Parte 14

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¡Por favor, Sensei! ¡Para! – Decía casi a gritos Kaede, sujetando de la cintura a la albina, que se disponía a moler a golpes a un chico lobo que se encontraba tirado y lastimado tras un destrozado muro.

¡Estúpido, pulgoso! ¡Te advertí que no le dijeras nada! – Dijo una mujer muy molesta, tratando de exterminar al joven lobo.

Y tú debes saber que yo no soy de quedarme callado, zorrita – Dijo Moroku después de escupir la sangre de su boca y sonreír con dificultad, queriendo demostrar que no se arrepiente de lo que hizo, a pesar del inmenso dolor que sentía de la golpiza que le dio la albina.

Estas muerto, pulgoso – Dijo más molesta la albina, al ver que no muestra el chico lobo ni un gramo de arrepentimiento y más encima verlo con esa estúpida sonrisa, a pesar de tener casi la cara destrozada.

Al momento que la albina se acercó para acabar con el chico lobo, alguien se puso en su camino.

¡Por favor, maestra! ¡No lo lastime! – Dijo Kaede con lágrimas en los ojos, extendiendo los brazos a ambos lados, impidiéndole el paso a la mujer.

Mocosa, quítate del medio – Dijo en forma fría la albina – esto es un problema que tengo que terminar con este puto pulgoso – Dijo.

¡No! – Levanto su voz Kaede cerrando fuertemente los ojos, aún temía a su maestra, a pesar de que empezó a tenerle estima y más al entender por qué ella es así.

No desobedezcas mis órdenes, mocosa estúpida – Dijo molestándose con la joven, Nacuyo – esto es algo que no debes meterte – Le dijo – así que quítate – Dijo colocando una mano en el hombro de la joven para apartarla.

¡NO! – Grito Kaede, mientras quitaba la mano de su hombro y se lanzó a abrazar a un sorprendido chico lobo – por favor – Dijo sin dejar de llorar y mirar a su maestra – déjalo vivir – Imploro con una mirada suplicante y aferrándose al chico que abrazaba.

Kae – Chan, será mejor que me dejes y no te arriesgues a ti y tu bebé, yo me metí en esto – Dijo Moroku, tratando de quitar las manos de la joven de su cuello donde se vino a aferrar.

¡No! ¡No quiero que siga lastimándote, si lo hace que me lo haga a mí también! – Dijo Kaede casi a gritos mientras se aferraba más al chico, sin parar de derramar lágrimas.

¡Kae - Chan! – Dijo el chico lobo como reclamo por la terquedad y estupidez dicha por la humana.

Kaede no dijo nada, solo cerró fuertemente sus ojos sin querer soltar al chico, mientras temblaba de la angustia.

...

Lo estas abrazando.

Tanto la joven y el chico lobo alzaron la mirada, al ver un poco pero notoria sorpresa en los ojos de la mujer que los miraba.

Si, después que le mostré tu pasado, ella comprendió todo y vio que no era necesario temer – Dijo Moroku al entender de la sorpresa de la albina – y eso fue una especie de empujón, para ella – Dijo, sabiendo que no bastaba más palabras para que la mujer lo entendiera.

La albina no dijo nada, solo quedo parada y callada viéndolos y un flashback vino haciéndole recordar cosas, estuvo unos minutos allí parada sin decir nada, pero luego darse la vuelta e irse fuera de la cabaña.

Kaede ve eso y güira la mirada al chico.

¿Estás bien? – Pregunto Kaede preocupada.

Si, en un momento mis heridas desaparecerán – Dijo Moroku.

Mirmo Zibang (FLOR MARCHITA)Where stories live. Discover now