Parte 7

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Kaede se encontraba al costado de la cama sentada en el suelo y dando la última cucharada de la sopa que le dieron. Alado suyo estaba la charola donde se encontraba el vaso vacío donde antes estaba el jugo de naranja. Dio un suspiro pesado y dejo el plato en la charola para levantarlo con ella de suelo y dejarlo en la mesita que se encontraba en el centro del cuarto.

En ese momento la puerta se abrió y se dejó ver a la alvina, con su ya típica expresión de sequedad. Kaede solo se quedó quieta en su lugar y dándole la espalda, le tenía miedo a esa extraña mujer, de pronto sintió algo un poco pesado y metálico ser puesto en su cuello y luego en sus muñecas.

¡Ah! – Lanzó un gritillo Kaede al caer al suelo, cuando dos manos le jalaron los pies haciendo que pierda el equilibrio, cuando se sentó algo dolida por el golpe que se dio, vio como la alvina le puso un especie de anillos metálicos en sus pies, también se fijó que los tenía en sus muñecas y cuello. No pesaban mucho, pero si eran incómodos - ¿Q – Que es esto? – Pregunto nerviosa tratando de sacárselos, pero no encontraba el lugar donde lo pueda abrir.

Esto servirá, si me desobedeces – Dijo la mujer parándose – párate y sígueme, tienes trabajo que hacer – Dijo encaminándose a la puesta.

¡Yo no are nada que me digas! – Dijo Kaede desafiante y cruzando de brazos a pesar de ese metal que tenía en las muñecas.

¿A si? – Dijo la alvina con una pequeña y no muy notaria sonrisa, apretujo una de sus manos.

Al hacer eso los anillos en las muñecas, pies y cuello de Kaede tintinearon llamando la atención de la chica que los vio, los anillos apretujaron las zonas donde estaban causando un dolor en la joven.

Ah... - Dio un grito casi sordo Kaede y cayó al suelo con las zonas que le dolían e impedían respirar.

Subara deja de apretar su mano y los anillos vuelven a aflojarse dejando que la chica respire.

Sera mejor que no seas una mocosa desobediente o are más que solo apretarte tu cuello con esos aros – Dijo la mujer y se alejó de la habitación con una expresión neutra.

Kaede después de recuperar oxígeno, ni se detuvo a pensar nada y se levanta apresurada y dolorosamente del suelo y va corriendo a seguir a la mujer. Ya le dejo muy en claro su advertencia y esta vez no tiene escapatoria, ahora sí que estaba condenada.

Al llegar donde se encontraba, vio una cocina demasiado sucia, ¡parecía como si no le hubieran limpiado hace siglos! Y no solo la cocina, desde que salió del cuarto, todo el camino está completamente sucio y despedía a un olor a azufre y otras cosas. Kaede se tapó la nariz por el mal olor y condiciones que se encontraba.

¿Q – Que es esto? – Dijo Kaede tratando de buscar una ventana, para no seguir oliendo ese olor.

Creo que es más que obvio, lo que es – Dijo Subara, lanzándole una escoba, trapeador y un cubo.

Kaede lo coge torpe mente, aguantando la respiración y cuando quiso preguntarle algo, casi grita del susto, al ver que la alvina que lleva en la cara una mascarilla de oxígeno.

¿Que? – Pregunto la mujer al verla que le quedo mirando, pero la chica negó frenéticamente – muy bien, yo saldré y cuando regrese ¡quiero ver toda la casa limpia! – Dijo tranquilamente retirándose por la puerta de la cocina, donde se podía ir al exterior - ¡Y ni trates de escapar, maldita mocosa! – Le advirtió y la vio asentir frenéticamente y dirigirse al lavatorio para poder llenar la cubeta con agua, pero no salía agua de los caños y eso le extrañó a la joven – el caño no funciona, debes ir afuera donde hay un pozo con agua y traer de allí – Diciendo esto se retira.

Mirmo Zibang (FLOR MARCHITA)Where stories live. Discover now