alive ▭ connor [ rk800 ]

dos. el interrogatorio

Fue cuestión de una hora para que todos estuviesen en una de las salas de interrogatorio de la comisaría.

Todo observaban en silencio como Hank interrogaba al androide sin mucho éxito. Frustrado, el hombre golpeó la mesa buscando llamar la atención del divergente, pero de nuevo, el autómata ni se inmutó.

Connor suspiró profundamente restregandose los ojos con notorio cansancio, Joi le tendió una taza de café y el chico la tomó con una sonrisa amable.

Connor miró el interrogatorio pensando en si tal vez debía entrar él. La respuesta inmediatamente fue no, ya que conseguiría el mismo resultado que su padre.

— Que le jodan, me rindo.— Hank abandonó la sala y se dirigió con sus compañeros. Entró dando un suspiro cansado mientras se apoyaba en la pared contraria a la de uno de los comisarios.

— ¿Y ahora qué?— Preguntó Connor apartando su vista del divergente.

— Perdemos el tiempo al interrogar a una máquina, está claro que no nos dirá nada.

— Tal vez debamos presionar un poco, al fin de cuentas no es humano.— Joi miró a su derecha, encontrándose con un hombre relativamente alto, tenía una sonrisa burlesca y sus brazos cruzados sobre su torso, quedando su placa debajo de estos.

Connor la miró esperando una respuesta, Joi se giró hacia Gavin Reed antes de contestar.

— Los androides no sienten dolor. Solamente conseguirían dañarlo y así no conseguirán que hable. Los divergentes tienden a autodestruirse en situaciones de mucho estrés.— Corrigió la castaña volviendo su mirada al androide esposado en la sala de al lado.

Connor miró a Gavin con cautela, esperando que no atacara a Joi como el imbecil que era.

El hombre usó su pierna para darse impulso en la pared antes de acercarse a Joi con actitud intimidante, Connor frunció el ceño al ver cómo Reed miraba a la autómata de arriba a abajo.

— De acuerdo, sabelotodo. ¿Qué sugieres qué hagamos?— Cuestionó Reed con amargura.

Joi miró al androide una última vez antes de girarse hacia Connor buscando aprovación.

— Yo podría interrogarlo.— Todos miraron a Gavin cuando él soltó aquella carcajada burlona.

— ¿Tú?— Rio mientras volvía a la pared. Connor intercambió una mirada con su padre antes de asentir.

— Adelante, ¿qué tenemos que perder?

Gavin bufó y Joi le sonrió a Connor marcando los hoyuelos. Caminó hasta la salida y luego entró a la sala de interrogatorio.

Se sentó frente a él y tomó los archivos que habían en la mesa, luego analizó al divergente y tras unos segundos en silencio, Joi habló:

— Detecto una inestabilidad en tu programa, eso puede desencadenar sentimientos indeseados, como el miedo en los humanos.

Joi estaba tranquila, su LED se encontraba de color azul y tenía una pierna cruzada sobre la otra.

— Estás herido.— Su voz era dulce y apaciguadora,— ¿tu dueño te lo hizo?— El autómata no lo miró.— Has sido acusado de asesinato, sabes que no tienes permitido dañas una vida humana bajo ningún concepto. ¿Tienes algo que decir en tu defensa?

Joi tomó la carpeta con las fotos del asesinato de Ortiz y la abrió frente al androide.

— ¿Lo reconoces? Es Carlos Ortiz, fue apuñalado veintiocho veces.— Señaló la imagen donde see reconocía el dibujo sobre el cadáver.— Ésto estaba escrito en la pared.