ATRAPADOS (2022 - SIN EDITAR)

Mártires

Lean al final :)

Capítulo 24: Mártires

Después de pensar por horas decidimos hacer algo simple: Nos aseguraríamos de que un espía, sea quien fuere, sepa que hoy a las 19 nos íbamos a encontrar en una casa abandonada fuera de la ciudad. Irían allí, y luego veríamos qué pasaba. Todos estaríamos armados. Montgomery nos llevó a Germán y a mí a un descampado a practicar nuestra puntería, para estar más preparados para esta tarde.

Por la mañana recibí algunos comunicados en donde se me informaba que estaba despedida de los colegios en los que trabajaba. Claro, ahora soy terrorista. Por suerte a Germán no le había sucedido nada. En estos momentos, sin embargo, la noticia me alivió bastante, en vez de preocuparme, ya que no tendría que inventar excusas para nada.

Tan aliviada estaba, que me permití bromear con Montgomery.

-Para esta tarde puedes usar un vestido ajustado con un gran escote, tacos de aguja y guantes de gala. Como en las películas. Luego, con esa clase, tomas una ametralladora y fusilas a cinco. –Reí mucho ante su comentario. Sin embargo Germán no podía decir lo mismo, dado que miraba con bastante molestia a Montgomery.

Repasamos el plan minuciosamente por otras dos veces. John nos dio una ayuda increíble con toda esta locura, porque nos avisó en seguida que había bastantes agentes dirigiéndose a la casa en la que estábamos. Tanto de Adolfo como del gobierno.

La casa era segura para lo que íbamos a hacer. El centro más poblado estaba a unos dos kilómetros, que si bien no es mucho, es lo más seguro que encontramos. Ya estábamos todos allí, Daniel, Frederick, Lizzie, Matthew, Madison, Erick (el chico del avión), Jonathan, Hanz (su padre), Nicole, Derek (el primo de Germán), Georgiana y desde luego John, Germán y todos los hombres de la organización. Éramos muchos, muy armados y la escena daba miedo, pero no pude evitar sentir una cierta calidez en el pecho que me animó a seguir con toda esta locura: Se estaban arriesgando por la misma causa. Corrí a abrazar a mis padres, luego a Daniel, Nicole y Matt, y finalmente besé a Germán. No quería soltarme, pero John nos avisó que se acercaban.

Tal y como lo habíamos planeado, a la vista sólo estábamos Montgomery, Germán, John y yo.

La sensación de calidez se había esfumado, y en su lugar comenzó a crecer un profundo terror, terror de que algo saliera mal.

No recuerdo cómo pasó, pero de repente estábamos nosotros cuatro disparando, luego éramos seis, luego diez, y luego estábamos todos.

La casa era un desastre. Había vidrios rotos, sangre y gemidos de dolor. Nosotros éramos inexpertos, pero Hanz era ex militar, y Montgomery y el resto tenían experiencia con las armas. Ellos debieron acertarle a alguien.

Yo sólo quería correr. Me molestaba esa situación, y estuve a punto de hacerlo, pero me detuvo una silueta, muy poco distinguible, dado que estaba lejos, pero lo suficiente como para darme cuenta de quien se trataba. No pude controlar mis piernas, ellas caminaban solas hacia esa figura.

Me vio y creo que tardó en reconocerme. Sin embargo me di cuenta en cuanto lo hizo, porque ahora, que estábamos a menos de dos metros de distancia, lo veía perfectamente. Una sonrisa de lado, burlona, apareció en su rostro.

-Fuiste desobediente. No te criamos así. –Me dijo con una voz profunda y ronca que ya había olvidado.

-No. Me criaste para ser una ignorante y dejarme dominar. Más que nada por gente despreciable y mentirosa, como siempre lo fuiste, Adolfo.