Imperfectamente Perfecto (drarry/harco)

Capítulo XI

—Creo que llegamos tarde a cenar— Harry bromeó ligeramente, acariciando con una mano el pecho de Draco. Esa era la razón por la que Draco inicialmente había venido a casa a recogerlo y comer algo. Esto no era exactamente la forma en que había esperado que el día fuera, y dudaba que Draco lo hubiera hecho.

—Comeremos mañana, o al día siguiente. No me puedo mover— respondió en un jadeo de débil reseca, como si estuviera perdido en algún lugar en las nubes. La mano de Harry descansaba sobre la todavía estruendosa carrera de los latidos del corazón de Draco.

—¿Sabes que estás medio desnudo?— Harry movió los dedos por el lado de la cadera de Draco, dándose cuenta de su espasmo. —¿Tienes cosquillas?—

—Un poco— Draco murmuró con un gruñido entrecortado.

Harry se rió por lo bajo.

—Sólo lo voy a usar como último recurso para conseguir lo que quiera—

Draco resopló.

—Ajá, eso dices ahora—

Harry sonrió, en el corazón palpitante de Draco donde descansaba.

—Supongo que debería ir a la ducha ahora—

Draco le echó un brazo por encima antes de que terminara la declaración.

Arqueó una ceja interrogativamente ante el implacable cerco.

—¿Es eso un no?—

—Eso es un “puede esperar”. Todavía estoy en estado de shock. No te atrevas a dejarme así—

Harry escuchó el humor, pero también la verdad subyacente y la inseguridad. Se incorporó lo suficiente como para tirar de sus pantalones de chándal, entonces más relajado sobre el cuerpo de Draco.

—Oye, está bien— Harry pasó la punta de los dedos a través del pelo completamente desarreglado —No sabes muy bien qué hacen dos tipos juntos, ¿verdad?—

Con los ojos todavía cerrados, Draco sacudió la cabeza, aunque con una vacilación tartamudeante.

—Lo mucho que queramos, con la frecuencia que queramos— harry le dijo con ternura. Un instante después la voz de Harry se levantó con fingido horror —¿Estás tomando la píldora?—

Draco se rió.

—Exactamente mi punto— Se acurrucó cerca. —Hay algunas cosas diferentes— Ignoró el gruñido agresivo de Draco. —Pero por lo que acaba de pasar, yo diría que lo estás haciendo bien—

—¿Cuánto tiempo se tarda en acostumbrarse?— Preguntó Draco.

—Bueno, no puedes usarme como un medidor. Siempre he sido gay. No salí con mi familia hasta mi último año, sobre todo porque estaba convencido de que les había fallado de alguna manera—

—¿Fallado? Imposible— Los brazos de Draco ahora le agarraban. La fuerza de ese abrazo le dio calor a Harry, contento de una manera que no había sentido en años.

—Sí, bueno, a los dieciocho años es un juego de pelota completamente diferente. Además, soy el único hijo. Sé que mi padre se emborrachó esa noche, pero por suerte no me ha rechazado por eso—

Draco acarició los costados de Harry en apoyo.

—Supongo que lo entiendo. Theodore no era homosexual cuando se unió a nuestro equipo de investigación, pero estaba absolutamente loco por Blaise, y todavía lo está—Draco se quedó en silencio, luego se aclaró la garganta. —¿Es posible que un hombre se vuelva gay?—