prólogo. la rehén

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La moneda iba de una mano a otra mientras la autómata movía sus dedos ágilmente.

El ascensor se paró y segundos después la puerta se abrió. Joi se ajustó la corbata y guardo la moneda mientras comenzaba a avanzar.

— La negociadora está aquí.— Informó uno de los S.W.A.T.S que esperaba en la salida del ascensor. Joi avanzó por el pasillo parando frente a un pez que saltaba en el suelo.

La autómata tomó al pez y lo metió en la pecera con sumo cuidado.

Una mujer se acercó a ella con lágrimas en la cara, estaba nerviosa y parecía que en cualquier momento tendría una crisis.

— Por favor, debes ayudar a mi hija.— La mujer la analizó y luego se alejó de golpe— ¿han enviando a un androide?— la mujer se giró hacia el agente— ¡han enviado a un androide!— El agente la arrastró al ascensor para llevarla hasta el vestíbulo.

Joi se adentró en el piso y se acercó hasta la habitación matrimonial, donde se encontraba el jefe de la operación.

— Capitán Allen. Soy Joi, me envía Cyberlife.— El Capitán la miró un momento antes de girarse a uno de sus subordinados, el hombre comenzó a hablar:

— Dispara a todo lo que se mueve, ya ha derribado a dos de mis hombres. Podríamos acabar con él rápido, pero están en el borde del edificio.

El hombre se giró hacia ella.

— Si él cae, ella cae.

— ¿Han intentado ya el código de desactivación?

— Es lo primero que intentamos.— Respondió con cansancio el hombre.

— ¿Ha experimentado algún shock emocional últimamente?

El Capitán Allen se acercó a ella amenazante.

— Escucha. Salvar a la niña es lo único que importa. Así que o te ocupas de este maldito androide ahora o lo hago yo.— Y tras eso el Capitán se marchó de la sala.

Joi analizó la situación antes de comenzar a trabajar. Con cada segundo que pasaba, la probabilidad de que la niña consiguiera sobrevivir era menor.

Comenzó a analizar todo el loft, desde la habitación matrimonial hasta el cuarto de la niña, luego pasó a la sala de estar, donde se encontraba el cadáver del padre.

Reconstruyó la escena y luego se acercó a un policía tirado en el suelo.

Su pistola estaba bajo la mesa del comedor.

Miró a sus lados y luego se guardo la pistola bajo la gabardina.

Observó la terraza y tras un segundo viendo al androide, se animó a salir al exterior. Daniel no perdió tiempo disparando, lo que provocó que algo de Thirium salpicase en las ventanas.

— ¡Quieta!— Joi lo miró analiando la terraza. Un policía tirado en el suelo y otro muerto en la piscina, también rondaba un helicóptero de los S.W.A.T.S.— ¡No te acerques más o salto!

— ¡No! ¡No por favor! ¡Te lo ruego!— La niña lloraba, tenía verdadero miedo, ¿qué pasaría si al final Daniel si saltaba?

Joi miró los edificios de los alrededores, los francotiradores se colocaban en sus posiciones.

— ¡Hola Daniel!— Joi comenzó a avanzar.

— ¿Cómo?— Preguntó Daniel nervioso y confundido.

— ¡Mi nombre es Joi!

— ¿Cómo sabes mi nombre?— Cuestionó Daniel nervioso mientras Joi comenzaba a acercarse al policía herido.

— ¡Sé muchas cosas sobre tí! He venido a ayudarte... Soy una androide como tú. Sé cómo te sientes.

— ¡Qué importa si eres una androide! ¡Estás de su lado! ¡No puedes entender cómo me siento! ¿Estás armada?

— Sí. Tengo una pistola.— Confesó.

– ¡Tírala! Ningún movimiento extraño o disparo.

Joi metió la mano tras la gabardina y sacó el arma, luego la tiró cerca de la piscina.

— Te iban a remplazar y te enfadaste. Eso es lo que pasó, ¿verdad?

— Pensaba que era parte de la familia. Pensaba que era importante. ¡Pero solo era un juguete!— Con furia, Daniel apuntó a la niña, quien gritó por el terror.— ¡Algo que tiras a la basura cuando te cansas!

Joi se arrodilló frente al policía.

— ¡Está perdiendo sangre! ¡Si no lo llevan al hospital pronto, morirá!

— ¡Todos los humanos mueren tarde o temprano!

Joi miró al hombre y luego a Daniel.

— Voy a hacer un torniquete.— Joi dio la vuelta al hombre, Daniel dio un disparo de advertncia.

— ¡Tócalo y te mato!— Joi miró al androide fijamente mientras lentamente se quitaba la corbata.

- ¡No puedes matarme! ¡No estoy viva!

Hizo rápidamente un torniquete y luego se levantó con las manos en alto. Continuó acercándose.

— ¡Sé que Emma y tú erais cercanos! ¡Piensas que te ha traicionado, pero no es así!

La pistola volvía a estar en la cabeza de la joven, que miraba a Joi en busca de ayuda.

— ¡Me mintió! ¡Pensaba que me quería, pero estaba equivocado!

Tras conseguir acercarse un poco más y de haber hecho que el helicóptero se marchase, Daniel comenzó a ceder lentamente.

— Quiero que todo el mundo se vaya, ¡y quiero un coche!, cuando esté fuera de la ciudad la soltaré.

— Lo siento, Daniel. Pero eso es imposible. Suéltala y te prometo que nadie te hará daño.

— No quiero morir...— Admitió Daniel comenzando a bajar la guardia. Joi comenzó a caminar para acercarse lo suficiente como para salvar a la niña.

— No morirás, sólo quiero hablar, te lo prometo.— Daniel bajó el arma y después soltó a la niña, que corrió cerca de la piscina.— Gracias por colaborar, Daniel.

Varias balas atravesaron al divergente. Quien cayó al suelo de rodillas.

— Me has mentido, Joi. Yo sólo quería ser libre...

Joi lo miró seriamente mientras daba la vuelta y se marchaba directa a la planta de Cyberlife.

alive ▭ connor [ rk800 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora