Hotter Than You | SeongSang

Epílogo.

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Cariño, te prometo
que te daré todo de mí

—Park SeongHwa.

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Había sido una larga noche, tan extensa y agotadora que ambos estaban, profundamente, dormidos en el incómodo y estrecho sofá individual. Su cabeza estaba apoyada en el hombro de SeongHwa, mientras que el mayor recostaba un poco su cabeza sobre la de YeoSang. Se veían adorables, pero con semblantes exhaustos y unas grandes ojeras bajo sus ojos.

El maquillaje se había desvanecido de sus rostros hace un buen tiempo y sus cabellos alborotados causaban un desaliñado contraste con sus ropas arrugadas... Se veían desastrosos.

Dos pares de ojos los miraban, debatiéndose si debían despertarlos o dejarlos dormir un rato más, pero optaron por hacer lo primero. Lo mejor sería que los chicos se fueran a sus casas y pudieran descansar correctamente.

—Hazlo tú... —le da un codazo al pecoso, negando con su cabeza y dando pasos hacia atrás.

—¡No! Hazlo tú —contraataca, propinándole un manotón en el hombro al más bajito.

—Tú eres más dulce que yo, despiertalos con tu bonita sonrisa —alega, empujando por la espalda al pecoso, para posicionarlo en frente de la pareja que dormía con tranquilidad.

—¡ChangBin! —se queja con un puchero en sus labios—. No es justo... —gruñe bajito, acercando una de sus manos al hombro de YeoSang, sabía que despertar al pelirrosa sería más fácil, más tierno y menos peligroso.

Vaciló varias veces, hasta que finalmente lo hizo. Dando pequeñas sacudidas en el hombro de Kang, diciendo con dulzura —y timidez— un pequeño: «Hey, YeoSang» y luego un «Buenos días» cuando éste abrió los ojos y bostezó con cansancio y pereza. Felix dió varios pasos atrás poniéndose de nuevo al lado de su novio. El movimiento de YeoSang removiéndose en el sofá, causó que SeongHwa también se despertara. Ambos sintiendo sus músculos y extremidades entumecidos al estirarse.

La superficie del sofá ahora sintiéndose más incómoda que antes.

—Buenos días... ¿Qué hora es? —pregunta YeoSang, frotando sus ojos con sus manos y el sofá pareció volverse más estrecho cuando SeongHwa trató de acomodarse.

—Las diez de la mañana, sus amigos nos pidieron que los dejáramos dormir dos horas más... Ya todos se fueron, sólo quedan ustedes —contesta ChangBin, mirando enternecido como el azabache rodeó con sus brazos el torso de YeoSang, lo apegó a él en un abrazo por la espalda y descansa su mentón en el hombro del pelirrosa, aún adormilado.

—Ohh... Disculpen por ello. Podemos ayudarlos a limpiar, sería lo mínimo al permitirnos hacer la fiesta en-

—No, no, no... Yeo, no tienen que limpiar. Ya todo está limpio, no se disculpen por nada. Para ChangBin fue un placer que hayan hecho la fiesta aquí —habla Felix, sonriente y su novio asintió afirmando lo que dijo.

—Es en serio, muchas gracias por todo... —agradeció SeongHwa, con su voz sonando ronca mientras se apretaba más al cuerpo del menor.

—La fiesta fue una locura, todo fue genial y pasaron tantas cosas... ¡Ah! ¡Felicitaciones, YeoSang! ¡Estoy muy feliz por ti! —el aludido sonrió en grande, abultando sus mejillas, recordando que había ganado la apuesta.