alive ▭ connor [ rk800 ]

once. última oportunidad, joi

El ambiente en el despacho de Fowler era frío, Connor, Hank y Jeffrey se miraban incómodos mientras Joi se quedaba en una esquina observando la escena.

La escena de la casa de Kamski se repetía una y otra vez en bucle.

No soy una divergente.

No soy una divergente.

No soy una divergente.

En su mente sólo había espacio para esas cuatro palabras. Aunque salió de su ensimismamiento ante las palabras de Fowler.

-Estáis fuera del caso.- Sentenció el capitán.

-¿Qué?

-El FBI se encargará.

-Pero tenemos algo. Sólo necesitamos un poco más de tiempo, estoy seguro de que-.- Fowler negó.

-Hank, no lo entiendes, ésto no es sólo una investigación, es una puta guerra civil.

-Que le den, no puedes sacarnos así como así.

-Estamos muy cerca.- Dijo Connor cruzado de brazos, miró de reojo a Joi. ¿Si el caso se acababa ella se iría?

-Pensaba que estarías feliz con ello.- Dijo Jeffrey mirando a Hank.

Hank se apoyó en la mesa.

-Estamos a punto de acabar.

Fowler suspiró.

-No hay nada que pueda hacer. Volvéis a homicidios y ella a Cyberlife.

Connor clavó su mirada en Joi, ella no lo miró, solo se fijó en un punto en el suelo.

-Lo siento, pero se ha acabado.

Hank no dijo nada más, le dio una última mirada a Jeffrey y salió del despacho.

-Ha sido un gusto trabajar con usted, Capitán Fowler.- Se despidió Joi.

Jeffrey asintió triste y entonces Connor y Joi salieron de la habitación.

Joi sentó en el escritorio y Connor se mantuvo de pie, pero a su lado.

-No podemos rendirnos tan fácilmente. ¡Estaba segura de que podíamos resolver este caso!- Soltó Joi poco después de sentarse.

Connor y Hank se giraron hacia ella, pero sólo uno habló.

-Así que volverás a Cyberlife.- Connor soltó un suspiró triste.

Joi miró hacia abajo nerviosa.

-No tengo otra opción. Seré desactivada y me analizarán para saber en qué he fallado.

-¿Qué pasa si estamos en el lado equivocado, Joi? ¿Qué pasa si estamos luchando contra gente que sólo quiere ser libre?

Joi miró a su alrededor antes de hablar:

-Cuando los divergentes se revelen sólo habrá caos. ¡Podíamos pararlo!, pero ahora es muy tarde...

Connor tomó aire y luego se apoyó en el escritorio de su padre quedando entre el canoso y la androide.

-Cuando te negaste a ejecutar a la androide en la casa de Kamski...- comenzó el joven.- Te pusiste en su lugar, mostraste empatía, Joi.

Hank asintió estando de acuerdo.

-La empatía es una emoción humana.- Completó Hank.

-No sé por qué lo hice...- Hizo una pausa y continuó.- Sé que no siempre ha sido fácil, pero quiero que sepa, Teniente, que para mí a sido un placer trabajar con usted. Y no sólo digo esto por mi programación de relaciones sociales, creo... Creo que realmente siento lo que digo.

Hank sonrió levemente mientras Joi apartaba la mirada pensativa.

-Hank, dime Hank.- Joi asintió algo ida y luego miró a Connor.

-¿A mí no me vas a decir nada bonito?- Interrumpió Connor con una diminuta sonrisa.

-Gracias por todo.- Si bien no era tan emotivo ni mucho menos romántico, la sonrisa que Joi le proporcionó a Connor fue más que suficiente. Verla sonreír le hacía feliz.

Hank frunció el ceño al ver entrar a Perkins al departamento, miraba su móvil y mantenía unos andares de egocentrismo.

-Ahí viene el capullo de Perkins.

-No podemos rendirnos.- Continuó Joi. Connor y Hank compartieron miradas mientras el más joven tomaba una tarjeta y se la entregaba a Joi.

-Yo distraeré a ese gilipollas. Tienes cinco minutos.

-Yo voy con Joi.- Ella se giró hacia Connor y negó frenéticamente.

-No, si llegase a descubrir donde se esconden no podrías venir conmigo, no quiero ponerte en peligro. Es mejor que te quedes aquí.- Connor muy a su pesar asintió.

-Ve con cuidado.

Joi asintió frenética y comenzó a andar hacia la sala de pruebas.

-Y tú.

Lo último que Joi escuchó fue claramente: "¡Perkins jodido gilipollas!"

Caminó hasta la puerta que la llevaría a la sala de pruebas y cuando estaba por entrar la voz de Gavin la interrumpió:

-¡Joi!- La nombrada maldijo internamente al hombre.- ¡Te estoy hablando a tí pedazo de hojalata! No necesitamos a ninguna idiota de plástico por aquí, ¿o es qué no te lo han dicho?

Joi se giró hacia él fingiendo normalidad, aunque mostraba una sonrisa irritada ante la presencia del hombre.

-Sólo registro las pruebas que hay en mi poder, pero no te preocupes porque me voy a ir, aunque ciertamente voy a echar de menos nuestro bromance.- Gavin sacó su arma y apuntó a la cabeza de la autómata.

Segundos después simuló el sonido de un disparo, bajó el arma y tras una pequeña risa le señaló la puerta.

-Adelante.- Se dio la vuelta y caminó hacia la salida.- Putos androides.

Una vez el hombre hubo abandonado el pasillo, Joi se apresuró en abrir la puerta qur y la llevaba a la sala de pruebas.

No tenía tiempo que perder.

Tras haber accedido a la sala, llegó a un panel de control.

-¿Qué es lo que un Teniente excéntrico pondría?- Joi puso el nacimiento de Connor pero saltó error.- Piensa Joi, piensa.

Tras unos segundos quieta, comenzó a teclear "Putacontraseña".

-Bingo.- Celebró la castaña viendo como las pruebas comenzaban a aparecer frente a ella.

Tras analizar todas las pruebas y de intercambiar biocomponentes entre los androides que había capturado, por fin consiguió lo que buscaba.

La ubicación de Jericho.

Aunque su felicidad se vio aolacada por el sonido de un arma sin seguro.

-He estado soñando con esto desde la primera vez que te ví.- Joi sonrió con superioridad sin girarse, Gavin mantuvo el arma levantada en su dirección.

-No lo hagas, Gavin.- Advirtió ella.- Sé como parar a los divergentes.

-Estás fuera del caso, y ahora... Va a ser definitivo.- Y tras esas palabras, Joi se escondió tras la mesa de acceso evitando el disparo del detective.

Comenzó una breve pelea, Joi le arrebató la pistola a Reed y bloqueó cada uno de sus ataques devolviendolos con el doble de fuerza, tras acorralarlo contra la mesa de acceso, Joi le golpeó en la nuca y Gavin cayó al suelo inconsciente.

Se acomodó la corbata observando el cuerpo y luego se giró para irse.

-Menudo idiota.- Eso es lo que hubiese dicho Connor si hubiese venido.

Subió lo más deprisa que pudo las escaleras hasta la salida, y cuando estaba a punto de irse, una alarma comenzó a sonar.

Debía darse prisa.