por supuesto había cambiado su número. En realidad suena lógico que si uno va a vivir a otro país cambie su teléfono, pero eso no explicaba el haberlo cambiado cuando hacía apenas una hora y media él la había visto con sus amigos en la esquina del colegio. 

 -Pura mierda. -Espetó Germán casi involuntariamente, aún perdido en sus pensamientos. 

-¿Te pasa algo, papi? -Preguntó la pequeña, e inmediatamente la oscura y triste sombra del hombre se iluminó, hasta casi ocultar por completo el estado casi demacrado que tenía dos segundos antes.

-Nada, Michelle -Respondió con el tono más dulce que pudo. La niña volvió a su habitación, contenta de que a su padre no le pasaba nada malo. 

 Germán decidió entonces que nada podría hacer lamentándose. Llamó a Víctor y acordaron que vendría a su departamento en una hora, y traería a su sobrina, Ángela, para que pueda cuidar de Michelle por un tiempo, ya que prácticamente era una adolescente.

Germán volvió a perderse internamente pensando en su vida… Por supuesto que no la de él, sino la de Sarah, porque la suya ya no le importaba tanto. Hacía un año que se había ido, y eso era el tiempo suficiente como para conocer a alguien y empezar a salir con él. Dio por hecho que lo más probable era que, si no tenía novio todavía, no estaba lejos. Pensó en su actitud, carácter y belleza física, y llegó a la conclusión de que, indudablemente, era poco factible que siga sola por la vida.

 Víctor llegó lo antes posible. Había comprendido el tono de su amigo. Tono que en más de una ocasión había escuchado, y que sabía que no anunciaba noticias precisamente felices.

 -¿Todo bien? -Preguntó más por cortesía que por otra cosa.

Germán sólo rió como respuesta.

 Ángela sabía perfectamente qué hacer ni bien entrara a la casa. Saludó a Germán y busco a la niña. Cuando ésta la vio, corrió hacia ella para abrazarla. 

 -¿Quieres ir al parque? -le preguntó a la pequeña. Ella, ilusionada, asintió con la cabeza. La idea era dejar solos a los amigos para que pudieran conversar libremente.

***

*-Y aquí está la cafetería. Como ves está separada del edificio, así que puedes entrar cuando se te de la gana, y tendrás descuentos por ser estudiante. -Le dijo amablemente el hombre, con un perfecto acento inglés.

Ella asintió, comprendiendo. 

-Puedo acompañarte a tu primera clase -Le ofreció aproximándose unos centímetros a ella.

-Sí, muchas gracias.

No era tonta, sabía que él estaba coqueteando con ella, pero realmente necesitaba llegar y no tenía idea de cómo, además de que no se veía mucha gente cerca. Aunque a decir verdad, no le importaba demasiado.

Llegaron a una puerta grande de madera, y allí el hombre se despidió, no sin antes pedirle a Sarah su número telefónico, y acordar un café a la salida.

-Creí que no vendrías -Dijo cuando la vio llegar a la cafetería.

-Dije que lo haría, así que no veo por qué no vendría. -Contestó Sarah sonriendo.

 El hombre se llamaba Adrien. Era el típico modelito inglés rubio con ojos muy azules, sin embargo su actitud distaba de la de esos modelos. Era muy simpático y sin aires de grandeza. Medía aproximadamente un metro noventa, y su delgadez lo hacía verse aún más alto, quizá. 

-Y… ¿Qué estudias? -Preguntó Sarah

-Economía, ya voy por mi segundo año.*

De esto hacía ya un año, más o menos. Había conocido a Adrien el primer día en que pisó la universidad. Ahora eran buenos amigos, aunque por su parte, había intentado algo más con ella, claro que nunca directamente.

-Hola, bonita -La saludó amablemente. -Tengo pizza y Harry Potter. -Sarah sonrió, feliz de escuchar a su nuevo vicio, Potter.

Fueron al sofá, Sarah puso la película y comieron.

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-Sarah…-La llamó Adrien cuando terminaron los créditos

-Uhm? 

-Sé que no es el ambiente más lujoso, pero tengo algo que decirte.

Sarah se levantó de su cómoda posición para verlo a los ojos. -¿De qué hablas? Pizza, Harry Potter y un desordenado departamento con un gato que se trepa a todo lo que ve es el ambiente más lujoso que puedas encontrar.

Adrien rió. -Como sea. Quiero decirte que… Realmente me gustas, Sarah.

Sarah sonrió. A ella le parecía muy atractivo, pero no pensó en iniciar algún tipo de relación con él. Y sabía que si decía ''me gustas'' era algo más que sólo eso.

-Quieres decir que si no era porque querías decírmelo, ni traías pizza, ni a Potter, ¿verdad?

-Por supuesto, sólo quería crear ambiente -Contestó Adrien, siguiéndole el sarcasmo a Sarah.

-Escúchame, Adrien. Me pareces muy atractivo, pero sinceramente nunca pensé en otro tipo de relación contigo. No digo que no lo quiera, sólo que no lo pensé nunca. 

Adrien se aproximó a Sarah y la besó. -Te esperaré entonces. -Dijo levantándose. 

-Escúchame, creo que podremos intentarlo...

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Holaaa!! Tanto tiempo!! Feliz Navidad =3 como verán, este capítulo está ubicado un año después de que Sarah se fue. Tenía pensado subirlo hoy por la tarde, pero estuve ocupada envolviendo regalos y eso, así que no pude. Es un capítulo aislado de la Historia, es decir, no tiene nada que ver, por eso también está escrito diferente. Los capítulos que siguen no tendrán nada que ver con éste. Tenía pensado ambientarlo para Navidad pero así me salió y, como dije, no tuve tiempo así que no pude editarlo. Mañana subo un capítulo en dos partes, ya de la historia. ASÍ QUE FUERA LA PAUSA! HE VUELTO BITCHES!!!!! 

Nos vemos mañana, feliz Navidad =D

ATRAPADOS (2022 - SIN EDITAR) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora