Epílogo

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Todos creamos nuestros propios abismos, nos estancamos en nuestro dolor, sumergidos en lo más profundo de la oscuridad, sin poder ver aunque se un destello de luz.

Mientras más observamos el abismo, el abismo observa dentro de nosotros.

Parecerá difícil salir de ese interminable abismo, caemos y caemos al precipicio sin saber que nos espera al final.

Los primeros rayos de sol comenzaban a iluminar aquel día, que prometía ser el principio de algo que recién empezaba.

Los sanadores y medimagos de San mungo llegaban a primera hora para un nuevo dia de trabajo, todos enfocados en dar lo mejor para sus pacientes.

En una habitación del afamado hospital, se encontraba cierto rubio, conectado a muchas máquinas que marcaban su ritmo cardíaco y sus signos vitales.

El hombre rubio se removía constantemente en la cama, murmurando cosas sin sentido.

Cuando sus párpados se abrieron mostrando esos ojos grises que tanto lo identificaban dijo.

Hermione...

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Draco observaba las paredes blancas del hospital sin interés alguno, sus ojos grises habían perdido todo brillo se encontraban oscuros.

— Señor Malfoy...¿Está usted mejor?— Preguntó el medimago encargado de el.

— Si....solo me duele la cabeza— respondió Draco tomándose la cabeza entre sus manos.

— Es normal, despues de todo estuvo un mes en coma...— comento el hombre.

Draco al escuchar esto abrió los ojos como platos pero solo dijo.

— Hubiera preferido la muerte...— murmuro el rubio.

El medimago Thompson frunció el ceño a escuchar eso.

— ¿Como puede decir eso? Cuando lo trajimos a usted creímos que no sobreviviría...sin embargo a pesar de que su cuerpo no respondía su corazón si...— explico el hombre.

—¿Y eso que?...¿¡No se da cuenta que estoy muerto en vida!?— exclamó el rubio sintiendo rabia consigo mismo.

El medimago tan solo negaba pero no podía hacer nada más, hasta que recordando algo una sonrisa se instalo en su rostro

— Hay alguien que quiere verlo señor Malfoy— comento el hombre antes de salir de la habitación ignorando al rubio que decía que no quería ver a nadie.

— Que descortés, Malfoy...¿Ni siguiera a tu esposa quieres saludar?

Esa voz...

Draco abrió los ojos como platos, estaba mudo...ella estaba ahí, frente a el, pero....¿Cómo?

— Hermione...— fue lo único que atino a decir Draco, trato de levantarse pero no pudo, aún no tenía las fuerzas necesarias.

La mujer castaña sonrió con dulzura y sus ojos se cristalizaron, al ver al hombre que amaba con locura.

— ¿Cómo...como estás aqui, conmigo?— Preguntó el rubio con un nudo en la garganta.

Hermione se acercó y tomo su mano entre las suyas, sintiendo la calidez de estás.

— Siempre lo estuve, cada día venía a visitarte, veía tu cuerpo tendido en esta cama, nunca perdí la fe. Sabía que si estaba aquí, contigo, sentirías mi presencia y no dejarías de luchar..— explico la mujer con lentitud.

— Aún no me creo que estés aquí...— admitió Draco derramando unas lagrimas—. Cuando te vi en ese abismo... muerta, sentí que moría nuevamente, no podía perderte otra vez...

— Yo nunca morí....podía sentirte a mi lado, tomando mi mano, solo estaba inconsciente...la maldición asesina no me mato...gracias a tí y a ellos...— comento Hermione sonriendo al mismo tiempo que se llevaba una mano a su vientre.

Draco la miro sin comprender ese acto.

— A...¿Ellos?...— Preguntó sin comprender

Hermione soltó una risita y posicionó una de las manos de Draco en su vientre todavía plano.

— Seremos padres, Draco— explico la castaña rebosante de alegría.

Draco aún mantenía su mano en el vientre de su esposa, una sonrisa sincera se instalo en su rostro.

Seria padre....

— ¿Serán gemelos?— Preguntó con una sonrisa contagiosa el rubio.

Hermione asintio

— Aún no entiendo lo que sucedió en el abismo...— admitió Draco.

— Tu amor y el de nuestros hijos, me protegió Draco...—respondio con lágrimas en los ojos —. Gracias a tí y a ellos estoy viva...

Sus labios estaban a centímetros de tocarse, por fin sentirían ese beso tan ansiado, tan anhelado, ese pacto silencioso que significaba besarse, como una promesa de amor, de que todo estaría bien.

— Te amo, Hermione...— murmuro Draco a poco de sentir sus labios sobre los suyos.

Hermione sonrió

— Yo más, Draco...— respondió Hermione juntando sus labios en un dulce beso.

Draco tomo su rostro con sus manos siguiéndole el beso, que a medida de volvía intenso.

En ese momento solo estaban ellos, disfrutando cada segundo. Solo eran Draco y Hermione, sin ataduras, ni preocupaciones, con los sentimientos a tope, demostrandose cuánto amaban al otro, sintiéndose completos.

Al separarse sonrieron con amor, notando ese brillo especial es sus ojos, como un intento de captar el infinito.

Viendo esa sonrisa en su rostro, comprendí que todo mejoraria, que sin importar lo que sucedió en ese abismo, todo cambiaría, olvidando el pasado, enfocados en un futuro juntos.

Si ayer estábamos al borde del abismo, hoy hemos dado un paso hacia adelante...

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Hola!!!

Aquí les traigo este ansiado epílogo, espero de todo corazón les guste tanto como a mí.

Me habían quedado unas ganas de que tengan un final feliz, así que ¡he aquí uno!

Los quiero mucho ❤️

Besos 😘



Al borde del abismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora