𝐄𝐩í𝐥𝐨𝐠𝐨: 𝐈𝐈𝐈

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Kim SeongJin

Le gruño al niño de ocho años para que salga de debajo de la cama. No tengo tiempo para esto pero el menor de los cinco Kim viviendo en esta casa no parece dispuesto a cooperar conmigo, su hermano mayor.

Y lo detesto, porque este es un día importante para mí pero no le importa.

—Si no sales le diré a Jimin que venga por ti, bola pulgosa.

Ante eso un lobo blanco sale corriendo del cuarto de baño. Me levanto confundido, juraba que estaba debajo de la cama.

Refunfuñando aliso mi traje caminando por fin hacia el pasillo del segundo piso de la casa. Me guío de mi olfato para detectar el aroma a miel de papá, voy hacia su habitación para avisarle que ya encontré a mi hermano menor y que ya me debo ir. El tío me dijo que fuera a la empresa temprano y estoy aquí perdiendo el tiempo.

Me detengo antes de ingresar al dormitorio de mis padres cuando siento el olor de mi papá salir fuerte de ahí junto al aroma a miel. Maldigo porque si entraba seguro me iba a encontrar con una escena extraña.

Gruño, ¿entonces por eso me pidieron que buscara a mi hermano? ¿Para que se quedaran a solas?

—¡Jimin y Hoseok siguen en la casa!— grito a través de la puerta cerrada para que me oigan. ¿No les da vergüenza que ellos los puedan encontrar?

—¿Llamaste, SeongJin-ah?

Volteo para encontrar al alfa parado en el pasillo, todo sonriente saludándome con la mano. Niego con la cabeza.

—No, tío.

—Deja a tus papás solos un rato— dice ahuecando una mano alrededor de su boca, para que no se escuchen muy alto sus palabras.

Asiento cansado. Yo debería irme ya.

—¡Suerte, cachorro!— exclama Jimin desde la cocina cuando me ve pasar hacia la salida. Me ahorro el contestarle que no soy un cachorro y que como mi hermana escuche esa forma de llamarme se burlará de mí. Sí, ella sacó eso de Jin.

—¿A dónde vas?

Me contengo de gritar fastidiado por todas las interrupciones. No, no debería descontrolarme, solo es que estoy nervioso, nada más.

No hay porqué desfogarse con la alfa de quince años.

—Adiós, hermanita— desordeno su cabello castaño corto y trato de alcanzar la perilla de la puerta.

Fracaso cuando ella se pega, como si de una pegatina se tratara, a la superficie de madera, negando con la cabeza.

—¿No te quedarás con nosotros?— estira el labio inferior —Jimin y Hoseok nos llevarán de paseo, ¿no quieres acompañarnos?

Tiro la cabeza hacia atrás. No tengo tiempo para explicarle nada de lo que tengo que hacer hoy, es largo y no entenderá a la primera y mis nervios me ganan, probablemente si intento hablar del tema solo balbucearé.

Entonces la voz tranquilizadora del omega varón de la casa termina por calmar a mi lobo.

—Pequeña, SeongJin tiene que irse, déjalo salir. Es importante.

Mi hermana alfa frunce el ceño y se quita de la puerta, papá fue claro.

Volteo sobre mi hombro para agradecerle y me contengo de rodar los ojos cuando veo que Jin está siendo rodeado y cubierto por mi otro papá. Ambos con el cabello húmedo.

El alfa me muestra su sonrisa cuadrada y levanta el pulgar hacia mí.

—¡Suerte, cachorro!— grita aunque sigo en la casa.

𝙅𝙄𝙉'𝙎 𝘼𝙇𝙁𝘼 ;  𝘛𝘢𝘦𝘫𝘪𝘯 - 𝘒𝘰𝘰𝘬𝘫𝘪𝘯 ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora