Mi comienzo en esta nueva región no fue para nada normal, observar ese majestuoso Pokémon, me sentí como si hubiese ganado una rifa, o hubiese sido escogido entre un millón de personas, me sentí con una increíble suerte, pensaba que lo que habían visto mis ojos era lo más hermoso que me había pasado en mi vida. No estoy seguro si este es mi comienzo o no, pero lo único que sé, es que tengo un sentimiento increíble por lo inesperado en esta nueva región.
Emolga es un Pokémon muy curioso, le gusta observar mucho las flores, las personas y siente una increíble atracción hacía las bayas, su principal alimento. Estaba maravillado, nosotros estábamos partiendo un día martes de la casa del anciano.
Observo que Emolga empieza a ir en dirección hacía unas flores de color blanco y rosados, escuché a Carolina decir que son «cerezos», como el nombre de la ciudad. Decidimos entonces seguir a Emolga, estaba al lado del Centro Pokémon. Emolga estaba muy emocionado por las flores, le gustaba la fragancia que desprendía dichas flores.
Axel estaba pasando tiempo con Carolina, así que le tomaba fotos a ella sosteniendo una flor mientras no se daba cuenta, Carolina miró de reojo que le estaba tomando fotos, su Minccino había salido de su Pokéball enojado para quitarle las fotos a Axel, sin embargo, ¡Axel estaba guardando las fotos como si fuese la última poción del desierto!
Acto seguido, Axel le regala una flor a Minccino y apunta hacía Emolga, Minccino olvida sus instintos agresivos y parece que hasta agita su cola agradeciéndolo. Cabe destacar que me gustaron también las flores, y vi una flor completamente de color rosa, me encantó mucho, así que le pedí a Axel que le tomase una foto, fue un momento muy especial.
Emolga al ver que Minccino venía con una flor ¡Cambió su actitud totalmente! Estaba muy enojado y le dio una pequeña descarga, decide huir planeando con sus alas y así escapar del empalagoso Minccino. Mientras yo admiraba las flores, me percato de no ver por ningún lado a Emolga, observo a Minccino triste y desilusionado mirando hacía lo que parece ser según mi mapa a la ruta 29.
Le digo a los chicos que si quieren pueden quedarse y relajarse un poco, que tengo que hacer algo, pero Axel decide acompañarme despreocupadamente. Carolina quería quedarse y recorrer un poco el lugar, le gustaba todo el ambiente tan agradable de la ciudad.
Carolina recorría los lugares y observó a un niño pequeño queriendo ser líder de gimnasio, a su lado estaba un anciano que decía que los Pokémon a medida que se van fortaleciendo pueden transformarse, Carolina estaba siendo muy curiosa preguntándose si su Minccino puede evolucionar, ya que ha pasado tanto tiempo con él y no ha evolucionado de alguna forma.
Axel y yo estuvimos buscando por la Ruta 29, vimos que había un bordillo y no podíamos pasar por allí, estuvimos gritando bastante alto «¡EMOLGA!» seguimos recto todo el camino, hasta que nos encontramos con una chica llamada Marta, nos dice que su nombre es un juego de palabras con el día Martes y nos pregunta, ¿Qué buen día hace hoy no?
Nosotros asentimos y le estuvimos preguntando acerca de un Emolga, y ella dice que es un Pokémon muy raro que no se suele ver por esta zona, pero que quizás esté en un árbol Bonguri. Además, ¡Nos regaló una cuchara torcida solo porque era martes! Axel estaba empezando a llorar, decía que esta era la mejor región del mundo por sus personas tan amables, yo pensaba que no era para tanto.
Emolga estaba perdido, había sobrevolado dos bordillos en la ruta 29 y estaba preocupada porque no nos encontraba a mí, ni a los demás, pero de repente observa una árbol un poco chico, y tenía un extraño fruto verde, al final la prueba un poco y le asquea y la bota al suelo, y se acuesta a dormir en el árbol.
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El monólogo de un Rey... (Versión WikiDex)
FanfictionEsta es una historia en la búsqueda de hacer amigos y ampliar mis conocimientos sobre Pokémon, llegando inclusive a convertirme en un Rey. Todo cambia dentro de mi vida cuando conozco la enciclopedia de Pokémon más grande en Español, llamada WikiDex.