Mirmo Zibang (FLOR MARCHITA)

Parte 6

Kaede estaba pensando correr y escapa de esa loca, pero descarto la idea luego, no sabía que le podía hacer si intentaba escapar y más aún no sabía dónde está, porque si logra escapar, estará perdida sin rumbo fijo.

No le convenía ninguna alternativa. Ambas la mandarían a la muerte.

Ni intentes escapar o sabrás como soy, mocosa – Dijo Subara, como si viera su intención.

¿Qué quieres de mí? – Dijo en un tono pesado la joven.

¿Acaso estas sorda? Ya te dije que quiero – Dijo la mujer con la seña muy fruncida del fastidió.

...

No dijo nada y se prolongó un silenció.

Si me niego – Dijo Kaede con simpleza y bajando la mirada dejando que sus pelos tapen su mirada.

La mujer de un rápido movimiento le agarra del cuello y la alza de la cama sorprendiéndola y que Kaede agarre de sus dedos de su mano de la mujer para que la suelte, ya que le estaba cortando la respiración.

¿Crees que estoy pidiendo tu consentimiento? creo que es evidente, humana mocosa – Dijo Subara con una expresión de desinterés en su rostro, por el vano intento de la chica.

N – No re – res – pi – ro – Dijo con mucha dificultar por hablar, Kaede.

La mujer le miro con fiasco.

Tal vez fue mala idea traerte a esta dimensión, no creo que me sea útil una humana que se pudre por dentro – Dijo Subara apretando un poco el agarre en la garganta.

P – Por fa – vor, n – no res – pi – Dijo Kaede llorando porque poco a poco el airé abandonaba sus pulmones.

La mujer la miro un rato, viendo como se le iba la vida.

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La suelta.

Kaede no solo cae a la cama, sino de ella, haciendo que no solo se golpe el hombro, sino un poco la cabeza ocasionándola un dolor horrible. Ella lloro no solo por el dolor de la caída, sino por el miedo de su captora. Se ve que aparte de infundir miedo con su mirada, tiene una fuerza enorme.

No me retes, mocosa o la próxima vez no será tan gentil contigo – Le dijo Subara con un tono seco y frio en ella.

...

Kaede no dijo nada, solo trato de recuperarse del dolor y el oxígeno que perdió en silencio, mientras se sentaba en el suelo con la mira abajo.

Por hoy te dejo dormir cómodamente, pero no te acostumbres – Dijo la mujer – mañana empezaras con tu labor de esclava – Dijo y se encamino a la puerta – Y ni se te ocurra escapar, porque si no quieres que te mate yo, lo harán las criaturas de allá afuera - Dijo.

...

¡Entonces mátame, ahora! – Dijo Kaede con un tono exigente, sin subir la mirada.

La mujer volteo a mirar a la chica, expresando por unos breves y cortos segundos una mirada de sorpresa, pero luego la cambio por la de una fría.

¿Qué te voy a servir, yo? Si no puedo defenderme por mi misma – Dijo Kaede, no sabía por qué dijo eso, pero no le importo – de todos modos, mi vida estoy muerta – Dijo y apretó sus ojos recordando fotos de lo que le hizo su ex amigo Muglox – no tengo ganas de vivir – Dijo.

La mujer le queda mirando un buen rato y luego gira hacia la puerta.

Lo que te paso, no me interesa – Dijo Subara – Y eres mi esclava – Dijo – yo decidiré cuando te matare – Diciendo eso, sierra la cuarta y le hecha seguro por si la humana intenta escapar.