Oikawa crea un grupo con algunos de los otros setters con la intención de hablar sobre estrategias de juego, pero las cosas se voltean cuando los demás comienzan a hablar sobre sus problemas de amores, terminando por armar un equipo de apoyo para de...
Kenma: Chicos, voy a golpear a Lev si no se calla.
Suga: No, Kenma. La violencia no lleva a ningún lado.
Shirabu: Distráete con otra cosa, Kenma.
Kenma: Eso intento, pero no puedo. ¡Lo voy a golpear!
Akaashi: Kenma, cálmate. Ya nos falta poco para llegar.
Suga: Akaashi tiene razón, ya falta poco.
Oikawa: Y todos te estamos esperando, Ken-chan.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
10:20hs.
Suga: ¿Kenma?
Shirabu: ¿Kenma, está bien?
Kageyama: Kenma-san responda.
Oikawa: ¡Ken-chan!
Kenma: Le pegue un puñetazo a Lev en la cara...
Suga: ¡¿Qué?!
Kenma: También le grite, le pegue una cachetada a Kuroo y me largue a llorar en los brazos de Yaku-san.
Semi: ¡OH POR DIOS!
Oikawa: Ken-chan, ¿por qué hiciste eso?
Akaashi: Kenma, ¿estás bien? ¿Qué paso?
Kageyama: Kenma-san nunca es violento, ni tampoco suele gritar, ¿Está bien?
Kenma: No aguante, Lev me molesto demasiado y le pegue un puñetazo. Cayó sentado en el piso del colectivo y todos se volvieron a mirarme.
Kenma: Le grite a Lev que se callará y me dejara en paz. Entonces, Kuroo se levantó eh intento calmarme. Me enoje, le pegue una cachetada y le grite que él tenía la culpa por no haberse sentado conmigo como siempre y haberme estado ignorando. Yaku-san se acercó a mí y me largue a llorar sobre él diciendo que no quería ni a Lev, ni a Kuroo cerca...
Akaashi: Kenma...
Kenma: Yaku-san me llevo hasta mi lugar, se sentó a mi lado y me consoló. Después les grito a Lev y a Kuroo y volvió a su lugar, he Inouka cambio asiento con Lev, por lo que lo tengo ahora a mi lado, y está siendo una mejor compañía. Me está dando de comer caramelos.
Kageyama: Kenma-san estallo.
Shirabu: X2
Kenma: ¡ES QUÉ ME SACARON DE QUICIO!
Suga: ¡MI BEBE! ¡No te preocupes, cuando llegues yo te voy a mimar y no voy a dejar que esos dos desgraciados se acerquen a ti!
Oikawa: Ken-chan, no te preocupes. Cuando llegues, tu madre te va a cuidar, y yo les voy a hacer la vida miserable a esos dos idiotas.
Kenma: Gracias, mamá, papá.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
10:40hs.
Akaashi: Le pegue un puñetazo a Bokuto-san y le grite en frente de todos...
Shirabu: ¡¿Qué?!
Semi: ¿Qué les pasa a ti y a Kenma? De repente se volvieron violentos.
Oikawa: Aka-chan, ¿estás bien? ¿Qué paso?
Akaashi: Bokuto-san estaba hablando mal de mí, y no lo soporte. Me levante para decirle que parara, pero me dio tanta bronca lo que contaba que, en lugar de hablar, le grite que era un imbécil y le pegue un puñetazo.
Kenma: Keiji...
Akaashi: ¡Me saco de mis casillas!
Oikawa: Aka-chan, tranquilo. Cuando llegues no vamos a dejar que él se acerque a ti, y pobre de él si yo lo llego a escuchar decir algo mal de mi hijo porque lo mato.
Akaashi: Gracias, Oikawa-san.
Suga: ¡MI OTRO BEBE! Mamá también te va a mimar cuando llegues.
Akaashi: Gracias, Suga-san.
Kenma: ¡Veo la escuela!
Akaashi: Yo veo tu autobús justo delante del mío, Kenma.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
(Narrador Omnisciente)
Efectivamente, los colectivos de Fukurodani y Nekoma estaban llegando a Shiratorizawa. El resto de los setters corrió a la entrada a recibir a sus amigos, y se encontró con que estos los atropellaron.
Tanto Kenma como Akaashi, ni bien se abrieron las puertas de su colectivo, salió corriendo con la vista fija en los setters, y así terminaron, Kenma aferrado como un koala a Oikawa, y Akaashi abrazando muy fuerte a Kageyama.
-Akaashi-san... no... puedo... respirar... aire...- Murmuro Kageyama, y Akaashi lo soltó.
-Fue la emoción, perdón. -Se excuso.
-También me alegra verte, Ken-chan. -Dijo Oikawa, mientras abrazaba a su amigo, eh intentaba quitárselo de encima. -Y creo que ya me puedes soltar. –
-No. -Murmuro Kenma, y los setters estuvieron 20 minutos convenciéndolo, hasta que al fin soltó a Oikawa.
