Team of Setters (Haikyuu Whatsapp)

Salida del edificio embrujado

(Kageyama)

Creo que después de lo que viví en ese maldito edificio abandonado, nunca más planeo volver a ver una película de terror. Susto tras susto me fui juntando con el resto de los setters y mis novios, de los cuales, solo uno era de ayuda.

Hajime realmente era buen novio, era obvio que él también estaba asustado cuando bajamos al tercer piso y, aun así, en lugar de decirlo, o de demostrarlo, nos abrazo a Yuu y a mí, y nos dijo que todo iba a estar bien y que él nos iba a proteger.

Cuando Oikawa-san nos dijo por teléfono que había encontrado una salida, todos nos sentimos algo aliviados, sin embargo, el problema era llegar al segundo piso sin percances. Salimos aferrándonos unos a otros, y con la mirada alerta.

Kenma-san lideraba la marcha con Kunimi prendido a su espalda. Todo parecía ir bien, habíamos bajado la escalera, y nos encontrábamos caminando por el pasillo, cuando unos pasos detrás nuestro nos asustaron. Inmediatamente, todos nos detuvimos, y fue entonces que, con alivio, vimos que eran Suga-san, Yaku-san y Goshiki quienes nos seguían.

Al ver a su novio, Shirabu suspiro, aunque yo creo que debería haber mirado al frente, puesto que Goshiki se le tiro encima, y lo abrazo tan fuerte que lo dejo sin aire.

Momentos después de ese gran encuentro, todos continuamos la marcha, y al ver a Tendou-san más cerca, empezamos a sonreír. Lástima que, justo entonces, lo que fuera que estuviera en el edificio decidió que era un buen momento para gritar detrás de nosotros, y todos salimos despedidos hacia adelante, casi atropellando al bloqueador de Shiratorizawa y metiéndonos dentro de la biblioteca de un sopetón.

Hajime y Ushijima-san bloquearon la puerta con un librero, y solo entonces, nos permitimos respirar. Oikawa-san se acercó a nosotros alarmado.

- ¿Están bien? ¿Qué paso? -Nos preguntó.

- A lo que sea que este en este lugar le gusta gritar detrás de la gente. -Le contesto Semi-san, con una mano en su pecho, reclinado al lado de Tendou-san. -Creo que casi me da un paro cardiaco. –

- No eres al único. -Comento Suga-san.

Oikawa-san se acerco a él y lo abrazó.

- Esta bien, Suga-chan. Estas a salvo ahora. -Le dijo y vi como mi sempai se relajaba.

- Hay que salir de acá, ya. -Proclamo Yaku-san. Y todos asentimos.

Oikawa-san y Tendou-san nos llevaron hasta una ventana que estaba tocando la rama gruesa de un árbol. Realmente era fácil bajar por ahí hasta la acera, así que de uno en uno todos lo fuimos haciendo.

Una vez en el suelo, íbamos a regresar caminando al campamento, cuando escuchamos murmullos de voces viniendo de la parte delantera del edificio, por lo que nos acercamos. Lo que vimos nos enfureció.

Delante del edificio estaban todos nuestros equipos, no faltaba nadie, solo nosotros. Los cobardes habían salido corriendo y no habían querido entrar a buscarnos.

- No lo puedo creer. -Escuche la voz de Hajime a mi lado.

- Esos malditos... -Mascullo Yaku-san.

Vi como un aura maligna rodeaba a mis compañeros, y antes de que yo pudiera decir algo, los escuché gritar.

- ¡MALDITOS DESGRACIADOS! ¡COBARDES! ¡¿COMO PUDIERON ABANDONARNOS ADENTRO DE ESE LUGAR?! ¡LOS VOY A MATAR! –

La cara de espanto de todos ante el rugido fue épica. Hasta podría asegurar que algunos estuvieron a punto de orinarse en los pantalones.

Hajime, Oikawa-san, Ushijima-san, Suga-san, Yaku-san y Akaashi-san, estuvieron regañando a todos por, al menos una hora, y después de eso, al fin regresamos al campamento.

Los setters, esa madrugada, decidimos dormir juntos. Después de todo, no nos quedaba mucho tiempo, en dos días... va, en uno, todos volveríamos a nuestras casas, ¿y quién sabe cuando podríamos volver a juntarnos? Yo espero que pronto, pues me acostumbre a estar con ellos.