El alfa perfecto es el alfa destinado. O al menos, debería serlo. Aunque la última vez que Seokjin vio al suyo fue hace cinco años, y el que por contrato está a poco tiempo de tomarlo como suyo para siempre, no se las haya arreglado para despertar m...
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Kim Seokjin
—¿Y bien?
Cruzo los brazos intentando mirar a otro lado. Una situación realmente incómoda hasta para mí.
El beta que nos está ayudando me mira sonriendo con lástima, seguro que sabe cómo me siento y cuántas ganas tengo de salir de este amplio vestidor.
—No me estás mirando.
Jalo unos mechones de cabello hacia mi frente, son lo suficientemente largos para cubrir mis ojos un poco, entonces recién me atrevo a ver hacia la plataforma pequeña de madera entre varios espejos de cuerpo completo y cortinas color rojo vino donde está Jungkook parado con una enorme sonrisa aparentemente inocente.
—Creía que era de mala suerte ver al novio antes de la boda o algo así.
—No estamos antes de la boda y yo quiero que me veas, Jin.
—Pero yo no quiero.
Veo a través de mis cabellos violetas cómo Jungkook se baja de la plataforma y camina hacia mí. Trago saliva.
Sigo siendo humano, no puedo esperar no tener reacciones físicas cuando tremendo alfa esculpido camina directamente hacia mí sin camisa, con todo el abdomen y pecho descubiertos.
Por eso no quería que él viniera.
—Pero es tu deber como novio verme— toma mis muñecas y las sube a su pecho, con todas mis fuerzas intento alejarlas —¿Cómo elijo el traje correcto, sino?
—Ni siquiera estás usando todo el traje, solo el pantalón.
—Es que quiero probármelo por partes, hermoso.
Ruedo los ojos al sentir el aliento de Jungkook cada vez más cerca. Mi corazón empieza a acelerarse y siento el sudor frío bajar por mi espalda cuando mis palmas se abren y Jungkook las pega a sus pectorales.
—¿Y eso es mi c-culpa?
—Nope, pero si no estarías evitando mirarme, te dejaría tranquilo.
Esa ni él se la cree.
Volteo la cabeza para ver al beta ayudante del sastre. El muchacho sólo mira a otro lado, específicamente a la puerta, quizá pensando en qué momento irse para darnos privacidad.
¡Pero yo no quiero privacidad!
En los últimos días tener un momento de privacidad con Jungkook solo puede ser sinónimo de insinuaciones. Puras insinuaciones. Es incómodo porque está logrando tentarme de a poco y eso jamás había pasado en estos cinco años de supuesta relación. Sumado a la última conversación que tuve con su madre solo me hace dudar y no quiero dudar, debo ser decidido.
¿Pero cómo puedo cuando está besando detrás de mi oreja?
—Volvamos a casa, Jin.
Niego con la cabeza e intento alejarme de nuevo, pero la fuerza del alfa es mil veces más que la mía.