Parte 16

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¿¡Y bien!? ¿¡Vas a explicarme o quedarte allí, callado como perro sarnoso!? – Exigió una muy molesta madre.

... Creo que pasar mucho tiempo con Nacuyo, te está pegando sus pulgas y dando mala influencia, ya estás hablando igual que ella – Dijo el chico lobo aun arrinconado en el armario con temor a la joven madre frente a el – aparte ¿que no te han dicho que, si enojas tanto te saldrán arrugas y arruinaras tu carita? – Dijo señalándola con temor en sus ojos que se arrugaban.

¡No cambies el tema y responde! – Reprendió exigente de saber una enojada Kaede, mirando muy fijamente al pobre chico.

Mocosa – Dijo la mayor del lugar apareciendo, tras la joven madre con su típica expresión neutra – al comedor - Dijo.

Sí, pero quiero... - No acabo de decir Kaede, cuando giro la mirada a su maestra, pero está la interrumpió.

Ahora y no me hagas repetirlo otra vez - Demando la albina antes de girarse y retirarse del lugar – y sarnoso, prepara te – Dijo mientras se retiraba.

El chico agradeció internamente que la albina lo sacara de ese embrollo temporal, pero sabía que no lo hizo por salvarlo sino, por otra cosa que sabía de lo que hablarían las dos mujeres.

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Ya en el comedor, los tres se encontraban reunidos, Kaede envió a su hijo a jugar con la gata, mientras ella hablara con su maestra y por lo que notaba, era algo serio.

Mira mocosa, sabes que te entreno para que defiendas a tu larva y a ti de los ataques de los demonios que evitan este lugar ¿No? – Dijo la albina mirando a su esclava y discípula frente a ella.

Si eso sé perfectamente, maestra – Dijo Kaede afirmando todo lo dicho, aun si comprender del porque decía eso.

El chico lobo solo estaba apoyado de brazos cruzados en el umbral de la puerta, escuchando toda la conversación, el sabia a donde iba esto.

Pues aparte de que salves tu pellejo y la de tu larva, me serviste para los negocios que íbamos fuera de acá, para tanto tus pruebas de entrenamiento, como mi arma en mi negoción – Dijo La albina con su mirada neutra.

Si... - Dijo solo afirmando todo Kaede, a ella ya no le afectaba la forma como se diría a ella o su hijo, ya que al saber cómo es su maestra y su trato a todos, pero aún seguía sin comprender por qué le hacía recordar todo eso – disculpa, maestra. Pero ¿qué tiene que ver todo eso, como para citarme? ¡Digo! Con todo respeto – Dijo intimidada, a pesar de haber ganado fuerza y habilidad, no negaba que su maestra sigue siendo alguien de temer y muy superior a ella.

...

Iré al grano, vamos a ir "Todos" a tu mundo, por unos negocios que tengo, con el que me contrato – Digo sin muchos rodeos, la albina.

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¿¡QUEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE!? – Fue el grito que pego Kaede.

Sabía que iba a reaccionar así – Dijo el chico lobo en su lugar.

¡Me niego! – Dijo sin pensarlo Kaede muy alterada.

... Mocosa – Dijo Nacuyo, frunciendo el ceño y dirigiendo una mirada penetrante a la mencionada, lo hizo que se estremeciera de miedo - ¿Me lo repites? – Dijo.

Mirmo Zibang (FLOR MARCHITA)Where stories live. Discover now