Mirmo Zibang (FLOR MARCHITA)

Parte 13

Moroku entra al comedor y al alzar la mirada vía a la albina dejando comestibles en la nevera y despensa, para luego cerrarlas y tomar su bolsa de nuevo.

¿Vas a salir de nuevo? – Pregunto el peli azul.

Por una semana, estaré fuera – Dijo la albina sin voltear a mirarlo – acabo de averiguar que en una dimensión, hay unos medicamentos para jóvenes embarazadas de monstruos que les hace muy bien en sus procesos – Dijo y se encamina a la puerta – dile a la mocosa de que estaré fuera por una semana – Dijo.

...

Nacuyo ¿Por qué no le dices la verdad? – Pregunto Moroku, mirándola.

¿La verdad de, que? – Pregunto la mujer con indiferencia.

¡No te hagas, sabes de lo que me refiero! – Dijo el chico, algo molesto – se nota que esa humana te está empezando a tomar mucho cariño, a pesar de como la tratas – Dijo.

Aún sigo sin entender a qué quieres llegar, pulgoso – Dijo la albina mirándolo, sin interés alguno.

Nacuyo, te conozco – Dijo el peli azul – lo natural en ti, es que no tolerarías tener a un humano cerca de ti, después de lo que ocurrió hace miles de años – Dijo serio – sé que tú también estas cambiando, ya no eres tan fría como antes y puedo apostar que también te estas encariñando con esa humana – Dijo - ¿¡Por qué no le cuentas lo que paso cuando tenías su similar edad, cuando tú..!? – No continúo su pregunta por qué calló, al ser sostenido del cuello y ser empujado con fuerza contra la pared de la cocina, ocasionado que algunas cosas rebotaran y sonaran e algunas cayeran.

Sera mejor que no te atrevas a mencionarlo, maldito y repugnante lobo, porque acabare el trabajo de esos cuervos donde te encontré – Dijo de una manera muy fría la albina, mientras apretujaba un poco el cuello del chico.

N – Na – cuyo – Dijo con dificultad de hablar y el chico – p – por favor, no respiro – Dijo con el poco oxigeno que le dejaba salir y un dolor por ese apretón – aunque, me mates – Dijo – ella tiene derecho a saber la verdad – Dijo forzosamente.

Mis asuntos, no tiene que meterse nadie y menos una repugnante humana o un lobo como tú – Dijo la fría albina y vio que, el chico ya se ponía blanco por falta de oxígeno y lo suelta dejándolo caer al suelo – te lo advierto lobo, no te atrevas a contar de mi pasado a esa humana, mis asuntos y vida no debe meterse nadie – Dijo para luego tomar su bolsa que dejo soltar en la entrada e irse cerrando la puerta de un fuerte portazo, logrando una raja se habrá en la puerta.

El chico solo vio la puerta cerrada, mientras se sobaba el cuello que le dolía por el apretón.

Claro zorrita, lo que tú ordenes – Dijo con una sonrisa el chico a pesar del dolor.

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Kaede se adentró a la cocina y vio al chico tomando casi 25 latas de cerveza en la mesa.

¡Oye! ¡No tomes tanto o te embriagaras! – Le reclamo molesta la joven.

¿Embriagarme? – Pregunto el chico incrédulo – ¡pu! Tonterías, he tomado más cerveza y sake en mi vida que esto de lo que te imaginas – Dijo tranquilo, mientras sin detenerse abría otra lata y lo tomaba.

...

Ok, entiendo – Dijo Kaede – pero luego tengo que votar todo estas latas y limpiar la mesa – Dijo con disgusto, mientras que agarrando una bolsa y se dispuso a meter las latas bacías – no entiendo porque te gusta tomar eso, huele horrible – Dijo haciendo una mueca de disgusto.