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Special

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Estaba nervioso, no... Más que eso, estaba temblando. Se sentía tan ansioso por estar en la casa de su hyung que, por un momento, creyó que había sido una mala idea venir.

Sus nervios estaban siendo infundados, dado que SeongHwa se comportaba muy dulce con él. Ni siquiera demostraba dobles intenciones con sus palabras o acciones, pero todavía le inquietaba. Las palabras de HongJoong lo habían afectado. Luchaba por disimularlo y sospechaba que no era bueno en eso.

—¿Por qué esa cara, bebé? —preguntó, acercándose al menor que yacía en un taburete de la isla de la cocina con la mirada perdida.

—¿Qué cara? ¿Algún problema? —contraataca a la defensiva, queriendo darse una bofetada.

SeongHwa puso los ojos en blanco y se desató el delantal que llevaba puesto para cocinar. Lo puso en la encimera y se mantuvo en silencio, observando el perfecto rostro libre de maquillaje del pelirrosa. Tan hermoso como siempre. Ojalá esa incomodidad se disipara de su chico.

—Es sólo mi cara —dice jugando con sus dedos.

—Ángel, sé que estás incómodo por estar aquí conmigo a solas. Quizás por lo que te dijo HongJoong, quizás porque eres YeoSang y te avergüenza casi todo, quizás porque es tu primera vez en mi apartamento o quizás es porque no quieres estar aquí y... Sólo quiero que seas sincero conmigo, ¿Pasa algo? —toma las manos del menor entre las suyas, para que se concentre.

De inmediato YeoSang puso su mirada en su hyung.

—Uhuh... Es por todo eso menos lo último, si quiero estar aquí... —sonrió con timidez y olfateó un poco el olor de la cena que preparaba el mayor para ambos. Olía deliciosa.

—Bien... —dijo aliviado y una de sus manos fue a parar a la cabellera rosada de Kang para acariciar con cariño—. No tienes por qué estar nervioso, todo ha ido bien ¿si? A pesar de que casi quebraste un tazón —ríe recordando el pequeño incidente.

—¡Disculpa por eso! Quería ver el grabado que tenía y se me resbaló de las manos —sus mejillas tomaron un color rosa y SeongHwa se alejó para colocarse nuevamente el delantal y seguir cocinando.

—No te disculpes, es sólo uno de los tantos tazones que me compró mi madre. No es muy importante, cariño.

—Te lo dió tu mamá, claro que es importante.

SeongHwa se veía muy atractivo cocinando, con ese delantal negro, su camisa suelta de una tela un poco translúcida, su cabello azabache lleno de ondas y sus labios, siempre de ese tono rosado tan bonito y apetecible. Era fascinante.

Incluso sus hombros eran anchos al igual que su espalda, su figura estrechándose en su cintura. No sabía que había hecho tan bien en su otra vida, para merecer y deleitar sus ojos con este hombre.

—No, no lo es —negó y el pelirrosa ladeó su cabeza extrañado, no sólo porque a SeongHwa no le interesara que quebrara un tazón costoso, sino que no le importara el hecho de que se lo regaló su madre y que nunca hablara de sus padres.

—Hyung, ¿Por qué no habla de sus padres? —al instante se arrepintió de lo que preguntó, porque el pelinegro se tensó—. Lo siento, no tiene que responder mi pregunta, estoy siendo muy entrometido —se regañó a sí mismo.

Park suspiró.

—Está bien... Sé que nunca hablo de ellos y... —hizo una pausa que YeoSang supuso que guardaría silencio, pero continuó—: Es porque trabajan mucho... Para ellos siempre ha estado primero su trabajo, segundo el dinero, tercero ellos mismos y por último yo... No tengo un gran vínculo con ellos. Me criaron mis abuelos y no me quejo, ellos fueron los mejores padres que pude tener. En cuanto a los míos... Ellos se encargaban de darme todo lo que necesitara y hasta lo que no —explicó, sacándose un peso de encima.

Hotter Than You | SeongSangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora